El 27 de octubre de 2007, Miguel Sanz, Ana Soret, Elena Pérez, Francisco Martínez e Inma Ruiz, visitamos la Cueva de Castañar de Ibor, en la provincia de Cáceres. Cuando llegamos a los alrededores de Castañar de Ibor, ya nos gustó el paisaje, con encinares y castañares (claro, el propio nombre del pueblo lo indica), y también el centro de interpretación, que es pequeñito pero completo. Sólo hay dos visitas al día, de aproximadamente una hora, para mantener las condiciones de humedad (un 98%) y temperatura (17 ºC) durante la misma, un guía acompaña al grupo e informa sobre algunas curiosidades de la cueva. Pero no es una cueva “turística” como tal, más bien sientes en la visita estar viendo pura ciencia. Nosotros tuvimos que pedir un permiso especial, enviando una carta por Fax, para hacer fotos. Se trata de una cueva un tanto especial, ya que se ha de concertar la visita apuntándose en una lista de espera (que en nuestro caso, ha tardado un año en darnos paso). Esto se debe a la peculiaridad de la zona, sobre todo a nivel geológico (aparentemente no se cumplen las condiciones ideales para encontrar una cavidad, tanto por la falta de espesor de materiales calcáreos como por la pobre circulación de agua, etc… comparándose con otras zonas). Pero desde luego, merece la pena visitarla. Para empezar, las formaciones son muy espectaculares: cristales de Aragonito minúsculos en excéntricas, pelos, etc…; y para continuar, se ha encontrado “moonmilk” en pequeñas “concreciones” o “pegotillos”. Este moonmilk está siendo estudiado por Andrea, una Geóloga que está realizando su tesis doctoral en la UCM, con la que estamos en contacto, y ya nos irá comentando más cosas acerca de la cueva. A mí personalmente me impresionó mucho ver esos cristales de un blanco tan puro entre verdaderas “lajas” de pizarras, ya que es algo que no suele ser frecuente en las cuevas que anteriormente había visitado. Así que animaros, os podéis apuntar en grupos reducidos de cinco personas, y con paciencia llega el día de la visita, con la que disfrutaréis tanto como nosotros lo hemos hecho. ¡Qué espectáculos nos ofrece la Tierra!, un ser poderoso sin duda, y a la vez tan frágil…
Inma Ruiz
Junta de Extremadura - Dirección General del Medio Natural.
¡Qué suerte! Conocí la existencia de esta cueva en las Jornadas Científicas de El Soplao, concretamente me hablaron de ella y pude ver unas fotos buenísimas hechas por Andrea.
ResponderEliminarEs un trabajo estupendo lo que se está haciendo en esta cueva.
También hay que decir que por la falta de ventilación en algunos lugares de esta cavidad de acumula gas Radón (radioactivo) típico de las zonas con granito.
Me voy a apuntar para verla de cerca.