Zona de Abismo en el Alto Tajo 2021: Comienzo de la temporada.

Empezamos el año en el Alto Tajo, prospectando un poco más.

 

El pasado 23 de febrero, día de diario, casualmente algunos teníamos libre y había ganas de caminar, con una previsión de buen tiempo y muchas ganas de tomar el aire y el sol.


Así que, lanzamos convocatoria a ver si alguno más tenía posibilidades, y mira por donde éramos cinco los que, con suerte, podríamos ir a ver el terreno. Sin embargo, al final sólo pudimos acudir tres, bueno cuatro si contamos con Mori, la pequeña perrilla de Miguel, que se dio casi la misma caminata que nosotros sin decir ni "guau".


Esperábamos encontrar cosas así, pero...

No madrugamos, nos reunimos en la salida de Guadalajara y nos arreamos para Villanueva de Alcorón, alcanzando el término de Peñalén hacia las 11 de la mañana.


El plan era recorrer por allí lo que pudiéramos, hacia el extremo oriental de la zona, donde lo habíamos dejado el pasado verano. Todos sabéis que las circunstancias han sido, y siguen siendo, una puñeta para la actividad, a ver si va mejorando esto y podemos hacer más cosas y con más participación.


Bueno, pues dedicamos la mañana a recorrer una parte barriendo bandas, arriba y abajo, apoyados por tracks que grabábamos los que íbamos al borde, para volver a recorrer en sentido inverso en la siguiente pasada, y así hasta la hora de comer.


Esta es la pinta de esa parte


Y, como suele ocurrir, nada, ni una cavidad. Hay bastantes indicios, hundimientos, vaguadas sugerentes y pequeñas dolinas, pero nada se abre hacia las profundidades. Sólo destacable un hundimiento, pequeña dolina, rodeada por rocas y con sedimentos vegetales en el fondo, blandos, que parece pudieran esconder algo por debajo. La apuntamos como "posibilidad" (POSABI-064) y poco más.



POSABI-064, un hundimiento con "pinta"

Caminando por allí veo unas manchas negras en el suelo, como si hubieran cambiado el aceite a una máquina, pero esto ya lo he visto antes. Llamo corriendo a los compañeros para enseñárselos, sí, son animalitos minúsculos, saltadores, que se agrupan formando masas de millares  y que, si no pegamos la nariz al suelo, parecen un sombra o mancha. Son colémbolos,  no es la primera vez que los vemos en la zona. Nos entretenemos un poco fotografiándolos.



Colémbolos, esos diminutos animalitos saltadores


Además de estos bichillos minúsculos, las grullas nos acompañaron buena parte del día, las oíamos con frecuencia sobre los pinares y vimos varios grupos pasar, bastante numerosos, y a veces se quedaban sobre nosotros dando vueltas, para enfilar luego hacia el norte. Están de vuelta a sus cuarteles de cría avisándonos de que ya pronto viene el buen tiempo y mejor época del año, como indica el viejo refrán: "Cuando las gruyas van "parriba", no te estés con el amo aunque te lo diga".


Más tarde, al borde del lugar que recorremos alcanzamos una pequeña torca localizada en sesiones previas y anotada como cavidad (ABI-099, todavía sin nombre), que no pudimos valorar en su momento por resultar infranqueable debido a un denso zarzal en su interior.


ABI-099: La torca de los zarzales

Pues bien, ahora las nevadas del invierno han aplastado tanto los zarzales, que fue posible pasar sobre ellas hasta la pared rocosa, aunque no sin salir los dos valientes medio desollados y con pinchos hasta en el colodrillo.



Luchando con zarzas y espinos para asomarse y descubrir....
que hay poco que explorar

Esta torca se abre un poco, lateralmente, tras los zarzales, pero tan sólo algo más de un metro, y por allí hay una guarida de zorros (eso parece), con excrementos cubiertos de mohos que hacen que parezca que tienen pelo.


Mantenemos la cavidad como tal por su "pinta" (reborde rocoso de más de dos metros, algo de prolongación lateral -insignificante-), pero puede decirse que no hay más que ver allí.


La documentaremos en el futuro y ya está. Es curioso que se parece bastante, en su estructura, a otra estudiada en el pasado, el "Simarro del Incendio", echadle un vistazo si queréis haceros una idea.


Bueno, poco más, echar algún vistazo a alguna de las simas catalogadas en el pasado por allí, por enseñársela a los que no la conocían, y a comer al solecito.


Repuestas las fuerzas y tras las habituales acusaciones y reproches tipo "Javi sólo nos trae a sitios llenos de pinchos y sin simas", "sí, se guarda los terrenos buenos y llenos de simas, y aquí estamos en el desierto...", y etc.), decidimos echar lo que nos queda de tarde en otro lugar, ahora hacia el paraje de Cerro la Sima, cerca del núcleo de la zona.


Un par de razones, primero, porque allí queda un trocito de tres o cuatro hectáreas sin prospectar, y es el único trozo, lo último, para que quede acabado un sector completo, un sector muy trabajado y en el que sólo quedan por hacer algunos pequeños trabajos en simas conocidas y exploradas (es la parte de las Chicas y Marías, para que os hagáis idea).


Dejamos los coches lejos y vamos cruzando los pinares. Muy sugerentes, dolinas, pequeños claros, hundimientos... y nada de nada que pueda explorarse.


Alcanzado el sitio, nos lo comemos con rapidez entre los tres. Destaca la presencia, para un área tan pequeña, de al menos tres dolinas, situadas en línea (y alineadas con otras más alejadas), de bastante diámetro, pero poco profundas, y con bordes suaves, pequeñas cuestas hasta el fondo en el que nada se abre.



Dolinas amplias y de perfil suave, sin simas

Y entre ellas, frecuentes llanos donde abunda la roca, los típicos lapiaces, roquedos llenos de grietas que siempre están colmatadas. Tan sólo alguna parece que podría tener algo ahí debajo, venga a meter la cabeza y echar piedrecillas a ver si suena, que si baja tres metros, cuatro... pero todo estrecho e impenetrable, y no quiero pensar si alguno de los cantos "cantara" bien, porque allí no hay quien desobstruya y nos dejaría los dientes más largos que el mango de la maza, y sin poder acceder.


Fracturas y grietas en la roca, lapiaces colmatados, metiendo la cabeza e iluminando los resquicios


Entre las grietas, a veces en profundidad, parece, parece....

Bueno, sector finalizado, sin nuevas cavidades, y tampoco "posis".


Acabando la tarde, nos acercamos por allí a echar una ojeada a alguna de las simas conocidas, esas que tienen helechos grandes y frondosos, y que poseen gran belleza, como pasa con alguna de las Chicas y Marías.


Esta es una de esas bonitas, con sus helechos

También estuvimos comentado que más allá, hacia los densos pinares, hay al menos dos simas "C" de Comando que permanecen todavía perdidas, y que espero reubicar algún día, y quién sabe, quizá buscándolas encontremos algo nuevo...


Un buen día de campo, tomamos el sol, charlamos, Mori se cansó, mis compañeros llenos de arañazos por el "ansia viva" entre zarzales, agracejos, enebros y rosales silvestres... en fin, bastante habitual, pero muy satisfactorio, especialmente por la compañía.


Ocurre que, cuando llevas mucho sin salir y puedes juntarte, a todos se nos despiertan las ganas de volver a buscar, explorar, lo que sea... así que, ahí está el terreno y esperamos no tardar demasiado en volver, aunque sea a buscar setas.


Javier Rejos

 


SIMA DE LAS GROBIAS Y CUEVA DEL TORNERO

Sima de las Grobias

16/10/20 Juanma y Rafa. 

Con la idea de hacer más completo el fin de semana, decidimos convocar la sima de las Grobias para el viernes por la tarde, teniendo en cuenta que no conlleva mucho tiempo visitarla y se encuentra de camino a la Cueva del Tornero, nuestro objetivo principal. A mitad del viaje, recibimos una llamada de Sergio informándonos que se va a retrasar más de lo que pensaba y los demás compañeros acudirán el sábado por la mañana. Así pues, Juanma y yo, nos acercamos esa tarde a conocer la cavidad.


La sima de las Grobias se encuentra en el extremo noroeste de la sierra de Albarracín, en el término municipal de Peralejo de las Truchas. Su proximidad a la carretera, hace que su acceso sea muy cómodo, pudiendo aparcar el coche en la misma entrada. La sima se compone de una única sala de grandes dimensiones, a la que se accede por el techo de la misma. La amplia boca de entrada deja pasar los rayos del sol que iluminan prácticamente toda la cavidad, permitiendo el crecimiento de algunas plantas que tiñen la sima de un color verde intenso, dándole un aspecto salvaje.


La instalación es muy cómoda, utilizando un árbol como cabecera de inicio y fraccionado dos metros por debajo nos aproximamos sin peligro al borde de la abertura. Podemos observar que recientemente se han desprendido unos bloques de gran tamaño en la pared opuesta, posiblemente debido al empuje de algunas raíces. Valoramos si existe peligro en el descenso y revisamos los anclajes. La zona de bajada no ha sufrido ningún cambio y los anclajes están perfectos.





El descenso se realiza desde su inicio en volado, y son unos 45 metros hasta la base. La cavidad no posee ningún desarrollo y la profundidad máxima que alcanza son -56 metros. La sima presenta algo de suciedad y podemos observar restos de animales domésticos que la gente ha arrojado desde la superficie, es increíble ver también urnas funerarias esparcidas por el suelo. Parece que ciertas personas creen que la sima es un cementerio y lo que están creando es un basurero, esperemos que esta conducta no continúe.


Realizamos el accenso aprovechando los últimos rayos de sol, para contemplar toda la sala. 
¡¡Una sima perfecta para un viernes por la tarde!!.

Rafa Coronado



Cueva del Tornero

17/10/20 Irene, Sergio, Juanma, Alberto, Ángel Luis y Rafa.

Después de todo lo que esta cayendo, nos decidimos por hacer una cueva de las que te hacen estar todo el día. Con unos días de margen donde era posible desplazarse, nos decidimos a hacer, una de las cuevas mas grandes de la zona centro “ El Tornero”.


El viernes por la tarde quede en Alcoroches con los que venían de las Grobias (Rafa y Juanma). Allí nos metimos una cena, de esas que te da fuerza para el día siguiente. Terminada la cena, nos fuimos a buscar un sitio para dormir. A la mañana siguiente quedamos en el pueblo de Checa con el resto de compañeros que ese fin de semana habíamos quedado (Irene, Alberto y Ángel Luis).
Después de los cafés de rigor, cogimos la pista forestal que lleva al principio de la Hoz seca y dejamos los coches en el puente que hay. Ya con todo preparado nos pusimos a andar por el fondo de la hoz. Cosa que recomiendo a la gente a conocer, ya que son muy bonitos los paisajes que hay. Después de una hora y tres cuartos llegamos a la boca de la cueva que no tiene perdida, en donde nos pusimos a cambiarnos.

Ya todos cambiados nos pusimos en marcha con dos objetivos. Una, ver una cosa que nos comentaron nuestros compañeros del Club Viana y la otra, era adentrarnos en el ramal de la D5, en donde no sabíamos que nos íbamos a encontrar ya que de las veces que el club a ido casi siempre nos la hemos encontrado la galería inundada de agua. Decir que es una cueva hidrológicamente muy activa.
Cuando ya vimos lo que nuestro compañeros nos pidieron, nos pusimos en marcha hacia la galería de la D5, por suerte esta vez, nos la encontramos con agua, pero no como para hacernos darnos la vuelta. 


Para todos nosotros esa galería era nueva, hay que ver la de rampas que te vas encontrando a lo largo de ella. 
Los dos sifones que te encuentras al principio, estaban practicables, después de ellos nos encontramos con una escalada de 10m que esta equipada con una cuerda, la que no utilizamos para subir con nuestros equipos, ya que se sube bien trepando. Después de estos, fue cuando empezaron las risas para todos nosotros, ya que llegamos a otro de los sifones, pero en este si nos teníamos que meter hasta la cintura, y os podéis hacer a la idea lo fría que estaba el agua, que si, el agua en las cuevas siempre esta fría, pero estábamos en unas de las zonas mas fría de Guadalajara, por lo que a mí me parecía que el agua estaba helada.
Una vez pasado ese sifón, nos volvimos a encontrar con otra escalada de 4 metros que va a dar al campamento de minas, el cual esta preparado para pasar una noche muy cómoda.


Ya en el campamento, era la hora de la comida, así que nos pusimos a ello, y ya decidimos que hacíamos, si continuar o darnos la vuelta ya que nos quedaba la vuelta por la hoz, y temíamos que se nos hiciera de noche.
Al final la decisión fue la de darnos la vuelta tranquilamente y con muchas risas (como siempre que nos juntamos) y… volvimos al sifón, en el que ya ni nos descalzamos, pasamos como íbamos.


Ya otra vez en la boca de la cueva, nos volvimos a cambiar y marcha por la hoz hacia los coches. Al final se nos hizo de noche, por suerte ya estábamos muy cerca de los coches, nos montamos en ellos y nos fuimos a Molina de Aragón, en donde nos paramos para meternos una cena de las que te mereces después de un día espeleológico.
Agradecer a mis compañeros Juanma, Rafa, Irene, Alberto y Angel Luis por el día tan bueno que pasamos después de todo lo que estamos viviendo este año.

Sergio Estríngana

Entrada destacada

Cambiamos el día de apertura de nuestro local al JUEVES!!

Os comunicamos que, a partir del 13 de febrero, nuestro local pasará a abrirse los jueves de 20:30 a 21:30 , en lugar de los martes como ve...