Tras un fin de semana de mucha lluvia y mal tiempo, y tras haber valorado en un
par de ocasiones cancelar la actividad, decidimos seguir adelante tras constatar
que la predicción meteorológica ofrecía una ventana de lluvia para el sábado día
22.
En efecto, tuvimos la suerte de poder disfrutar de una jornada nublada, pero
sin lluvia y con buenas temperaturas. Algunos monitores y colaboradores se
desplazaron a la zona de la actividad con algo de antelación para ultimar los
preparativos y organizar los materiales.
A eso de las 9:45 empezaron a llegar
los primeros participantes. Tuvimos que realizar un esfuerzo para aparcar los
vehículos de forma organizada puesto que el espacio era reducido y la cantidad
de coches muy elevada. Pronto empezamos a registrar el préstamo de cascos y
frontales para los participantes que no disponían de este material, mientras
todos ellos preparaban el atuendo oportuno para la actividad , asesorados por
los monitores y colaboradores de Abismo.
Cuando todos estuvimos listos, se dio
comienzo a la actividad con un pequeño acto de recibimiento por parte de los
responsables del curso y se realizaron las presentaciones oportunas de todos los
monitores y colaboradores de Abismo. También se verificó la presencia de todos
los participantes inscritos, dividiéndolos en dos grandes grupos con la mitad de
participantes en cada uno y se explicaron brevemente los objetivos de la
actividad terminando con los mejores deseos para disfrutar de este día al
máximo.
Durante este recibimiento Santiago Gutiérrez y Sergio Estríngana, aprovecharon
para presentar el Club Abismo y su funcionamiento y a continuación, sobre las
10:30, nos encaminamos a la entrada de la Cueva Grande. Los instaladores de
Abismo habían instalado cuerdas de apoyo en las rampas de subida para evitar
caídas indeseadas, pues el pavimento y la vegetación estaban húmedos de las
lluvias de los días anteriores.
Una vez arriba, junto a la boca de la cueva,
Javier Rejos explicó las características geofisiográficas del enclave en que nos
encontramos, así como unas bases para entender la formación de las cuevas y el
modelado kárstico en las zonas calizas.
Varias entradas conducen a una gran sala, dividida en dos zonas separadas por un
corredor más estrecho. Dejamos a los participantes aventurarse solos al interior
de la sala una vez encendidos los frontales. Rápidamente descubren restos de
basura que adornan el suelo. Explicamos la problemática de la conservación de
cavidades, en especial las más fácilmente accesibles al público general, como es
el caso.
Aprovechamos para comentar la conveniencia de recoger la basura siempre
que sea posible. Antes de que puedan darse cuenta, un personaje querido por todos los
niños hace su aparición desde la parte superior de la sala, donde una ventana a
unos 15 m de altura, hasta ahora cubierta, permite el acceso desde el exterior,
por el techo de la cavidad. Es Batman, realizando una demostración de descenso
por cuerda en volado, que aterriza en el centro del corro que han formado los
participantes.
Batman saluda a los niños, que se ríen tras reconocer a uno de los monitores y
explica que aunque él es solo un hombre disfrazado de murciélago, muchos
murciélagos de verdad habitan en esa cueva.
Aunque aún no es época de
hibernación, y los animales se muestran activos, explica a los niños y adultos
la necesidad de evitar las zonas más concurridas por estos pequeños mamíferos y
de guardar silencio y no enfocar con las luces para no molestarles. José Luis
Arias, experto en estos animales, explica algunas curiosidades sobre su biología
y muestra un grupo de murciélagos en el techo de una pequeña sala contigua a
algunos curiosos. También se comentan otros animales que hacen uso de la cueva:
aves que anidan en la sala central (chovas), mamíferos que utilizan algunos
rincones como letrina (zorros) y numerosos invertebrados.
Finalizadas las explicaciones, el grupo 1 permanece en el lugar donde nos
encontramos para realizar la gymkhana ambientada prevista en el programa,
mientras el grupo 2, se dirige de nuevo al exterior para comenzar las demás
actividades.
Tras quedarse solos los miembros del grupo 1 en la Cueva Grande,
dos nuevos personajes aparecen en escena. Son dos espeleólogas bastante
alocadas, que cuentan a los más pequeños una historia de piratas que, tras haber
abandonado la mar, comenzaron a esconder sus tesoros en las cuevas. Un pequeño
teatro sirve de ambientación para nuestra actividad de progresión horizontal y
orientación en cavidades. El objetivo es utilizar un mapa de la Cueva Grande y
de las otras cuevas que visitarán para recolectar fragmentos de un antiguo
pergamino cuyas instrucciones conducían al tesoro pirata.
Los participantes se
dividen en 4 grupos de unos 3 niños y dos adultos, a cada uno de los cuales se
asigna un monitor de referencia. Cada grupo quedará identificado por una pulsera
de un color y deberá recolectar solo las pistas de su mismo color. Se les
proporcionará brújula y una serie de cartografías donde los piratas señalaron la
ubicación de las pistas escondidas.
Durante la actividad, los monitores acompañantes se ocuparán de organizar el
orden en que los grupos buscarán las diferentes pistas para evitar atascos en
las estrechas galerías que salen de la sala central. Además, explicarán las
nociones básicas sobre interpretación topográfica y ayudarán a niños y mayores a
orientarse para buscar las pistas. También se impartirán contenidos relacionados
con la progresión segura por cavidades horizontales, espeleotemas y otras
formaciones endokársticas que encontrarán y, finalmente, sobre la exploración
espeleológica y arqueológica. Asimismo, los monitores ayudarán en todo momento a
los participantes en su progresión, haciéndose cargo, en especial, de los más
pequeños, cuando algunos adultos encontraban alguna zona “demasiado estrecha”
para continuar. Los niños, con facilidad para moverse en espacios reducidos
disfrutaban viendo cómo los adultos, a veces, tienen más dificultades que ellos
para ciertas actividades.
Grandes y pequeños disfrutaron mucho con la actividad
y aprendieron muchísimas cosas, sorprendiéndose cada poco con nuevos
descubrimientos: salidas inesperadas al exterior, cruces de caminos, galerías
que vuelven al punto de partida, etc. Además, sacaron a relucir su lado más
competitivo, en el buen sentido de la palabra, y un gran espíritu de equipo.
Durante la gymkhana, algunos monitores se mantuvieron en la sala central para
atender posibles imprevistos y facilitar agua o ayuda a todos los que lo
necesitaran. Tras finalizar la actividad, todos los equipos habían encontrado
las seis pistas que escondía la Cueva Grande, pero aún echaban en falta algunos
trozos del pergamino que debían conseguir en las actividades de la tarde.
Cabe
decir que esta misma actividad se realizó tras el almuerzo por los participantes
del grupo 2, contándose con los mismos monitores encargados que por la mañana y
teniendo un resultado igual de bueno.
Entre tanto, el grupo 2, que se encontraba
fuera de Cueva Grande, se dividió en 3 subgrupos que realizaron, turnándose, las
siguientes actividades:
1. Actividades de progresión vertical (rápel guiado y
escala) y aprendizaje del equipo y las técnicas básicas para descender por
cuerda. Se instalaron dos vías paralelas para la realización de un rapel guiado.
Los participantes irían asegurados desde arriba y un monitor descendería con
ellos por la cuerda paralela unido a ellos con un cabo de anclaje para guiarles.
Los participantes admitieron haber disfrutado mucho con esta actividad y muchos
quisieron repetir, aunque no todos pudieron por falta de tiempo. A la vez,
aquellos que lo desearon pudieron probar a subir y bajar por la escala, también
asegurados. Para estas actividades se utilizaron arneses integrales para los
participantes menores de 9 años, o menos corpulentos, y arneses de cintura
convenientemente ajustados para el resto.
2. Visita de las Cuevas del Puente y de los Pescadores, situadas en las paredes
de la margen opuesta del cañón del río Bornova. Para ascenderá estas cavidades,
también se instalaron cuerdas de apoyo para evitar caídas. Los participantes
pudieron apreciar cómo algunas cavidades han sido utilizadas durante años por
los lugareños como basureros naturales. Es el caso de la Cueva de los
pescadores, con dos entradas, una superior, desde la que la basura era arrojada
por una rampa, cayendo hasta la parte inferior. En la visita de estas cavidades,
los participantes encontraron algunas extrañas pistas de colores cuyo
significado descubrirían durante la actividad de la gymkhana.
3. Visita a la cueva del Caldero, situada por encima de la Cueva Grande. Lo más
interesante de esta actividad es la situación elevada de esta cavidad, la más
alta de la zona, que permite apreciar el entorno paisajístico mejor que ningún
otro punto a visitar. Durante los trayectos se ampliaron las explicaciones sobre
la geología, flora y fauna de la zona. Al igual que en la actividad descrita
anteriormente, los participantes del grupo 1 realizarían estas visitas por la
tarde, después de la comida. Hay que señalar también que las dos actividades en
su conjunto, sirvieron para cubrir todos los contenidos teóricos señalados en el
programa de la actividad, tal y como se ha ido reseñando en el texto. Hacia las
13:00, ambos grupos han concluido sus actividades matinales. Tras recorrer el
corto camino de vuelta a la base del cañón, disfrutamos de un buen rato de relax
para comer con familiares y nuevos amigos. En pequeños grupos compartimos lo que
hemos traído y charlamos al sol. El Club Abismo repartió caldo caliente,
refrescos y después, café, chocolate y dulces a los participantes que lo desean.
Tras la comida, se hace entrega de la segunda edición de cuadernillos educativos
diseñados por Marta Gutiérrez, así como unos lápices de colores para los
pequeños que aprovechan para entretenerse aprendiendo aún más sobre el
deporte-ciencia de la espeleología y poniendo a prueba los conocimientos
adquiridos hasta el momento. Además, los niños aprovechan para dar rienda suelta
a su reactivada vocación exploradora para recorrer la orilla del río y los
alrededores en busca de nuevas sorpresas. En resumen, un rato muy agradable que
nos sirve para cargar pilas y establecer lazos personales.
Sobre las 15:00 horas recogemos toda la basura generada y los restos del picnic
que hemos disfrutado para comenzar de nuevo las actividades. Tal y como se ha
explicado ya, será ahora el turno del grupo 2 para la realización de la gymkhana
ambientada en Cueva Grande y el turno del grupo 1 para las actividades de
progresión vertical y la visita al resto de cavidades.
A las 17:00, acabado el
segundo turno de actividades, nos reunimos de nuevo en la zona del parking para
la actividad de clausura. Es el momento de que los grupos se reúnan y junten las
pistas encontradas para reconstruir el pergamino secreto y buscar el tesoro.
En pocos minutos todos los grupos consiguen completar su tarea y descifrar la
pista final que los lleva al tesoro escondido de los piratas. Muchas bolsitas
con monedas de oro aparecen para cada uno de los grupos. Los niños, agotados
pero contentos, regresan a la zona de parking para cambiarse de ropa, merendar y
charlar con sus nuevos amigos. Tras la recogida de equipos prestados, los
responsables de la actividad dedican unas breves palabras, a modo de clausura.
Agradecimientos por uno y otro lado, volvemos a casa satisfechos de la labor
bien hecha. En general, consideramos que la actividad ha sido todo un éxito y
que todos los participantes han alcanzado los objetivos de este curso.