GENTE DE ZONA: NUEVO ATAQUE A J.R. Y ALGUNA MAS 1ª parte

 RETOMANDO ABI- 049 SIMA J.R.

Marta "maquina" Gutierrez comenzando la instalación.

Se termina el año pero a alguno les queda aun ganas para salir a trabajar en Peviza. Conscientes de las fechas en las que estamos y del frio que nos espera Javi una vez mas motor de esto de la exploración genera esta salida para la que se apuntan: Marta Gutierrez, J.Luis Arias, Sergio Estringana, Laia Estringana, Andrea y Toño Herreras.

Alto Tajo, no decepciona con una mañana de nieblas y penumbras nos muestra el suelo blanquecino de escarchas gélidas y fuerte centellada a nuestra llegada. Por lo que enseguida de llegar a apeadero próximo a la sima J.R. nos ponemos en marcha uniformándonos lo mas rápido posible y organizando como Javi siempre dice "la parva" de material necesario para la sima.
Sin dilación partimos repitiendo una vez mas el camino ladino que lleva hasta la espectacular boca de nuestra sima
Y aquí está, creo que para J.Luis es la primera vez y Javi le pone en antecedentes.


La estrategia a seguir es descender del modo mas seguro posible sobre la instalación que con muchas intervenciones se ha conseguido casi 100% con spitts al mas puro estilo explorador, Marta que también es la primera vez que instala aquí va encontrando poco a poco los orificios donde atornillar las chapas no sin antes limpiar algún que otro spitt relleno de cosas. Llegar a la base de los pozos y pendular hacia una ventana sin llegar a los pasamanos para progresar por los pozos laterales objetivos de esta incursión.

al otro lado del pino




camino a seguir en la incursión

En un intento anterior se habían dejado puestos dos MMontys a modo de cabecera, cuyo aspecto a vista no parecen muy deteriorados, no obstante desmontamos uno de ellos para asegurarnos que están operativos.


Por otra parte un segundo grupo formado por Sergio y Laia llegaría por la tarde con el objetivo de procurarnos una confortable estancia en alguno de los refugios que tradicionalmente vamos utilizando en las campañas anteriores.

Se trata de acopiar algo de madera para el calor nocturno, adecentar en lo posible el solar utilizado para dormir y prender la chimenea si la hubiera para atemperar un poco la estancia.

Con todo la noche siempre será una sorpresa ¿pasaremos frio?, ¿roncará Toño?, ¿entrara algún oso…….? En fin, ya se verá.

El domingo esperamos también que se sume al encuentro Andrea, con la que Javi concierta un encuentro sobre las 9:00 en La Sima de Alcorón .




Este código te explica más sobre la zona.

 

Sábado 14 diciembre 2024

Partimos desde la sede de Abismo donde quedamos a las 8:30 cargando todo lo necesario para la actividad, ya no pararemos hasta llegar a Alto Tajo. Por la pista forestal avanzamos hasta el apeadero donde dejar los vehículos.


A este punto como hemos explicado antes llegamos Marta, J.Luis, Javi R. y yo, y partimos raudos para la sima.

La entrada presenta un frondoso tapiz de musgos, líquenes y helechos que delatan el abandono de esta cavidad por nuestra parte y al mismo tiempo nos dice que nadie o casi nadie ha pasado por aquí recientemente

os aseguro que el espectáculo en persona es bestial
debe ser la 10:30 u 11:00

Aquí tenemos diversos pinos a elegir para confeccionar el tinglado para una primera aproximación a la primera cabecera del pozo. Es Marta la que nos hace de líder en esta ocasión. Va progresando poco a poco cosiendo la línea de seguridad con una cuerda de 65 metros que presumimos que será suficiente para al menos llegar hasta el pasamanos en fijo necesario para hacer fondo hasta la galería horizontal.

Detrás, cual ristra de chorizos, venimos los demás, apoyando a Marta, Toño, cerca J.Luis y por último Javi, todos con nuestra pertinente saca llenas a rebosar de material, taladro, buriladores, cuerdas mosquetones, agua, agente naranja de Javi, comida, equipo desobstrucción equipo topografía etc..

José Luis detrás de mi


A la llegada al pasamanos y siguiendo instrucciones de Javi, Marta ata el cabo final de la cuerda al primer seguro de dicho pasamanos y trepa por una rampa de unos 4 metros a la ventana y reasegura en un bolardo la cuerda a modo de desviador para que los siguientes no tengamos que hacer esta trepada. Queda un escorzo extraño pero a mi modo de ver efectivo que superamos no sin esfuerzo ya que queda como a modo de péndulo un tanto tenso en fin nos reímos un poco en el trance ,je,je,je,je…



En este punto Javi y J.Luis se dirigen al pasamanos para que J.Luis conozca la vía tradicional que tantas otras veces se ha utilizado, transitando por encima de toneladas de murcielaguina y accediendo por la galería a la base del pozo que hemos instalado.


Aquí comenzamos con el objetivo de esta incursión, tras la ventana se accede a un caos de bloques que tras un giro de 180º nos posiciona en un paso estrecho que baja a un pozo de unos 10 metros. Arriba estan 2 multy monty que se utilizaron en un primer intento de exploración pero no se obtuvieron datos topométricos que es lo que a continuación se ha de realizar. Optamos por confeccionar una nueva cabecera mas abajo  acorde con la orografía del paso y redundar la seguridad, tenemos pues una cabecera de aproximación arriba y la cabecera de descenso nueva.

columpio nuevo








Tras un diafragma de roca se abre el pozo que resulta ser bastante coqueto, en su base se puede permanecer con seguridad y le insto a Marta a bajar para el siguiente reto.

Aspecto del pocete tras el estrecho


Javi y J.luis sondean otro agujero cercano y limpiando el acceso arrojan algunas rocas , de inmediato grito para decirles que ese orificio esta justo detrás de donde estamos nosotros y que no merece la pena forzar el paso por ahí.

Sondeando agujero


Una fina pared nos separa de este hueco que confluye al mismo sitio, en algunos puntos se han abierto vanos donde se aprecia que el tabique que queda es de escasos 20 centímetros de espesor que es por donde vi caer las rocas arrojadas por Javi.

De hecho el siguiente paso es una abertura lateral que nos baja ya hasta el fondo. Aquí me releva Marta para acometer la adecuación del siguiente anclaje para progresar. Venimos con una cuerda de 23 metros que finaliza justo aquí y hay que empalmar otra de 24.

Marta coge la maza y con enérgicos martillazos golpea la pared en busca de el agudo tintineo que revela una roca lo suficientemente solida para taladrar un anclaje, habiendo determinado el "mejor "lugar para ello, rompe contundentemente, salientes y aristas que están por debajo del asiento del anclaje previendo el violento roce que quedaría al colgar de ahí. La cosa quedó de la manera siguiente:


Detrás del nudo "barrilete" es la continuidad por la que descenderemos a continuación y nos reunimos todos.
Ya se advierte aquí el enrarecido ambiente saturado con CO2,a estos no parece afectarles tanto como a mí se les ve tranquilos, tanto es así que continúan su misión por las gateras de acceso al último pozo hasta llegar al curso fluvial del fondo. Yo en cambio me quedo con la inestimable compañía de J.Luis que hace las labores de psicólogo intentando sosegar mi ansiedad.

A mis pies Javi es succionado por la gatera que accede a la cabecera del último pozo le acompañará Marta que le ayuda con las divertidas técnicas de topografía ya hasta el final de la misión.
Desde aquí Javi me pide cuerda para descolgarse este ultimo desfonde e intento acudir al pasamanos donde recuperar unos metros de cuerda pero estoy sin aire y cortamos de la cuerda que baja los metros sobrantes para terminar lo antes posible con el trabajo.
Javi desciende pozo final
Tras una hora y media aprox regresan de la aventura habiendo recopilado con éxito los datos tras los que íbamos en el día de hoy.







coraloides



algunas formaciones de dicho lugar














aquí ya no podemos seguir por el momento .
Ahora hay que volver, Marta y yo regresaremos por la via "clasica" es decir por el pasamanos que debemos desmontar por completo pues lleva muchos años aquí y no tenemos mas remedio que retirar por seguridad. Es Marta la encargada de estos menesteres, le retiro la saca con todo el material desmontado y me dispongo a salir. He de decir que en este punto mis pulmones han resucitado sorprendentemente con solo haber ascendido unos metros la sensación de ansiedad se me pasa paulatinamente, preguntando a J.Luis abajo del todo, el oxímetro arroja valores de 16,8 y 16 ,7 incluso nos fue del todo imposible encender los mecheros de ambos, ¡que locura! y que pena.

Javi y J.Luis en cambio deben subir por los pozos anteriormente instalados midiendo todo para documentarlos y recogiendo las cuerdas que también me llevo para arriba tras picar algo.
Toño comenzando el ascenso
No me paro creo que ni iba dando los pertinentes "libre" simplemente subir y subir cuanto antes, detrás el resto de compañeros, ya es de noche pero hay una imponente luna, Javi comenta que la luz de esta luna penetra casi hasta el fondo del pozo, lastima con mi premura me lo perdí. Todos fuera sanos y salvos una gran jornada cumpliendo objetivos y disfrutando de todos y todo unas 7 horas y media de trabajo.
Marta a sido hoy la que se ha encargado de poner y quitar el descenso al pozo de la gran cavidad J.R. 
Muchísimas gracias compañeros.





Travesía Vallina-Nospotentra y visita a la Sala Pin

Participantes: Carolina, Irene, Miguel, Olga, Toño, Txomin y Vir

Sábado 23 de noviembre de 2024, 06:00 am. Suenan los primeros despertadores en el Albergue de Soba. Parte del club Abismo nos hemos trasladado este finde a Cantabria para visitar distintas cavidades como parte final del curso de iniciación a la espeleología que comenzamos en el mes de mayo. Monitores y cursillistas nos hemos repartido en dos grupos para realizar dos travesías diferentes el día de hoy, y ya desde anoche estuvimos revisando los topos para tener en mente el recorrido previsto en cada cavidad. El grupo que va a realizar la travesía Tonio-Cañuela comienza progresivamente a levantarse de sus literas, mientras que los que vamos a realizar Vallina-Nospotentra nos giramos en nuestros sacos para rascar unos minutos más de sueño. Sube por las escaleras el olor a café y a pan tostado, y los primeros rayos del amanecer entran por el ventanuco del altillo de nuestra habitación, así que poco tardamos ya en unirnos a nuestros compañeros para compartir un buen desayuno y preparar las cuerdas y el material y meterlo en las sacas. A las 10:15 estamos ya preparadísimos en el “aparcamiento” y listos para caminar hacia la boca de Vallina, donde comenzará nuestra aventura subterránea.

Vir, Carolina, Olga, Irene, Toño, Txomin y Miguel preparados para salir (o, en este caso, entrar).

A pesar de estar bien entrado el mes de noviembre, nos sorprende la buena temperatura que hace, y nos planteamos si no nos sobrará la ropa térmica que hemos metido bajo el mono... Al llegar a la gran entrada de Vallina volvemos a repasar el mapa con la topo que porta impreso y bien plastificado Irene; el sistema kárstico de Vallina es realmente enorme y complejo, con una intrincada red de galerías de 32 km de desarrollo que, en ocasiones, se entrecruzan para formar un espectacular laberinto. Si de normal es realmente importante tener a mano siempre la topografía de una cavidad, en el caso de Vallina es totalmente imprescindible.

Olga revisando la topo. A la derecha, mapa topográfico de Vallina por el grupo Matienzo.

Entramos por la boca de la cavidad y comenzamos a caminar, descendiendo por una ancha galería. Llegamos a la entrada de la gatera y Toño es el primero en arrodillarse para pasarla. Desde fuera el resto le oímos exclamar “¡está totalmente inundada!”. Sabíamos con antelación que este sifón suele inundarse en época de lluvias, pero hasta ahora en salidas anteriores del club, nuestros compañeros siempre lo habían visto seco. “Debe de ser porque casi siempre la hemos hecho en verano”, dice Irene. Bueno, pues primera sorpresa del día y ¡a achicar agua! Aunque Juanma ya nos había avisado con antelación para que llevásemos las gafas de snorkel. Como ya he dicho, esto es algo recurrente, así que en la entrada de la gatera viven de manera permanente un par de bidones, una garrafa y una esponja, con la finalidad de ahorrar algún que otro remojón a los intrépidos espeleólogos que quieran adentrarse.

Momento de cadeneta para achicar el agua con los bidones.

No sabría decir cuántos litros de agua achicamos, pero contando bidones vaciados me atrevería a asegurar que rondaban los 300… Esta tarea nos lleva más de media hora, con Toño metido en el sifón llenando los bidones con la garrafa, y el resto haciendo una cadena y alternándonos para vaciarlos en un charco a la derecha de la gatera. Txomin aprovecha este ratillo para hacer una exploración del suelo en busca de fauna troglobia (cavernícola) y encuentra unas cuantas decenas de milpiés en una zona con guano y en otra zona con madera en descomposición. Resulta que son Mesoiulus stammeri, una especie troglobia ya conocida de otras cuevas de la zona.

Algunos ejemplares de Mesoiulus stammeri viviendo tranquilamente en una zona con guano.

“Me cago en la ****” - se oye maldecir a una voz desde la gatera – “¡el viento se ha llevado hacia dentro de la cueva la garrafa!”. Nos entra la risa floja. Toño propone dar la vuelta y entrar por Nospotentra porque todavía queda bastante agua, pero como somos unos cabezotas, al final decidimos continuar por aquí. Terminamos de vaciar el sifón con ayuda de la esponja (que también acaba siendo tragada por el viento) y finalmente lo atravesamos. ¡Sí que sopla viento, sí! Menudo vendaval en toda la cara según te vas arrastrando… Nos vamos quedando todos al otro lado de la gatera para verificar la cantidad de agua absorbida por nuestros monos y guantes, y el último en pasar es Miguel, que asoma la cabeza por el agujero para mirarnos. “Ni se te ocurra moverte” - le dice Olga- “no veas lo a gusto que se está ahora que bloqueas el paso del aire”. “¡Tú quédate ahí!” le grita Toño.

Miguel taponando el vendaval y Carolina atravesando la gatera.

En la galería que da acceso al primer pozo encontramos antiguos gours con los fondos rellenos de cristales amarillos de calcita con formas muy llamativas en racimos de escalenoedros. Este tipo de cristales, llamados dogtooth por su semejanza con los dientes de los perros, son típicos de aguas estancas y tranquilas muy saturadas en carbonato.

Preciosos cristales de calcita dogtooth en el fondo de un gours ya seco.
Preciosos cristales de calcita dogtooth en el fondo de un gours ya seco.

Llegamos por fin al primer pozo, que tiene 10 m de desnivel. Vemos que tanto el propio pozo como el pasamanos por el que se llega a él ya están instalados, así que ese paso que nos ahorramos. La primera en bajar es Irene, seguida en orden  por mí, Txomin y Olga. Le toca el turno a Carolina, nuestra única cursillista del grupo, que no termina de verlo claro. Lo cierto es que la cabecera de esta instalación implica hacer un pequeño penduleo una vez puesto el descensor, y puede generar un poco de inseguridad si te enfrentas por primera vez a esta situación.

En lo que dura la espera, Txomin aprovecha para seguir buscando animalitos de los suyos. Hay una zona con algunas piedras y agua goteando y escurriendo, lo que le confiere un aspecto prometedor… ¡y premio! De debajo de una piedra sale corriendo un pequeño monstruito – “¡Un ciempiés troglobio! ¡Y además bastante troglobiomorfo!”- grita. Tiene unas patas y unas antenas extremadamente alargadas. Pertenece al grupo de los Lithobiomorpha, casi seguro al género Lithobius, que cuenta con varias especies adaptadas a las cuevas en la zona. Txomin corre a enseñárnoslo, y lo miramos interesadas a la vez que sorprendidas. La sorpresa puede ser, quizá, por cómo puede haber encontrado este miriápodo tan pequeño, o quizá por el aspecto extraño del mismo, o quizá por lo poco habitual que es que otro espeleólogo esté tan emocionado por algo como los invertebrados de las cuevas, que tan poca atención suelen recibir... ¡o quizá un poco por todo!

Yo a lo mío, buscando huesos en cada rincón, como siempre. No va a ser Txomin el único peculiar del grupo... Encuentro unos dientes de algún cérvido jovencito, ya que carecen todavía de raíces, y también algunos huesos, que están totalmente encostrados por una capa de carbonato, confiriéndoles un cierto aspecto a croqueta... Por el aspecto es difícil discernir si pertenecen a un animal moderno, o si son restos fósiles.

Carolina finalmente no se anima a bajar y, a pesar de ofrecerle diferentes alternativas como montar una segunda cuerda a su lado, prefiere irse. Toño sale con ella, no sin antes convencerles de entrar por Nospotentra para que puedan disfrutar del resto de la cavidad. Quedamos así; Toño y Carolina nos esperan en la entrada de Nospotentra mientras el resto realizamos la travesía directa para recogerlos y continuar ya todos juntos hacia la Sala Pin.

Lo primero que nos llamó la atención a los primerizos de esta cueva, fue la magnitud de la galería nada más bajar el pozo. Acostumbrados a nuestras modestas cuevas de Madrid y Guadalajara, y a alguna que otra sima que hemos visitado por el País Vasco, aquí se nos abría una inmensidad ante nuestros ojos. Avanzamos velozmente (mentira, Txomin se paraba de vez en cuando a buscar bichos debajo de los bloques mientras que yo iba ojeando más huesos, como un esqueleto de un erizo, y/o minerales curiosos) en dirección a los pozos P12 y P18. Cabe destacar el bien elegido nombre de “Gypsum Paradise”, galería que hizo las delicias de Olga con sus cristales de yeso fibroso por todas partes.

Llegamos al P12, no sin comprobar en todo momento la topo, e Irene lo instala en doble para poder recoger la cuerda desde abajo, como hace también después con el P18. Olga cierra el grupo y se va encargando de recoger las cuerdas. Una vez en la base del P18 comprobamos el mapa con la brújula para ver la dirección de las galerías, y nos sorprende que la brújula de Irene señala en dirección contraria a lo que debería… Bueno, en este sector no hay mucha pérdida, así que continuamos adelante sin perder el mapa de vista.

Olga descendiendo a toda velocidad el P12 mientras Irene y Miguel comprueban la topo. Txomin e Irene revisando de nuevo la topo en cada giro de las galerías.

Llegamos a la sala que precede al P13, toda ella cubierta por arena que parece de playa, y Miguel nos cuenta que hace tres años encontraron en esta sala un ratón muerto y les pareció curioso, dada la profundidad a la que estamos. Nos cuenta que lo colocaron en una repisa que salía de la pared de la roca y nos enseña el lugar exacto… y ahí sigue. Ante el paso del tiempo ha perdido todas las partes blandas de su cuerpo, pero conserva todos sus pequeños huesecillos en perfecta conexión anatómica. Txomin se acerca a verlo y comenta que ha sido pasto de larvas de moscas carroñeras, ya que se observan los puparios que dejaron atrás las larvas tras alimentarse y realizar la metamorfosis. Yo, por mi parte, me fijo en la dentadura para verificar a qué especie perteneció. Definitivamente era un ratón común, Mus musculus.

Restos del ratón que permanecerá ya para siempre inmortalizado en el que fue su último refugio.

Anfípodo encontrado en Cueva Vallina, de aspecto ciego y despigmentado.

Ya bajado el P13 pasamos el “Windy Corner”, repleto de llamativas estalactitas que asemejan puñales, y gateamos sobre unos cuantos charcos que todavía están en formación, a juzgar por el chorreo continuo de agua que íbamos sufriendo. Al pasar por los charcos a cuatro patas, enturbiábamos el agua, pero Txomin observa algo que le llama la atención y nos pide quedarse un rato a observarlo con detenimiento. En el fondo del charco había algo pequeño, blanquecino, del tamaño y aspecto de un grano de arroz, o algo menor, que, en vez de moverse en el sentido del agua, zigzagueaba lentamente sobre el sedimento. ¡Un crustáceo estigobio (cavernícola acuático)! Este pequeño animal ciego y despigmentado es un anfípodo que pertenece al género Pseudoniphargus. Aunque no conocemos el nombre de la especie (con suerte lo podrá proporcionar algún investigador experto), su mera presencia nos recuerda que en cada pequeño rincón de este mundo subterráneo puede haber pequeños detalles que pasamos (o ¡pisamos!) por alto, y nos hace pensar en la de cosas que habremos "mirado sin ver"...

Olga y yo nos quedamos meditando a pocos metros a esperar a Txomin mientras que Irene y Miguel recorren los 50 metros que quedan hasta la salida de Nospotentra, donde aguardan Toño y Carolina. Nospotentra. Qué nombre tan curioso a primera oída, ¿verdad? Unos días antes de salir hacia Cantabria, y para satisfacer mi instinto investigador, estuve leyendo sobre este sistema de cavidades. Para mi gozo arqueológico, resulta que en este punto de la galería, antes cerrada al exterior por un desplome del terreno, se encontró en la década de los 80’s un pequeño vaso o cubilete de la Edad del Bronce, que hoy guarda el museo arqueológico de Santander. Los investigadores que la descubrieron, del grupo Matienzo Expeditions de origen inglés, sabían que los humanos de esa época no habrían podido llegar hasta allí desde Vallina, y que, por tanto, tendría que haber una entrada más cercana. Quemando neopreno en el interior consiguieron localizar esta antigua entrada por el humo que se colaba entre los bloques hacia el exterior y abrirla de nuevo, quedando bautizada por el experto que estudió la cerámica (Peter Smith) como “the lost pot entrance” o la “entrada de la olla (en este caso un vaso) perdida”. Existen dos versiones sobre el cambio que se produjo en el nombre con el que se ha quedado definitivamente. La primera es que, a costa de pronunciar mal esta frase, el nombre acabó derivando fonéticamente. La segunda explicación es que, en sus exploraciones, el club de espeleología Tortosa de Tarragona propuso el nombre de Nospotentra, no como modificación fonética del original, sino como contracción de la expresión "no se puede entrar" en catalán (no es pot entrar).

Fotografía y dibujo arqueológico realizado por Peter Smith de la cerámica encontrada en Vallina y que demostraba la existencia de la entrada por Nospotentra, a la que dio nombre. Topografía original de 1989 donde el nombre de esta entrada todavía conservaba su “versión inglesa”.

Olga y una servidora en nuestros momentos zen esperando el regreso de Irene y Miguel con Toño y Carolina.

Una vez reunificado el grupo original, volvemos sobre nuestros pasos hasta la base del P13, donde realizamos un ligero almuerzo, ya que a lo tonto llevamos tres horas de caminata, antes de colarnos por la estrecha grieta que da acceso a la red de galerías que nos llevará camino del Dragón. De camino a estas galerías, yo no puedo evitar parar de agacharme o pegar la nariz a las paredes admirando las distintas formaciones de espeleotemas que cubren este tramo de la cueva o la cantidad de fósiles marinos embebidos en las rocas.

Txomin pasando por la grieta bajo el P13 y yo deteniéndome a mirar unos espeleotemas de tipo coraloide en forma de racimos de uva.

Llegamos al imponente dragón, silencioso testigo rocoso de las historias que guarda esta caverna. Nos hacemos las correspondientes y obligadas fotos de grupo con él, claro.

¿Cuántas fotos llevará ya el Dragón a lo largo de su vida?

Continuamos por la red de túneles y galerías que nos deben llevar hasta el objetivo final de nuestra visita: la Sala Pin. Vigilando, eso sí, en todo momento la topo…

Atravesando túneles de clara morfología freática durante todo el recorrido, y sin quitar un ojo a los mapas…

Pasamos (algunos con más esfuerzo que otros) el angosto meandro que parece hacerse interminable.

Olga, Toño y yo esperando nuestro turno para pasar las zonas más estrechas y aprovechando para admirar la enorme cantidad de rudistas que hay en las paredes y techos. Txomin probando distintos ángulos para atravesar un punto del meandro embarrado, bajo la atenta mirada de los tres anteriores.

En “The Canyon” encontramos la famosa tirolina, que nos sirve de mucha ayuda para pasar al otro lado todas las sacas, cargadas todavía con varios litros de agua y algún que otro kilo de fuet y chocolate. Nada más pasar “The Canyon” vivimos una situación algo cómica cuando Irene y Miguel nos piden que nos quedemos quietos mientras se adentran por una galería estrecha para ver si es el camino que debemos seguir, y aparecen por detrás del grupo como si hubiesen entrado en un agujero de gusano. “¡Pero no os mováis!” - nos grita Irene al resto. “Si no nos hemos movido” - le respondemos. “¿Y ese catadióptrico?” – “Es el que colocó Toño nada más llegar” – “No entiendo nada, no os mováis”. Tras revisar otras galerías aledañas, finalmente encontramos la buena y la continuamos hasta el “Road to Glory”, donde encontramos unas impresionantes formaciones de estalagmitas a nuestra derecha y nos detenemos unos instantes a hacernos algunas fotos. Alcanzamos ya la enorme “Avinguda de la Sorra”, cuyo aspecto no tiene nada que ver con los meandros que dejamos atrás.

Grandes avenidas que desembocan en la Sala Pin.

Llegamos finalmente a nuestro destino, la Sala Pin. No hemos conseguido averiguar el origen castellano de este nombre, pero su nombre original en inglés, “Swirl Chamber”, ya da una enorme pista sobre la morfología de esta sala. Con 40 m de diámetro, asciende sobre nuestras cabezas de manera circular con forma de gigantesco remolino y techos totalmente planos. Caprichosa erosión causada por la acción del agua y del colapso de los estratos de caliza, que han quedado en el centro de la sala en forma de grandes bloques sobre los que nos sentamos a admirar la cúpula antes de retomar el camino de vuelta.

Risas cómplices al llegar a la Sala Pin y admirar el gran remolino (que, para mi desgracia, no conseguimos que salga en las fotos).

Tras deshacer lo andado y gateado con anterioridad, salimos por la fisura que da acceso al P13 y enfilamos directos hacia el “Windy corner”. Por el camino Txomin vuelve a emocionarse al avistar otro ciempiés de color miel, y con el mismo aspecto bastante alienígena que el anterior, que huye espantado al vernos (u oírnos) llegar. ¡Aunque esta vez lo pudo fotografiar!

Ciempiés troglobio, probablemente del género Lithobius, correteando por el suelo de la cavidad.

Sobre las 20:45 asomamos las cabezas por la salida de Nospotentra, donde ahora ya sí se puede tanto entrar como salir, claro está. Desde luego ha sido una salida divertida, emocionante y llena de conocimientos. Ahora ya sólo nos queda, en la oscuridad de las tardes invernales, ascender la ladera para llegar a los coches. De vuelta ya en el Albergue de Soba compartimos una recuperadora cena a base de hamburguesas con nuestros compañeros que han realizado Tonio-Cañuela, y con los que intercambiamos impresiones y anécdotas. Ya sólo queda preparar la salida de mañana antes de ir a dormir, porque la aventura del finde no acaba aquí, ¡¡que nos vamos a hacer Cuevamur!!

Vir 

(con aportaciones entomológicas de Txomin)


Noviembre de 2024. Más trabajos en la zona del Alto Tajo. Nueva ABI114, ¿será C-8, sima perdida de Comando?

 Nueva ABI-114, ¿será C-8, sima perdida de Comando?, y otras cosillas por la zona.

Otra vez una mañana suelta para acercarnos al territorio, para seguir "mordiendo" alrededor del área donde presumiblemente han de estar algunas de las simas "C" de Comando que todavía no hemos encontrado.

ABI-014, conocida de hace mucho, se acaba ahí donde veis

A base de ir "royendo la galleta", al final han de aparecer, si bien no queda más remedio que completar la búsqueda en un área suficientemente representativa y luego valorar "quién es quién" de entre las que aparezcan. Laborioso, aburrido y a veces desesperante, pero es la manera, y además de vez en cuando aparece algún agujero nuevo.

Vamos a seguir ampliando el perímetro del área ya prospectada y donde estimábamos estarían C-9, C-10 (esta sí apareció) y C-11... C-8, según los datos del grupo Comando, también puede estar por ahí.

De la última sabemos que ha de ser de pequeña envergadura, insignificante, porque eso da a entender Comando en su memoria de trabajo. Por su escasa importancia no fue topografiada.

Aspecto del pinar en esa parte, con esas depresiones tan atractivas que indican carstificación y posibles accesos al subsuelo...

Detalle de una de esas depresiones a favor de fracturas. Esto es frecuente en casi toda la zona del Alto Tajo donde trabajamos

En el entorno ya localizamos en el pasado una pequeña cavidad (ABI014) que por sus dimensiones y aspecto podría ser esa, pero podría haber otras similares y conviene comprobarlo por lo que todavía no aventuraremos nada.

El trabajo de prospección

Alcanzamos las cuadrículas a barrer temprano, ya empieza a hacer fresco, 1 ºC marca el termómetro del coche. Iniciamos el barrido grabando un track de guía con el GPS. Circunvalaremos y progresivamente iremos dando vueltas dejando las líneas recorridas a unos 10-12 m, y así hasta completar todo el trocito.

Al poco, nos encontramos un agujero en el suelo con diámetro algo menor de un metro y profundidad aproximada de otro metro, abierta a ras, aparentemente un hundimiento reciente. Se cataloga como POSABI-075, quién sabe si la limpieza del fondo nos ofrecerá alguna sorpresa.

POSABI-075, a ras de suelo, pequeño hundimiento sin continuidad, pero quién sabe si hurgando un poco en el fondo... 

Poco después toca pasar junto a la pequeña cavidad conocida como ABI-014 a la que no hemos bajado porque se ve el fondo y sin continuidad. 

Se abre en un embudo descendente, con resalate rocoso en alguno de sus lados, y se desfonda en unos 3 m. El desnivel total quizá alcance 5 m. Dadas sus características, siempre hemos pensado que podría tratarse de la sima C-8.

Aspecto de la entrada a la pequeña sima ABI-014, que no alcanzará más de 4 o 5 metros de profundidad

Aprovechamos que estamos allí para ojear y documentar mejor la posibilidad POSABI-058 que se apuntó hace algunos años. Es en realidad un pequeño hundimiento, pequeñísima dolina 1 m de diámetro y taponada con sedimentos, pero que podría merecer la pena tantear limpiando su fondo de restos y tierra suelta.

POSABI-058, un "hoyo" entre la hierba repleto de restos vegetales y sedimentos, algún día quizá la limpiaremos por si acaso...

Continuamos dando vueltas y de repente, en lo más intrincado y complejo de prospectar por la enorme densidad de enebros que lo cubren todo, nos encontramos una boca entre las ramas que se desfonda verticalmente. Se marca como nueva cavidad ABI-112.

ABI-112, nueva, de escasa profundidad... ¿será la sima C-8 perdida?

La boca no es de grandes dimensiones y casi parte desde el nivel de la superficie, sin embudo descendente. Parece abrirse a favor del cruce de dos diaclasas.

No se ve bien el fondo por la vegetación, y no es fácil acercarse al borde. No obstante, sondeada con piedras, se quedan a escasa profundidad, parece que acaba ahí cerca de la entrada.

Puede que no os lo creáis, pero la sima ABI-112 está ahí...

Por su localización y características, a falta de bajar y explorarla, también podría ser la sima C-8, así que tenemos un dilema entre ABI014 y ABI112. Lástima que los compañeros de Comando no hicieran una descripción más detallada y dibujaran un croquis, ayudaría mucho a aclarar cuál de ellas es.

Continuamos echando la mañana dando vueltas. Encontramos algunos pequeños hundimientos, pequeñas depresiones que indican carstificación en estos llanos, pero poco más.

Finalmente completamos el área elegida y abandonamos el territorio.

No es que tenga mucho que ver con la prospección y exploración de cavidades, pero como me gustan estas cosas... "pedo de lobo" bien grandote, posiblemente Lycoperdon, me dicen los que saben.

Consideraciones sobre la sima C-8 y las simas localizadas en el área

En relación con la sima perdida de Comando C-8, según los datos aportados en su memoria de exploraciones de 1993 se situaría a 300 m de C-6 con rumbo 55º N.

Conocemos la localización C-6 y las dos cavidades candidatas, a falta de estudio, son:

ABI112 (nueva localizada hoy): A 412 m de C-6, rumbo 58º N.

ABI014 (conocida ya): A 180 m de C-6, rumbo 84º N.

Con estos datos, la sima C-8 más bien podría ser la localizada hoy, ABI112. Si no aprece alguna otra candidata en el entorno, y si tras estudiarla resulta ser una cavidad de pequeña envergadura (Comando anota que se descendió sin instalar porque no continúa, y comenta que por eso no se hizo topografía), podríamos asumir que es realmente C-8.

Con esta captura de la foto aérea en Google Earth podéis ver la situación relativa de esas dos pequeñas simas, pensamos que la última, ABI-112, es mejor candidata a que sea la perdida C-8

Entonces sólo nos quedará estudiar ambas y levantar sus correspondientes planos topográficos, dejándolas definitivamente acabadas.

F. J. Rejos

Entrada destacada

Cambiamos el día de apertura de nuestro local al JUEVES!!

Os comunicamos que, a partir del 13 de febrero, nuestro local pasará a abrirse los jueves de 20:30 a 21:30 , en lugar de los martes como ve...