Desayunar en la terraza mirando
al mar a finales de octubre es una imagen idílica. Qué mejor forma de coger
fuerzas tras el merecido descanso nocturno para afrontar un segundo reto
espeleológico en el levante español. Lástima que estuviera… ejem… diluviando
ligeramente y que tan solo pretendiéramos visitar una sima de unos 30 metros de
diámetro sin resguardo alguno frente a la lluvia.
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Mañanita de lluvia en
Gandía
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En fin, que entre lo poco clara
que se avecinaba nuestra empresa y que… para qué negarlo, nos gusta tomarnos con
calma el café, acabamos dejando el apartamento a eso de las 11:30. De camino,
parada obligada a comprar pan y unos dulces de coco en Oliva. Viendo que la
lluvia no era ya tan pesada decidimos encaminarnos a la boca de l’Avenc Ample
en la Vall d’Ebo, en el municipio de Pego. Unas cuantas curvas y un paisaje de
lapiaz impresionante nos conducen a esta amplia cavidad cuyo nombre en valencià le hace justicia.