El coordinador de la zona de Tamajón, lanza convocatoria de
salida a principios de marzo, así que, tras un largo periodo de inactividad por
circunstancias de la vida y época pandémica, desempolvo el traje de faena con
muchas ganas de actividad cuevera.
Quedamos prontito en el bar de Tamajón Sergio, Miguel, Rafa
y yo, para tomar el cafecito de rigor, un poco de charla y en marcha. La idea
es revisar trabajos pendientes en algunas cavidades del sector X y hacer una
visita a la Sima Fliper, una sima ya explorada, que no ofrece mas continuidad,
pero que algunos de nosotros no conocemos. Dejamos los coches y nos equipamos
con todo lo necesario.
Ponemos rumbo a la entrada, guiados por Rafi, ¡cómo se
orienta! Yo estaría perdida desde el primer minuto. Una vez en la boca de la
sima, podemos observar que la entrada es en forma de embudo, al parecer, se
hundió todo el terreno dejando al descubierto la entrada, lo que permitió poder
descubrir y explorar la sima.
Últimos preparativos, ensacamos cuerda, repasamos colocación
de equipo y para dentro.
|
Todos limpitos antes de entrar en la sima |
Se encargan de instalar Sergio, triangulando en dos árboles
para evitar en gran roce que hay en la entrada, permitiendo acércanos a la
cabecera del PKK (P15). Importante resaltar, para la realización de esta sima,
hay que llevar varios antiroces, son bastante necesarios. La calidad de la roca
es pésima y no es posible colocar anclajes salvo en algunos lugares concretos.
En todo momento utilizamos la instalación que existe para progresar de la mejor
manera posible. Poco a poco vamos entrando, Miguel el siguiente y yo cerrando
el grupo.
|
Sergio y Rafa preparando la triangulación |
La entrada a la sima es una grieta estrecha, que según
descendemos va abriendo, dejándonos más espacio. Nos llamó la atención la
cantidad de agua que descendía por las paredes, también pudimos apreciar
coladas y pequeñas formaciones.
|
Miguel en la primera rampa |
Una vez en el pozo continuamos por un par de rampas, al
final de la segunda rampa, indagamos si pudiera existir alguna posible
continuidad por algún “recoveco” ;), encontramos unas láminas finísimas de
caliza, pero están rotas en pedazos.
Continuamos descendiendo, en mitad de esta sala hay un
bloque con una gran cuerda rodeándolo, nos servirá para reasegurar la siguiente
cabecera que se encuentra en un bloque del suelo, en este lugar las paredes
solo tienen una leve capa de calcita que recubre la arcilla, por ese motivo no
fue posible instalar los anclajes en otro lugar. Nos anclamos a ella, esto nos
ayuda a descender por la rampa hasta la cabecera del siguiente pozo (P9), y
descender a la siguiente sala. En este descenso utilizaremos un par de
antiroces, también en esta sima hay que andarse con ojo con las piedras
sueltas.
Ya todos debajo de la sala Eled, avanzamos unos metros hacia
la sala Pululante donde nos saludan un par de murciélagos, encontramos una
pequeña trepada que termina en un gatera estrecha donde tras unos metros, no
existe continuidad.
|
Buscando posible continuidad.... ¡Cuéntanos! |
Volvemos a la sala Eled, donde seguimos descendiendo hacia
el famoso “paso mercedes”. ¡Menuda entrada!, si no supiéramos que hay
continuidad, la verdad que se podría dudar si entrar o no. La entrada bastante
estrecha, prácticamente tienes que sentarte dentro del agujero e ir probando la
postura más cómoda para entrar, una vez dentro la primera parte de la gatera
hay que avanzar con los pies por delante, yo hubo un momento que pude darme la
vuelta, pero depende de las dimensiones de cada uno. Los aparatos se enganchan
en todas las aristas, casi mejor quitárselo antes de entrar en la gatera. Y ya
la cantidad de barro y charcos según vas avanzando, jejejeej, acabamos
rebozados hasta el pelo. Que pena, no tenemos ninguna descripción gráfica
nítida del paso mercedes.
Una vez llegamos al final de la gatera, nos sorprendemos al
llegar a la cabecera del pozo que da lugar a la Sala Antonio, no esperábamos
sala tan grande después de esa angosta gatera, menudo alegrón. No encontramos
ninguna roca que parezca “buena” para la colocación de anclajes, salvo los dos
spit que ya existen pero que no se encuentran en buen estado, en otras
ocasiones, nuestros compañeros de abismo que estuvieron hace unos años,
descendieron con la famosa escala. Así que nos quedamos con las ganas de bajar
y disfrutar de la ultima parte de la sima. La sala Antonio, tenía un laguito o
charco bastante considerable (por la gatera donde entramos había flujo de agua
que bajaba a la sala). También pudimos ver un “pequeño desagüe” que transcurría
por la sala, no pudimos comprobar la dirección de la corriente…Aunque ya ha
sido explorado en mas ocasiones sin ofrecer mas continuidad.
|
Hasta el pelo de barro, pero contentos |
Iniciamos retorno hacia la superficie, con sensación de haber disfrutado de una buena jornada cuevera, en buena compañía y con muchas risas, muchas gracias compañeros.
P.D. Disculpad la calidad de las fotos
Esthela Sánchez