CUEVAMUR

 

CUEVAMUR (24-Nov-2024)

Marta, Irene, Olga, Miguel, Txomin, Virginia, Cesar, Israel, Roberto.

 


Comenzamos nuestro segundo día por Cantabria. El objetivo es realizar ``Cuevamur´´.

Tras coger fuerzas con un buen desayuno y recoger las cosas del albergue, nos ponemos en marcha. El camino hasta el aparcamiento dura una media hora en coche, una vez allí nos terminamos de equipar, comprobando que todos los hierros van bien puestos y comenzamos el paseo de unos diez minutos hasta llegar a la majestuosa entrada de la cueva.

                                                                 Aproximación a ``Cuevamur´´ , Txomin , Cesar y Miguel

Una vez en la entrada de la cueva y después de las indicaciones estamos preparados para adentrarnos en esta nueva aventura.

 El grupo lo componemos nueve personas, de las cuales tres somos cursillistas (Irene, Israel, Rober) y seis monitores (Marta, Miguel, Cesar, Vir, Txomin y Amparo). Dirige el grupo Marta e iremos alternándonos un monitor y un cursillista.

La cueva nos recibe con un primer bloque de pasamanos, los cuales se atraviesan sin dificultad. A continuación, realizaremos un pequeño descenso que nos lleva a la sala de los termómetros.  Una vez aquí y tras una pequeña ascensión, accedemos al ´´laminador´´, lugar que nos hace echar nuestros cuerpos a tierra por primera vez en el día; aunque no la última; unos treinta metros reptando cada uno como bien puede, con esfuerzo y sudor, ya que la temperatura en la cueva era muy alta.

Finalizado el tramo del laminador, ya erguidos, podemos comenzar a hacernos a la idea de las dimensiones de la sala, desde el pequeño balcón en el que no encontramos.

Comenzamos el segundo pasamanos, iniciándolo con un descenso y terminándolo con un pequeño ascenso que requiere el uso del puño y el crol, además de mucha pericia puesto que el suelo por el que avanzamos resbala y a más de uno nos hace pasar un mal rato.

Una vez arriba avistamos la gran sima, un lugar impresionante, que nos ofrece una sensación de grandeza inmensa.

Una vez reunificados, Marta inicia el descenso de 60 metros, el cual se hace largo, ya que los pasos existentes y las condiciones del suelo hacen que sea resbaladizo. Poco a poco y con pericia vamos bajando, de uno en uno. Durante la espera, nuestro compañero Txomin localiza en este punto, antes de iniciar el descenso a la gran sima, un`` Antisphodrus peleus´´.

                                                                        Descenso a la gran sima por parte de Amparo

 Una vez abajo, como los primeros llevamos tiempo esperando y el frio comienza a hacer algo de estragos avanzamos un grupo de cuatro, hacia la sala campamento a través de la plataforma. Esa subida por la plataforma la realizamos como buenamente podemos, utilizando pies, rodillas, piernas, ya que resbala muchísimo y no a todo el mundo le funciona la misma técnica. Mientras unos subimos y otros continúan bajando, asistimos a un momento mágico y sorprendente, ya que nuestro compañero Txomin comenzó a tocar por sorpresa su Tin Whistle de madera y nos deleitó en primer lugar con la canción titulada `` An Dro´´, canción tradicional bretona, para seguir con un segundo tema titulado ``la danza del oso´´ haciendo del momento y el lugar algo único e irrepetible.

Una vez todo el grupo ha descendido y todos hemos subido a la sala del campamento, nos reunificamos, momento que aprovechamos para echar fotos, coger algo de fuerza e incluso los más creativos aprovechan para hacer algo de arte abstracto.

Retomamos nuestra marcha pasando por la sala de las cascadas, para continuar por la sala del caos y la galería de los meandros donde encontramos diversos tipos de espeleotemas. Tras pasar esta última galería nos encontramos rápidamente el lugar del cual se nos había hablado con anterioridad, creando un poco de suspense, sobre todo en los cursillistas, ``el paso de los retales´´.

Los más experimentados nos dan explicaciones de cómo podemos pasarlo y comenzamos a adentrarnos de uno en uno. El paso es realmente estrecho y crea una sensación de angustia real, por lo que cada uno va atravesándolo de la mejor manera posible, hasta que el grupo vuelve a encontrarse.


                                                                                 Grupo reunido tras salir del paso de los retales.

Una vez hemos atravesado el paso de los retales compartimos impresiones de cómo ha sido la aventura en el paso de los retales y aprovechamos para beber un poco de agua.

Continuamos la marcha ahora ya de pie pasando primero por la ``galería del coral´´ para llegar a la sala de los cristales, lugar que nos permitía seguir observando el espectáculo cárstico, del cual estábamos siendo espectadores de lujo en el día de hoy.

                                          Foto de grupo en la sala de los cristales : Cesar, Israel, Virginia,Miguel, Irene, Marta, Amparo, Txómin y Rober.

 

Tras superar esta última sala, toca de nuevo tirar los cuerpos al suelo para superar la ``galería de los guantes´´, galería que al menos en el cuerpo de este que escribe supone un reto ya que empiezan aparecer dolores de codos y rodillas y hace que sea complicada.

 

Está galería nos deja de nuevo en la ``Gran Sima´´ y una vez aquí el regreso se realiza por el mismo lugar que pasamos al principio. Tras 6 horas de actividad, todo el grupo salimos de la cueva.


Para finalizar, decir que ``Cuevamur´´ no decepciono y pasamos un gran día de espeleología, con un gran grupo.

 

 

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