El pasado martes 9 de agosto tuvimos el gusto de poder acompañar a Rebeca, Andrea (investigadoras y espeleologas de pro) y a Juan Pedro, profesor de la Facultad de Geologicas de Madrid a una visita técnica a la cueva Aierdi III en Lantz, Navarra.
El lunes por la tarde nos dimos cita en Pamplona además de los investigadores, Ana Lopez y el que narra. Como no podía ser de otra manera, previa a una emocionante salida espeleo - científica hay que salir a comentar la jugada, y que mejor ciudad que Pamplona. De vino en vino y tiro porque me toca.
Tuvimos un anfitrión excepcional. Esteban Faci, quien nos iba a acompañar al dia siguiente.
El martes por la mañana, despues de andar un rato perdidos por las circunvalaciones de Pamplona... llegamos a Lantz, percioso pueblecito Navarro. Alli nos esperaban Esteban y Jesús, técnicos del Gobierno de Navarra y encargados de la proteccion de tan singular cueva. Dimos cuenta de un pantagruélico almuerzo - desayuno a base de bacon, revuelto de setas... y todo bien regado con un caldo de la tierra...
Por si se me habia olvidado, las cuevas de Aierdi (hay varias) son conocidas por sus preciosos espeleotemas, muchos de ellos tiznados de un bello color azul o verde debido a las mineralizaciones cupríferas de la zona. Las cuevas han sido interceptadas y presentan zonas excavadas por minas de la época de los romanos (segun tengo entendido). Tal y como veremos la cueva ha sido vilmente profanada, habiendose producido en tiempos pretéritos saqueo de formaciones, lo que llevo al cierre de la misma (Aierdi III).
Preparativos para subir a la cueva, Esteban, Jesús, Ana, Rebeca, Andrea y Juan Pedro (al que le engañamos y le endosamos la mochila más pesada) y yo no salgo porque he hecho la foto.
Llegamos en unos 20 minutos a la boca de la cueva, tras un paseo agradable entre hayas.
Para evitar la entrada a la cueva existe un ingenioso sistema con una losa de unos 700 Kg de peso. Hay que moverla mediante un polipasto que se monta cada vez. Para eso las cuerdas y artilugios que llevabamos en dos mochilas.
Dentro de la cueva es un placer admirar las formaciones al tiempo que Rebeca, Juan Pe y Andrea realizan su investigación de toma de muestras y mapeo de espeleotemas. Esteban y Jesus nos muestran interesantes rincones.
La progresión por la cueva es fácil si bien existen algunos puntos con cierto riesgo donde hay cuerdas fijas instaladas, especialmente un pasamanos donde hay bastante caída.
Nos deleitamos con las formaciones en las diversas salas de la cueva, y con pena vemos gran numero de espeleotemas "capados". Lástima.
Encontramos espeleotemas delicadisimos de aragonito, formados por haces cristalizados así como estalagmitas de calcita
Las formaciones coloreadas de azul y tonos verdosos no estan por todas partes sino restringidas a ciertas zonas.
Salimos encantados por haber disfrutado de una cueva preciosa. Con ánimo de volver si, como dice Jesus, es necesario echar una mano mejorando la topografía, o o que se tercie.
Llegados a Lantz disfrutamos de una comida.... ¡para que contarlo! si ya fue abundante el almuerzo... digna de las 12 pruebas de Asterix.
Agradecemos a Rebeca, Andrea y Juan Pedro el invitarnos a acompañarles en sus trabajos. A Esteban y Jesus, excelentes anfitriones y expertos en la materia. Jesus que se desenvuelve por la cueva como un hurón, y Esteban con sus desternillantes chistes hacia la progresion dificultosa...
Luis y Ana
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