FECHA: 24-julio-2016
PARTICIPANTES: Sergio, Santos, Pablo, Marta, Silvia, Arturo e Israel
Finalizando un fin de semana estupendo en Cantabria, se tenía programado la salida a Coventosa el domingo. Salimos del albergue a las 10 junto con el grupo que iba a la cueva del Escalón y nos juntamos todos en el parking para vestirnos de romanos.
Una vez vestidos, llegamos a la entrada y notamos ese viento “fresco” que sale de la cueva. No venía mal ya que íbamos algo sofocados. Montse que se había quedado en el Albergue nos había animado a ir andando desde allí, menos mal que no la hicimos caso porque ya desde el parking nos costó llegar a la entrada, estamos algo desentrenados. Comenzamos a bajar hacia la primera rampa y Sergio se encargó de instalar el primer descenso. Casi sin darnos cuenta ya estábamos abajo todos.
Nos dirigimos al paso mini laminador de entrada a la sala y los cursillistas pensaban que estábamos de coña. Después de los laminadores de Cuevamur creo que no les había gustado la experiencia jeje. “Tranquilos que este no dura mucho”. Una vez pasado el paso contemplamos, asombrados como siempre, la magnitud y belleza de la sala. Esas coladas, estalactitas y como no las estalagmitas tan bonitas que dan nombre a la sala. Llegamos al final de la sala donde destaca ese Belén que esta a la entrada de la salita final. Unas fotitos de grupo y de nuevo a salir de la sala, no sin antes ver al gran fantasma que le gusta tanto a Canfran.
Tras pasar los pasamanos y bajadas, llegamos a los Gours donde no deja de impresionar los colores del mismo. Todos intentábamos adivinar que profundidad tenía ese laguito. Decidimos picotear un poco y echarnos unas fotitos de grupo. Gracias a Arturo y Sergio que tienen unos buenos frontales nos salieron unas buenas fotos sin tener que usar flash.
Una vez arriba salimos expulsados de la cueva por el efecto venturi que hace el viento de la cueva y nada más llegar al aparcamiento venía ya el grupo del escalón. Unos comentarios de la visita y de vuelta al albergue.
Nos dispusimos a salir y en tan solo 20-30 minutos estábamos subiendo la última rampa. Arturo fue el último en subir y el que desmontaba la instalación. Mientras esperábamos arriba, Santos empezó a cantarnos unas bonitas baladas para amenizar la espera, (¿Donde esta Arturo? ¿Estará lloviendo al salir?). Para la próxima nos falta un dúo Santos-Jorge.
Una vez arriba salimos expulsados de la cueva por el efecto venturi que hace el viento de la cueva y nada más llegar al aparcamiento venía ya el grupo del escalón. Unos comentarios de la visita y de vuelta al albergue.
Israel
Camacho
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