Más simas por el Alto Tajo

Andaban por ahí los amigos Pablo y Luis Valero pensando en hacer algo el domingo 12 de febrero, lo que fuera, buscar setas incluido como posibilidad. Mira por donde veo la posibilidad de engancharme al carro.

No sé por qué será, pero tras valorar diversas opciones -alguna simita, desobstruir, buscar cuevas...- la cosa derivó rápidamente a eso de "explorar, explorar..." por la zona del Alto Tajo, vaya vicio que tienen las nuevas generaciones.

Sima C-6 de Comando, desde el fondo

Pues bueno, al final Pablo, Luis Valero, Sergio, Esthela, Toño y Javi, suficientes para hacer dos equipitos de curro y meter mano a cosillas pendientes de par en par, intentando estar cerca unos de otros por aquello de compartir las experiencias.

Un equipo se marcha el sábado con idea de hacer noche por allí, los demás nos arreamos para Villanueva el domingo temprano. Hacia las 09:30 estamos todos en el refugio de la Sima de Alcorón, lugar habitual de encuentro.

La idea era ir a en primer lugar a echar una ojeada a una pareja de simitas que Pablo y Luis Valero, junto con Iván y Rafa Acedo, habían localizado dándose un garbeo por la zona hace algunas semanas.

Simas C-6  y C-7, una junto a otra

Habían encontrado entonces tres simas no incluidas todavía en nuestros catálogos y sin indicio alguno de exploración previa, dos de ellas con mejor pinta y, curiosamente, distando pocos metros entre sus bocas. Ese detalle, unos 10 m entre entradas, y el territorio donde las habían encontrado, nos llevaba a la hipótesis de que fueran dos "C" de Comando de las que todavía están "perdidas" por allí, concretamente las simas C-6 y C-7, ambas de unos 25 m según los informes y topos originales del grupo Comando.

Sima C-6, entrada

Sima C-7



Había que bajar para comprobar, pues los primero exploradores no equiparon las cabeceras sino que recurrieron a triangulaciones ahorrando así esos trabajos, por lo que podrían ser nuevas o no.

Llegamos por los caminos hasta donde conviene, temiendo que pueda llover pues esa es la previsión para el fin de semana, y concienciados vamos para mojarnos.

Empezamos a preparar el material y a ponernos las "capas" pertinentes: forro interior, mono, botas, arnés.... ¿dónde está mi arnés? Dita sea, no está en el coche ni en el cajón de los hierros... me falta todo lo que es "tela", arneses, cabos, pedal... creo que cuando lo limpié la última no lo puse en su cajón... y donde lo puse estará, allá en Guadalajara. Asumido está, me toca quedarme fuera haciendo fotos, joer, me ataca ya la falta de memoria, que en otra ya me dejé el casco... en fin, ajo y agua.
¡Hala!, todos con los hierros puestos, y yo con el mono y un saco lleno de cacharros..."el hombre del saco", me dicen estos cachondos de compañeros míos, medio partídos de risa por lo del arnés... alguno me sugiere que con un cacho de cuerda, pero ya no estoy para esos trotes.

Llegamos a las dos bocas, juntitas, sí señor.

Dos equipos. Sergio, Pablo y yo (que miro) en la primera, un pozo vertical directo, mientras Toño, Esthela y Luis Valero en la otra, no tan directa por lo que parece.

Empezando con la C-6

La nuestra, la linterna de Pablo muestra el fondo lleno de piedras, ahí mismo... ya sabemos que es esa linterna que si te enfoca con la luz te pones moreno, y eso hace que todo esté más cerca. En contra de lo habitual, que suele ser de tipo "¡Hala, lo menos 30 metros!", cuando luego son 15, le echamos esta vez unos 15... es por tanta luz, que luego medimos con la cinta y son casi 25 metros, no está mal.

Sergio se encarga de la instalación. Desde un árbol cercano, antirroce y a montar una cabecera sobre la vertical. Taladra la roca y mete un MMS de 10 mm, y abajo... el pozo se abre bajo ese punto y se desciende estupendamente... a unos 5 m del fondo se queda sin cuerda, tentación de hacer nudo, pero al final taladra y mete un segundo tornillo, y fondo.

Nada más, la simita sólo es eso, un tubo acampanado de unos 25 m, sin más. En fin, se ajusta muy bien a la sima C-6, va a ser ésta.
Entre tanto, yo que creía que me libraba de bajar, veo que no me libro. Sale Pablo y me suelta su arnés y equipo, todo junto y con mirada severa me viene a decir que tire, tome notas y fotogafíe lo fotografiable... así no hay que volver ya.

Y así fue, arneses algo desajustados por no ponerme a ello (total para 25 m...) y casi sin acordarme de cómo funciona un stop (hace lo menos 15 años que no lo usaba, pues yo soy de rapelador tipo Dresler simple, es decir, sin freno), y abajo.

Dos cosas aprendí o recordé gracias a esta experiencia. Primero, que las cuerdas tipo "garrote" son una lata con el Stop, pues no pasan ni para atrás... eso con mi tonelaje, ni digo más algún compañero bien ligero... entiendo ahora lo de llenar la saca con piedras para poder bajar.

Y segundo, que aunque un pozo sea de 25 m, más vale ajustarse bien los arneses o parecerá que son triple... que maldije el pozo varias veces, por aquello de que había un palmo entre mi cuerpo y el bloqueador de pecho. Seguro que más de uno me entiende bien.

Pero bueno, misión cumplida. Fotos, notas, observaciones de huesos varios y demás...

Otra vez fuera, y ahora directamente me dicen que a la otra sima, que ni me quite los hierros. Ya han salido todos y confirman que son una serie de resaltes y pequeños pozos hasta el final, y que es "algo sucia"... Me arreo en solitario con la misma idea, fotos, notas... y con orden de desmontar.

Sima C-7 de Comando, entrando

Esta pequeña simita, que finalmente alcanza otros 25 m, es bien distinta: bajas (entrada que parece que te está succionando la tierra), resbalas, bajas, te pones de pie, te cuelgas, bajas, destrepas... y así hasta el fondo, donde es llanita. Sorprendente la instalación, ¡cómo se han currao los naturales!. Todo de saliente y puente en puente y saliente, hasta el fondo... sólo algún antirroce al final por no estarse a burilar el último descenso de 4 m, viendo ya el fondo.


C-7, sucesión de rampas, resaltes y pozos

Abajo, ya me lo habían dicho, dos esqueletos de herbívoro, bien conservados y especialmente uno que mantiene perfectamente la forma del animal tal y como debió tenderse a morir... asumimos que se cayeron y fueron saltando resaltes, sin posibilidad de subir, hasta quedar atrapados en el fondo, donde permanecen sus restos desde Dios sabe cuándo... sólo quedan huesos limpios. No tocamos nada, como debe ser.


Uno de los esqueletos del fondo

Arreo desmontando, entreteniéndome en quitar nudos y meter la cuerda tranquilamente y cada poco, para que no se embarre más... algún resbalón y casi los dientes al barro, pero bien, bien... me gusta esta simita, hacía tiempo que nos salía tan rebozado de un agujero de estos. Finalmente, al poco rato, ya fuera saliendo por la estrecha entrada que parece que te traga cuando empiezas a bajar.

Típica frase cuando llego a arriba: ¿Dónde te has metido?, yo, como no me veo, no me entero, no me percato del barro que cubre toda mi espalda... en fin, me ha gustado esta simita, aunque chica y guarrilla. Y sí, es la sima C-7 de Comando, se ajusta a la topo original.

Vista la hora, decidimos irnos a comer al refugio de la Zapatilla, y es que todavía quedan viandas para asar a la parrilla, y la idea es comer caliente y ahumado. Hasta un vinito tenían estos sibaritas amigos míos.

Por la tarde, todavía tenemos bastante luz, decidimos arrear a una sima que encontraron Pablo, Luis valero y Javi en un pateo previo, en la última pasada tras estar todo el día barriendo zona... bien hubiera merecido llamarse así, "La Última Pasada", pero será bautizada con otro nombre bien merecido.



Sima del Gamo, todos alrededor

Todos alrededor de la pequeña dolina de entrada, donde se desfonda un pozo en un lado. Se aprecia el fondo desde arriba con la linterna, y ahora sí lo medimos en unos 15 m sin equivocarnos mucho.

Se recurre a una pareja de tornillos MMS de 10 mm para montar una cabecera, esta vez será directa a fondo y no faltará cuerda, tras aproximarnos desde una sabina y un saliente rocoso cercanos.

Taladra, monta y baja Sergio, directo al fondo, y se le oye echar un grito de alegría... ¿será que tira bien la sima?... bueno, pues no es eso, no, es que la simita le premia por ir delante, pues encuentra una calavera de gamo bien conservada, con los dos cuernos, y a para él que le gustan mucho los cráneos de animales y esas cosas, es todo un hallazgo... y la subiría colgando y con mucho cuidado para que no se rompiera. La verdad es que el trofeo es espectacular, y más lo será una vez limpio y preparado. Por eso, al final la pequeña sima se llamará "Sima del Gamo", nombre también bien merecido.

Con el trofeo

Pero lo malo es que se quedó ahí, entre los 14 y 15 m. Lástima, qué buena pinta tenía, y sin indicio de trabajo previo. En fin, ya saldrá alguna que nos llame de tú.

Me quedo fuera, ya volveremos otro día a la topo y lo que sea. Entran todos, para abajo, miran, husmean por allí, alguna piedra mueven por si acaso esconde algún conducto... y sale Pablo flechao... y antes darme cuenta ya tengo otra vez arneses y hierros puestos, esta vez bien (pero que muy bien) ajustados a mi cuerpo, y me arreo para abajo como un hombre-orquesta, y es que esta vez va todo el equipo de topo, además de la máquina y otros útiles que uno acostumbra a pasear por las simas. La idea es salir con la topo y documentación acabada y así no tener que volver.


Tras la cabecera la pared desaparece a la espalda y la sima se amplía notablemente, la pared se sitúa a unos 6 m, estando el techo del pozo como un metro bajo la superficie... esto nos hace pensar las veces que estaremos caminando sobre el vacío en nuestros zascandileos por la zona... esperemos que el destino sea benévolo y no permita que se abra ninguna sima bajo nuestros pies mientras caminamos por allí, porque allí están las cavernas, bajos los tomillos y los pinos.

A unos 2-3 m del fondo nos sorprende una colada con pequeñas banderas cubriendo la pared, hermosa. Y las paredes del pozo, también por encima, presentan concreciones y espeleotemas diversos, no espectaculares pero se agradece encontrarlos tras haber visitado muchas simas que sólo presentan roca y roca, a veces descompuesta, en sus paredes.

Algunos espeleotemas abajo

Y bueno, poco más, arriba, esta vez sin maldecir tanto (que yo siempre maldigo algo...), salgo el último para que me den tiempo a tomar medidas y notas, alguna distancia, dibujo de croquis, rumbos... y a desmontar la cabecera, bien colocadita sobre la vertical y en la mejor roca, sí señor.

Sacamos con cuidadito los tornillos, recordad que es métrica 10, y taponamos los dos agujeros con un poco de musguillo, de manera que en el futuro puedan destaparse y roscar otra vez el tornillo... si no lo hacemos así, las avispillas y otros bichitos anidarán dentro y no se podrá reutilizar el agujero.

En fin, pues con todo esto, embarraos y satisfechos, pues a Villanueva a tomar y café, descargar el equipo en el local, y cada mochuelo a su agujero...

Javier Rejos

6 comentarios:

  1. que suerte tienen estos novatos están haciendo el rodaje en
    la zona de exploración y encima no paran de salir cosas,
    si seguimos asi terminaremos la zona antes de 20 añooooooos

    toño

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    Respuestas
    1. Nada, nada, cuando acabemos con la zona, cogemos otro trocito al lado, y así hasta alcanzar el Tajo... en 150 años acabao ese páramo...

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  2. Ostras, hay un cazador de osos entre vosotros ¿o quizás será de conejos?

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  3. Javi, que suerte vas a tener en el futuro. Ahora que aprendan mucho en el curso de topografía y así, si te olvidas el arnés en casa, no tienen justificación para no hacer el trabajo completo.

    Paco Cuesta

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  4. De osos, de osos... las madrigueras que explora son de buen tamaño.

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