Del 10 al 12 de mayo de 2019
Las XXXII Jornadas Científicas de la SedecK, esta vez se han desarrollado fuera de España, concretamente en Prades de Conflent, localidad situada en el Pirineo Norte, Francia.
Como es habitual, las conferencias se desarrollaron durante el sábado, donde nos dieron a conocer los diferentes aspectos de esta región del Pirineo. Un valle con un Karst muy interesante, lleno de cuevas magnificas y que algunas de ellas están cerradas al público para su estudio y conservación.
El domingo había varias cuevas para poder visitar, me decanté por la Cueva de Les Canalettes, una ruta circular, que te obliga a entrar y salir por una parte turística. Se encuentra situada a 300 metros de la Ciudad Medieval de Villefranche-de-Conflent en los Pirineos Orientales, del Macizo del Canigó. Se ha clasificado como patrimonio mundial de la UNESCO. Fue descubierta por casualidad a principio de las década de los 50 y tras más de 30 años de exploración geológica fue abierta al público en 1984. Son una red de cuevas que se formaron hace más de 40 millones de años en el macizo calcáreo de la región de Fuilla, encontrándose su entrada en Villefranche de Conflent.
Debido al gran interés por parte de los asistentes a las jornadas en poder visitar esta cavidad, se organizaron tres grupos diferentes y me apunté a la más temprana, pues mi viaje de vuelta a casa era de 1.200 Km.
A pesar del madrugón, al final no pudimos entrar hasta las diez de la mañana, pues la parte turística abre a las 10 de la mañana. Con lo que todos los grupos nos juntamos en las verjas que dan entrada a este complejo kárstico.
Esta cueva supera los 20 kilómetros de desarrollo con diferentes salas interiores, una de ellas de 440 metros. Nuestro grupo estaba formado por cinco espeleólogos incluida la guía. Comenzamos la ruta a través de las pasarelas y escaleras metálicas. Saltamos la barandilla que delimita la parte turística y empezamos la visita a través de cómodas galerías llenas de todo tipo de formaciones. Dejamos atrás a los otros dos grupos.
Seguimos por galerías muy ricas en formaciones, hasta un punto en el que vimos un resto de escalera metálica y medio escondido un cable eléctrico. Dije en voz alta a la que hacía de guía, que se me había hecho muy corta la travesía, pues debíamos de estar cerca de la parte turística. Nos dijo que no, que es que en un tramo se pasaba por una parte en que se volvía a ver la parte turística, pero cuando llegamos a una barandilla, recordé que habíamos pasado justo por esa pasarela.
Efectivamente, nos habíamos despistado en uno de los cruces y nos metimos por una galería que nos llevó de vuelta al punto de partida (suele pasar en cuevas grandes y con muchos ramales).
Aceleramos el paso y al cabo de un rato, vimos al tercer grupo y luego al segundo, (se sorprendieron, pues eso de que llegáramos por detrás, cuando una hora antes nos habían visto alejarnos de ellos), les volvimos a adelantar, esperando encontrar el camino adecuado para no volver a dar la vuelta por el mismo sitio.
Pasamos por una sala que algunas de sus formaciones estaban inclinadas y otras prácticamente tumbadas. Esto podía ser debido a un terremoto en el pasado o más bien a la perdida de la arcilla de una parte del suelo, haciendo perder la posición horizontal de las estalagmitas.
Aunque no es una sima y no hace falta equipo de verticales, si tuvimos que ayúdanos de cuerdas para bajar y subir algunos resaltes y pasos algo complicados. En otros tramos había también escaleras de hierro, colocadas para poder sortear estos resaltes.
La calidad y pureza de los espeleotemas es espectacular. Formaciones de un asombroso blanco puro y sobre todo muy bien conservadas. Algunas de las salas albergan macarrones y otras formaciones medio excéntricas, o por lo menos que no guardan las leyes de la física, pasando olímpicamente de la gravedad de la tierra.
Al cabo de cuatro horas, empezamos a ver la luz artificial procedente de la zona turística. Pronto estábamos saltando de nuevo la barandilla de las pasarelas que separa de la zona turística. Un pequeño recorrido por las pasarelas hasta llegar a la salida.
Desde aquí, dar las gracias a nuestra guía que a pesar de la vuelta de más que dimos, se lo curró, pues la tarde anterior hizo esta travesía para poder llevarnos a nosotros al día siguiente.
Una bonita cavidad para visitar, incluso solo para ver la parte turística.
Paco Cuesta
genial Paco como siempre estas en la brecha
ResponderEliminarsaludos
toño