Campaña Picos Europa 2019 (2º Turno)


Del martes 6 de agosto al domingo 11 agosto de 2019.
Participantes: Esthela Sánchez, Rafael Coronado, Sergio Estríngana, Juan Manuel López, Alberto González y Marta Gutiérrez.

Un año más el Club Abismo quiso participar en la Campaña de Picos de Europa ayudando a nuestros amigos del Club Alfa. Debido a los horarios y disponibilidad de cada uno no todos pudimos subir en el mismo turno. Nosotros, el último grupo, intervinimos un total de 6 días, de martes a domingo, siguiendo muy de cerca los pasos que nuestros compañeros ya habían iniciado semanas antes.

Un año más, preparamos el gran macuto y nos disponemos para la extraordinaria aventura con previsiones de mal tiempo. A pesar de todo subíamos con muchas ganas ya que este año teníamos grandes planes de exploración, con intención de centrarnos en el estudio de una incógnita de la sima 5-P.

Martes 6:

¡Comienza la aventura!

El viaje ya empezó con percances, unos días antes de nuestra subida nos informan que un compañero de Alfa que iba a acompañarnos en la andanza, ha tenido que ser ingresado. A esperas de que recupere, vamos modificando los planes. Hasta el momento contamos con que Chema se incorporará un par de días más tarde.

El punto de encuentro fue en el pueblo de Espinama, como otros años, donde nos pusimos cómodos antes de pasar unas noches entre rocas. Allí, sabiendo que los de Abismo íbamos a estar solos una temporada nos preparamos para poder montar el campamento nosotros solos con todo lo que ya nos habían dejado preparado. Distribuimos de antemano las tareas a realizar y pusimos en común la planificación y organización del día siguiente para que la combinación de tiempo y resultado fue lo más óptima posible.

Miércoles 7:

Quedamos con el todoterreno a las 13:00 en Fuente De. Cargamos el coche en cuanto llega, comemos algo y cogemos el teleférico a eso de las 13:45, no sin antes esperar una buena cola. A paso ligero llegamos a la Vueltona y Rafa, compañero que había acompañado al todoterreno, ya nos está esperando. Porteamos todo el material, comida y equipos personales hasta el campamento.

 
Al llegar inspeccionamos el estado del campamento para ponernos a trabajar cuanto antes. Nos encontramos la tienda blanca montada y más cosas de las que esperábamos. Establecemos nuestras tiendas, limpiamos la zona común y reorganizamos los alimentos a nuestra manera. Rafa se encarga del montaje eléctrico, luces y placas solares (con herramientas de primera calidad), a la vez que el resto ponemos en marcha las duchas, potabilizamos agua y organizamos la comida de la mina (alguno sonrió al ver la Yayitas).




Con todo listo, nos reunimos para organizar la salida del día siguiente. Nuestro objetivo: la 5-P. Nuestros compañeros nos han dejado instalados los primeros pozos teniendo solo que encargarnos de instalar desde el pozo del Espejo. La idea es llegar al meandro selectivo y estudiar la incógnita que aparece en la topografía. Establecemos el método de trabajo que íbamos a seguir y decidimos que Sergio y Rafa vayan primero para instalar.

Después, preparamos el material necesario. Del que contábamos de nuestros amigos de Alfa seleccionamos 2 cuerdas de 100, 2 de 50 y otra de 52, a parte contamos con todo tipo de hierros con el fin de estar preparados para lo que nos pudiésemos encontrar. Había que procurar hacer una instalación muy fina para evitar roces. Cerramos el día ensacando las cuerdas (¡cómo se enredaron las jodías!).

Jueves 8:

A eso de las 7:15 nos ponemos en pie, preparamos nuestras sacas personales y desayunamos. ¡vamos a por el reto!  Acabamos saliendo a eso de las 10 y media, asegurándonos de tener todo lo necesario y a enfrentarnos a la hora y media que nos esperaba de aproximación por el lapiaz, cargados con todas las sacas tanto de material como personales. Acompañados de una buena charla entre amigos, llegamos al punto señalado por el GPS. Una vez localizada la boca de la 5-P nos dividimos en dos equipos de 3 y empezamos a equiparnos. Decidimos que iniciarán la exploración Sergio, Rafa y Juanma. 

El segundo grupo nos esperamos 2 horas para entrar para evitar esperas innecesarias. El primer grupo, tras preparar todo el material, entra a la 13:05 y el segundo a las 15:20, horas exactas, pues vamos registrando todo y llevando un control notorio que la exploración requiere.

En mi grupo calificamos de “dura” la sima, psicológicamente hablando; desde el inicio te enfrentas a estrecheces y meandros técnicos y al ser cueva desconocida nos contó en algunos pasos saber por dónde seguir, a pesar de que nuestros compañeros del primer grupo nos habían dejado hitos para facilitarnos el camino.



La sima consiste en un destrepe algo angosto, para llegar al pozo de entrada de 17 metros, instalado con un desviador; seguido de otro pozo de 12 metros justo al salir de un primer meandro estrecho. Luego presenta dos pozos de 13 metros cada uno separados por la segunda y fatigosa gatera. Queda bastante expuesta y hay que pasar en su final anclado a la cuerda. Esto da acceso, al Pozo del Grito, un desfondamiento de 19 metros, aunque nosotros le echamos alrededor de 25 metros. Al bajar este último pozo, el segundo grupo se junta con el primero, eran las 18:00 aprox.

Encontramos a Rafi y Sergio instalando el pozo de 53, Juanma nos recibe y cuenta sus vivencias e impresiones. Resulta que han tenido que rehacer parte de la instalación al no poder aprovechar algunos anclajes viejos y que eso había provocado que ya solo quedara una batería del taladro. Además, la repisa en la que estábamos era peligrosa porque tenía muchas piedras sueltas que podrían caerles a nuestros instaladores. También nos cuentan, que en algún paso han tenido que rehacer toda la instalación al encontrar unos bloques en muy mal estado, y cambiar ligeramente el lugar de bajada, lo que ha consumido algo más de tiempo.
Nuestra conversación fue irrumpida por el tronar de varios bloques grandes que tuvieron que tirar por precaución, el sonido que producían era estremecedor. Viendo el panorama decidimos que no íbamos a poder avanzar mucho más por la falta de batería y decidimos ir saliendo para que no se nos echara la noche. Antes de irnos dejamos todo el material porteado al final del pozo del espejo para emplearlo al día siguiente. La salida del equipo fue de 2 horas, a las 20:00 todos estábamos fuera. Dejamos los hierros en la boca de la sima para evitarnos ese peso al día siguiente y regresamos al campamento. Allí convocamos una reunión para planificar y organizar la jornada del día siguiente. Además, recibimos la triste noticia de que Chema finalmente no podrá acompañarnos esta campaña y nos fuimos a dormir deseándole una rápida recuperación.


Viernes 9

Los truenos de dentro de la tienda debido a la fabada de la cena, pasaron desapercibidos respecto a la tormenta que se desató por la noche. Aunque ya la predecimos, acabó siendo más fuerte de lo esperado. De madrugada a eso de las 4:30 aprox. el agua empieza a golpear fuertemente nuestras tiendas y el viento solo empeora la situación; hasta provocar que alguna tienda se inunde y tengamos que redistribuirnos en las que quedan en pie. Entre el ruido y la sensación de que la tienda se iba a venir abajo, el dormir resultó tarea imposible.


A primera hora de la mañana seguía la lluvia incesable y vemos que ha pasado factura a la tienda de material y la carpa blanca principal. Todos nuestros monos están calados, el techo de la sala de material arrancado y rajado, y el suelo de la tienda blanca encharcado. También varias piquetas de nuestras tiendas, así como los vientos has sido arrancados. Esto modifica brutalmente nuestros planes.

Con la ropa mojada, más la temperatura baja que se da en la cueva no podemos meternos a seguir explorando. Una ola de decepción y cansancio se apodera del campamento. Aunque queríamos cumplir nuestros planes, estábamos a expensas del tiempo.


A cosa de las 10:30 se incorporan 3 compañeros: Manu, Enrique y Nilo. Les contamos las penurias pasadas y entre todos, tras informar a Javier el de Alfa de la situación; estructuramos y discernimos sobre la jornada del sábado. Finalmente, aun viendo modificados nuestros planes, tenemos la intención de adaptarlo todo para poder aportar lo más posible a la exploración (algún culo inquieto no podía aceptar la idea de quedarse sentado en el sitio).

El planteamiento fue el siguiente: separarnos nuevamente en 2 grupos, el primer grupo formado por Rafa, Sergio y Juanma de nuevo, saldría del campamento a las 5:30 a.m. con idea de entrar a la sima a las 7:00 y con el objetivo claro de acabar de instalar el pozo de 53, seguir con el de 54 y llegar al meandro selectivo, para estudiar la incógnita. El segundo grupo lo compondríamos Esthela y yo, acompañadas por los científicos. Tendríamos que estar entrando a la sima a las 9:00 en punto, dando 2 horas de margen a los primeros.

La motivación es REAL. Con otra cara dejamos todo absolutamente preparado y listo para salir de madrugada. El resto de la jornada la empleamos practicando técnicas con la cuerda, nudos y demás; así como acompañar a los científicos a ver la entrada de un par de simas parte de sus trabajos pendientes, compartiendo anécdotas y risas.


Sábado 10

Cumpliendo con lo acordado, el primer grupo madruga y se dispone a salir. Posponen media hora su salida debido a la falta de visibilidad. El segundo grupo nos ponemos en marcha 2 horas después. Tras la aproximación ya en la boca de la sima vemos una nota con la hora exacta a la que había entrado el primer grupo, 8:00. Nos equipamos y organizamos el orden de entrada, muy centrados en la tarea que íbamos a realizar.



Llegar al punto alcanzado el primer día de exploración, nos llevó menos tiempo esta vez, acompañados del conocimiento y la motivación. Allí Nilo, quien demostró una excelente desenvoltura a pesar de su inexperiencia, y Enrique se dan la vuelta para cumplir con otras tareas.  Nos juntamos con el primer grupo. Se encuentran equipando cerca de una repisa, y nos comentan que han rehecho un pasamanos con la finalidad de que todos nosotros no pisáramos unos bloques inestables.

Tras un rato largo de espera vamos bajando uno a uno, respetando la verticalidad del pozo de 53 para evitar que una caída de piedra provocara un accidente. La situación requería ser muy cuidadoso y precavido. Rafa y Sergio siguen en cabeza instalando, mientras calculamos tiempos y tareas pendientes. Llegar hasta la incógnita nos iba a llevar demasiado tiempo contando con la desinstalación. Lidiando con el frío, nos pusimos de hora límite las 17:00 para empezar a salir. Se nos iba agotando el tiempo, pero para poder realizar todo el trabajo posible de cara a futuras exploraciones, apuramos hasta acabar de instalar el último pozo; dejando una instalación bien preparada y segura para el próximo año.

1 hora después nos reuníamos todos abajo del pozo de 54. Allí nos asomamos al meandro selectivo y cómo podemos al pozo de 145 metros que se encontraba al otro lado. Solo imaginarlo ponía los pelos de punta. Seguido, iniciamos el retorno a la superficie.

La desinstalación corrió a cargo de Juanma, Esthela y yo, ayudando el resto del equipo a portear material. Creo que puedo decir que ha sido una de las deinstalaciones más duras que he hecho. La tarea fue compleja por el cansancio acumulado y la cantidad de sakas a cargar, algunos compañeros incluso portaron 3, fuimos atravesando de nuevo las estrecheces como pudimos. Así, fuimos intercalándonos para desinstalarlo todo, apoyándonos unos a otros, con notable fatiga, mucha sed y sin mucha agua. Gracias a la colaboración de todos los componentes y el compañerismo que caracteriza a este grupo, a las 11 de la noche estábamos fuera; reventados pero satisfechos. Siempre insisto en este detalle pues me parece clave. Son en los momentos más difíciles donde descubres lo importante de tener un buen equipo y nosotros conseguimos una unión perfecta. Buenas caras, mensajes de ánimo, bromas necesarias y ayuda incondicional; hacen que una vez más me sienta orgullosa de este club.


Nos recibió la noche y una densa niebla, siendo incapaces de ver más allá de 3 pasos lo que retrasó la vuelta al campamento un par de horas, al no encontrar bien la senda. Finalmente, a las 4 de la mañana nos reunimos con la gente del campamento dando por finalizada la jornada.

Domingo 11

Día de recogida y desmontaje del campamento. Se acabó lo bueno… Nos hubiésemos quedado más en la cama, pero teníamos un campamento que desmantelar. Colaborando entre todos quedó todo recogido y organizado en poco tiempo. Cargamos el Land Rover y pusimos rumbo al teleférico. Una vez abajo en Fuente Dé disfrutamos de una rica comida. Entre risas y sin ganas de volver a casa iniciamos las despedidas. Y ya pensando en la campaña del año que viene, una vez más dar las gracias al club Alfa y a las personas que hacen posible todo esto y en especial agradecer la confianza depositada en el Club Abismo.

Por muchos años más de campaña, nos vemos en las cuerdas!!

MARTA GUTIÉRREZ ALONSO.

1 comentario:

  1. Muy buen relato, muy ilustrativo de lo q es ese tipo de espeleo, en esas cavidades y esa roca tan distintas de las q trabajando s por la Serranía. Q bien se ilustra lo q es el trabajo en equipo, y la importancia de los compañeros. Enhorabuena a todos los q estáis con ese proyecto tan interesante y en ese entorno tan privilegiado. Ojalá sean muchas crónicas más.

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