Noviembre 2020, un día de paseo en la zona de Abismo del Alto Tajo

Noviembre de 2020, día 14.

Resulta que se me presenta la posibilidad de tomarme un día de campo, para esa fecha, y empiezo a pensar dónde irme a recorrer, a probar ese tobillo (el que tiene un agujero, ese), y la rodilla (esa tiene años, simplemente), y ya de paso, el ánimo (algo maltrecho de tanto estar sentado, he de decir).

¿Un "palacio de trolls"?

Al final, mirando sitios de campo a los que les tengo ganas, y también los tracks del GPS y las áreas de trabajo en la zona de Abismo, me planteo aprovechar la caminata para dejar prospectado algún trocito más de la zona, y lo mismo buscar alguna sima "C" de las que todavía no hemos localizado. He de decir que quedan dentro de nuestro territorio como media docena de ellas, bien documentadas en su día por Comando, pero con localización imprecisa... hay que buscar y rebuscar en el área aproximada de localización para ubicarlas definitivamente y "rescatarlas del olvido".

Así, telefonazo a Toño a última hora, adelante con el plan, da su visto bueno. Aunque él, como coordinador se la zona, había planteado como objetivos prioritarios avanzar y acabar trabajos en otra parte del territorio, ve bien que intente zanjar la búsqueda en ciertos trocitos sueltos que hay por ahí, acabando ese trabajo para un par de sectores completos que quedarían así, "resueltos".

Lo de hablar con el coordinador de zona no es una tontería, en Abismo todo lo que afecte a una zona debe contar con su supervisión y control. Son los coordinadores los que conocen y/o deciden qué se puede y qué conviene más hacer... podría ocurrir que acabara yo pateando un trocito que, casualmente, han estado mis compañeros haciendo el fin de semana anterior... a veces pasan esas cosas.

Con todo eso, madrugo un poco y para allá que vamos. De camino, día poco prometedor: niebla, llovizna de vez en cuando, predominio del gris y ausencia del sol... ganas dan de volverse y meterse en la cama. Pero no, así, chubasquero y paraguas sustituyendo el mono de espeleo, acabo en nuestro territorio.

Área elegida de trabajo, bastante "densa" 

Entro por la pista hacia el lugar deseado, en el sector D, territorio que llaman "Cerro de la Sima", dispuesto a patear y revisar a conciencia, aunque caigan chuzos de punta, los trocitos pendientes para acabar el "D". Y allí iba yo cuando me encuentro en la pista del cortafuegos un cazador con su rifle en bandolera... me detengo para preguntarle, y se confirman mis sospechas: Están cazando, caza mayor, no montería sino al rececho, una modalidad que implica la persecución de las piezas, el acercarse con sigilo a las mismas para poder cobrarlas. Y precisamente en el área que yo pretendía recorrer... Ello implica que, inevitablemente, habrá interferencias entre ellos y yo, pues ciervos y gamos se moverán a mi paso, y antes o después me cruzaré con alguno de los cazadores.

Me pregunta si estoy a por setas, le comento que estoy destrás de algunas simas, y tampoco se extaña, conoce algo el territorio. Según me comenta, estarán hasta las 12 de la mañana, así que decido cambiar el plan y me voy a otra parte, mucho más despejada de vegetación, donde aprovecharé la mañana y ya volveré por ahí a la tarde.

Así es como acabé la mañana recorriendo partes del sector G, hacia "Corrales del Pollo". Y no se dio mal, avancé por allí entre pinar y sabinar, y pude completar como 7 u 8 ha, eso sí, sin localizar ninguna nueva cavidad, como suele ser habitual. Pero sí encontraría rodales con bastantes níscalos, y guardé los puntos en el GPS, por si acaso...

Ahí andaban, entre pateo y pateo... 

La cosa se alargó un poco y aterricé en el Cerro de la Sima después de comer, dirigiéndome sin demora a uno de los dos trocitos pendientes allí, el más grande. Y así, entre llovizna, girones de niebla rebelde que de vez en cuando bajaba, fui dando vueltas al polígono, de periferia a centro, con resolución de 10 m más o menos, hasta dejarlo más que masticado...

Tan sólo un par de hundimientos en una vaguada, de esas que ya sabemos que suelen preferir las simas para abrirse, pero ninguna cosa más, nada a explorar. Un acebo pequeño encontré, que no son nada comunes en la zona (sólo he visto dos en todas mis andaduras). Ese arbolillo tan chucho, con su hoja pinchosa y brillante, siempre es agradable de ver. Está claro que trajo la semilla algún pájaro y ahí está intentando prosperar.


Esos pequeños hundimientos en la vaguada...
lástima, nada penetrable se abre hacia los
abismos que permanecerán ahí ocultos

Y bueno, ya bastante calado y sucio, pues para casa, tempranito que cada vez se pone el tiempo más negro... el otro trocito que queda en esa parte quedará para otro día, hoy no pudo ser.

Y no, esta vez no encontré nada salvo la tranquilidad del paseo, unos 18 km según mi GPS, y muchos tipos de setas y hongos, muy bonitos. Y algunas curiosas formaciones rocosas que no sabría decir cómo se hicieron, a lo mejor fue con la intervención de trolls o algún otro tipo de criaturas mágicas y misteriosas.

Y por cierto, sí, volví con el GPS a esos rodales de níscalos, dando un rodeo con el coche para acercarme por detrás, y provisto con adecuado recipiente, algo me traje para casa.





Hasta la próxima, a ver si puedo notificar el re-hallazgo de alguna de esas simas "C" perdidas que intento ubicar...

F. Javier Rejos