Los Ojos de la Higuera: Abril vs diciembre 2022
Ojos
"Ojos", un término asociado a cierto tipo de manantiales que los espeleólogos relacionamos rápidamente con las surgencias cársticas, aunque no siempre permiten el acceso al subsuelo.
Entre las múltiples acepciones que ofrece el DRAE, la que más se acerca es: "manantial que surge en un llano", aunque es frecuente que las surgencias que llamamos "ojos" no sean en un llano, e incluso, a veces, reciben el nombre de "ojos" agujeros que reciben el agua, sumideros y no surgencias.
Por poner algunos ejemplos muy conocidos, pensemos en los Ojos del Guadiana, que era el punto de surgencia principal de tal río, fuente de caudal continuo y permanente.
Otro caso es el de Ojo Guareña, enorme complejo kárstico con más de 100 km de galerías, y que, en este caso, recibe su nombre del "ojo" por el que se sume el río Guareña. Parece pues que aquí no se trata de una surgencia o manantial.
Ya más cerca de nuestro entorno, incluso de las zonas clásicas de exploración, están los Ojos de la Carquima, espectacular surgencia intermitente en Armallones que es difícil de contemplar en plenitud, o la que queremos tratar aquí, los Ojos de la Higuera, en Vindel.
Los Ojos de la Higuera
Descubrí esta surgencia azarosamente hace ya muchos años, mientras fotointerpretaba un par de fotografías aéreas bajo el estereoscopio con objeto de dibujar el mapa de vegetación de ese territorio.
La fotografía “cantaba” al presentar los que parecían una serie de caminos blancos anastomosados que descendían a saltos desde lo alto de la ladera hasta el río Vindel.
Captura de pantalla desde Google Earth, se aprecian las lineas claras de tobas (más blancas) por donde discurre el agua ladera abajo |
De esas grietas a favor de los estratos sale el agua cuando surge, en el interior la cavidad es un laminador bajo |
El paisaje desde la zona de surgencia |
La presencia de musgos, secos pero latentes, indicaba que allí corría el agua de vez en cuando.
Cuando no hay actividad hídrica, los musgos permanecen latentes, calcificados, a la espera de su oportunidad en el futuro |
El paso inmediato, la búsqueda de bibliografía y dato, y efectivamente, una rápida consulta al catálogo de cavidades de Cuenca despejó mis dudas, aquello estaba catalogado. Los datos procedían de la memoria de 1975 del grupo conquense ONZA.
Captura desde el Catálogo de Cavidades de Cuenca |
Sin embargo, no se proporciona topografía ni más datos.
Pero en mi recuerdo también está la imagen de su interior, cómo no… Y gracias a aquello de que Verba volant, scripta manent (1) y esa manía mía de dejar notas de casi todo lo que hago, por si a algún chiflao le puede interesar en el futuro, pues resulta que en mi archivo encontré referencia a ciertos trabajillos que estuvimos haciendo por allí Quique Gutiérrez y yo allá por 1993…
1) La cita es del senador romano Cayo Tito (siglo I), pero al parecer en su discurso quiso hacer ver que la palabra es más veloz que el escrito a la hora de transmitir, un sentido muy distinto al que hoy se le suele aplicar en Derecho y coloquialmente, y que es el de la permanencia y valor del escrito ante lo inconsistente y etéreo de la palabra, o por decirlo así, eso de "donde dije digo digo Diego"
Tengo el recuerdo de arrastrarnos por aquel laminador hasta alcanzar lo más profundo, a corta distancia, y que dedujimos que el agua debía salir de una grieta ya impenetrable al fondo del laminador….
Estábamos tan fascinadados con los Ojos de la Higuera, tan interesados en el fenómeno, que estuvimos mirando el territorio a la busca de otros indicadores de manantiales, es decir, presencia de tobas en los barrancos que deberían guiarnos hacia su origen, un manantial kárstico.
Diré que la valoración del territorio era con objeto de pedirlo como zona de exploración en caso de ver que había suficiente atractivo y potencial espeleológico.
Y, sí, encontramos varias vaguadas o barranquillos que presentaban calcificaciones tobáceas, y tras el consecuente ascenso, apresurados y ansiosos buscando su origen, encontramos al menos dos manantiales, "ojos" con agua que surgía (intermitentemente) de un conducto cárstico, pero impenetrables por lo angosto de la surgencia, así que al final no fuimos más allá...
Esto que os comento viene de esas notas tomadas y transcritas a limpio allá por 1993, hace ya 30 años...
Transcribo lo encontrado en mi archivo:
CLUB ABISMO / INFORME DE ACTIVIDADES
ACTIVIDAD: Estudio de zonas de trabajo. Primeros recorridos.
LOCALIZACION: Se trata de las laderas del karst Plioceno de la zona de Vindel (Cu.), Castilforte (Gu.), Peralveche (Gu.), etc. Según la cartografía geológica correspondiente al territorio, existen potencias de hasta un centenar de metros de calizas terciarias. Nosotros habíamos observado algunas surgencias intermitentes espectaculares, decidiendo visitar el área.
DIA: 29/VIII/93.
OBJETIVOS: Se trataba de reconocer el área elegida, ver sus características y posibilidades sobre el terreno.
PARTICIPANTES: Enrique Gutiérrez y Javier Rejos.
DESARROLLO DE LA ACTIVIDAD, OBSERVACIONES.
La zona visitada es concretamente el barranco por el que transcurre la pista que enlaza Vindel (Cu-) con la carretera de Peralveche a Castilforte y Salmerón.
Se localizó una surgencia gracias a las abundantes concreciones calcáreas en la ladera (tobas muy jóvenes), y se ascendió en su busca, encontrando una cavidad de unos 15 m., de la que sale el agua cuando mana. Se hace impenetrable en una fisura vertical de unos 20 cm. de ancho donde más.
En la zona existen otras surgencias así como abundantes cavidades en las rocas superiores de las laderas. Sin embargo, no parece poseer potencial adecuado para pedir este terreno como zona, aunque sí pretendemos trabajarlo, pidiendo información a los lugareños y topografiando lo que se vea en las rocas.
Por gente de Castilforte, conocemos la existencia (no localización) de algunas simas. Estas surgencias intermitentes parecen indicar posibilidades de cursos de agua en las calizas, que parecen bastante karstificadas en superficie, en el llano (relieve tabular, sin indicios de hundimientos o torcas, pero con zonas de lapiaz).
La estrategia, así, sería ir a los pueblos y consultar sobre las cavidades conocidas, manantiales y sumideros, etc., localizarlos y explorarlos, topografiándolos y elaborando un pequeño trabajo sobre la zona.
Si se encontrase un buen potencial de trabajo al ir reconociendo el terreno, entonces sería el momento de pedir el territorio como zona de trabajo. Mientras tanto, sería una labor más de exploración por parte del club.
Y, en fin, a lo largo de las últimas décadas nunca me olvidé de esa surgencia, siempre que pasaba por allí me detenía a ojear las cascadas de toba, tan hermosas y ricas en interesantes plantas.
Estas fotografías corresponden al lecho del río Vindel, las coladas, gours y cascadas tobáceas son indicativas del origen cárstico de sus aguas |
Y además, más recientemente algún compañero de Abismo me habló de ellas, porque en esta época en la que la que todo se graba y difunde digitalmente, no queda casi nada que no haya sido publicado y difundido en alguna web, blog o red social, y efectivamente, había en el éter digital vídeos de la surgencia activa, con sus cascadas y sus musgos en plenitud y no resecos que era como yo los recordaba de arrastrarme sobre ellos hacia el interior de la cueva...
Al respecto, en www.youtube.com encontramos estas dos entradas referentes a esta surgencia en activo:
Ojo de la higuera Vindel Cuenca 2019 Abril, de Javier Villanueva, abril 2019, y
El Ojo de la Higuera Magia Serrana, de Antonio Virtudes, febrero 2014.
Pues bien, hace poco he estado trasteando por esos llanos una vez más, en esta ocasión me interesaban otro tipo de "cavidades" asociadas a la Guerra Civil, pero ya de paso echamos una ojeada a los Ojos de la Higuera.
Fue en abril de 2022 que nos acercamos, hay una buena pista que permite llegar casi a la surgencia.
Estaba seca, pero la presencia de musgos en estado latente en el lecho, algunos muy indicativos porque se asocian a la presencia más o menos permanente de agua, nos confirmaba que efectivamente por allí seguía saliendo agua de vez en cuando.
La surgencia el pasado mes de abril, secos los ojos y el pequeño lecho por el que las aguas se dirigen al río Vindel |
El final del otoño pasado fue lluvioso, al menos hubo ciertos momentos de bastante precipitación concentrada en poco tiempo, y como consecuencia comenzaron a difundirse diversos vídeos y fotos de distintos sumideros cargando agua a torrentes, y de surgencias desbordadas salvajemente.
El Sumidero (Sima del Campo) en el Pozuelo cargando a lo bestia, imagino que el de Mataasnos también, algún otro más modesto que tragando agua que no veas, y no pude acercarme a la sima de Hueva y algún otro que conozco (y que está pendiente de exploración y estudio, aquí lo dejo caer) en La Alcarria, que debieron estar también de miedo.
No digo nada de Los Chorros, en pleno reventón, o del nacimiento del río Cuervo, que me mandaron algún vídeo que aquello parecía el Niágara, vamos...
De los Ojos de la Carquima, en Armallones (que no conozco en persona, por cierto) un buen amigo me mandó algunos documentos gráficos que comparto aquí. Salvaje, también.
Ha de tratarse, creo yo, de puntos de surgencia abandonados por las aguas freáticas cuando la red hídrica subterránea va profundizando en el carst, pero que renacen cuando los conductos ya secos se ven inundados ante eventos de abundante precipitación... vamos, que manantiales secos por décadas pueden reactivarse en un año de excepcional carga del acuífero cárstico.
A esos manantiales que de repente aparecen, les llaman por el Alto Tajo "becerros", según me decían algunos informadores nativos.
No es de extrañar, entonces, que la resurgencia de las aguas que se traga la Sima del Campo (El Sumidero, en El Pozuelo), allá hacia Santa Cristina (ya en el Guadiela) se denomine "Cueva del Becerro", que es cavidad penetrable y bastante singular.
Al respecto, recomiendo que visitéis Magia Serrana, un blog estupendo con multitud de curiosidades, y también datos científicos, sobre la serranía y su entorno. Véase su entrada sobre la Cueva del Becerro.
Bueno, pues dado lo que estaba acontenciendo con el agua y las cavidades, a mediados de diciembre decidimos ir a echar una ojeada a este manantial de Vindel. Ya no estaba lloviendo entonces y conocedores de la rápida dinámica de las redes cársticas, temíamos que íbamos a a llegar tarde.
Y he aquí las fotografías de los Ojos de la Higuera y su cauce tras la surgencia, en diciembre, tras las lluvias. |
Pero no, allí estaba el Ojo de la Higuera arrojando sus lágrimas a raudales, los musgos resucitados, sumergidos y apresurados en completar su ciclo biológico, amén de hongos y otras cosas que crecían entre la hojarasca empapada cerca del manantial y el curso de agua.
Las cascadas de toba llevaban agua, aunque no era muy impresionante porque el arroyo que parte de la cueva rápidamente se sume entre las tobas y sedimentos, resurgiendo aquí y allá.
El agua precipitándose por las tobas de la ladera |
Las cascadas de tobas, en esta fotografía secas (abril) |
De hecho hay un interesante resalte tobáceo donde el flujo se descuelga hacia la ladera y está repleto de cavidades, evidentemente formadas por el flujo del agua que a lo largo de milenios ha ido desplazando su cauce a un lado y otro. Son cuevas en tobas, humildes en general, abrigos muchas de ellas, pero siempre con el interés de ser en depósitos de tobas.
Y que esconden ciertos valores etnográficos, y seguramente también arqueológicos.
Y, en fin, otro de esos fenómenos de nuestros karst cercanos que os recomiendo que visitéis, y si tenéis la suerte de que esté vivo y arrojando agua, mejor que mejor.
Agradecimientos:
A David Trijueque, autor de las fotografías de los Ojos de la Carquima y cercanías, por compartirlas y autorizarnos a difundirlas en este blog.
Javier Rejos
Con mis ojos,
ResponderEliminarhe leído este gran reportaje que has publicado.
Feliz 2024
Javi es así, espeleología y algo más, siempre sorprendente.
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