Trabajos en la sima de Alcorón, visita y documentación de la "galería perdida", 6 de octubre de 2024
Nos dirigimos José Luis, Silvia y Javi Rejos a la zona de exploraciones del Alto Tajo (PeViZa), concretamente al refugio de la Zapatilla. El objetivo planteado es acceder al pequeño pozo que hay a media rampa de la sima cercana y que creemos que es el acceso a la galería descrita por la SEII en 1978 (06).
Topografía original de la SEII, la galería que tratamos se desplaza y anota como "Segundo piso" |
Antecedentes
Como ya hemos comentado en otras ocasiones y en alguna de las memorias de Abismo para la zona, la topografía más conocida (Lobetum, en el Catálogo de Cavidades de Guadalajara) (04), ilustra hasta lo más profundo conocido de la cavidad, más allá del pilón de agua que hay al final de las escaleras construidas hace años.
Existe, sin embargo, otra topografía, quizá más bien un croquis por su sencillez, que presentó la SEII (antes EPE) en su trabajo de recopilación de exploraciones llevadas a cabo en esos territorios (06).
Esta topografía, más antigua, no presenta las galerías por debajo del pilón, solo la gran sala de derrubios bajo la entrada y por la que descienden las escaleras. Pero sí que presenta, y en la descripción se hace mención específica, una galería a la que se accedería a través de un pozo con entrada de dimensiones reducidas y de 5 m de profundidad. Tal galería es llamada “segundo piso” en el plano y se dirige, bajo la rampa de bloques y derrubios, rumbo a la entrada pegada al borde de la sala (roca caja, entendemos).
Cuando tuvimos acceso a la bibliografía de la SEII ya habíamos dado por finalizados los trabajos de reexploración y estudio de la cavidad (01; 05), pero no habíamos localizado el pozo que comentamos.
Anotamos entonces como trabajo pendiente la búsqueda del pozo y la reexploración de la galería subyacente que se describe en el trabajo como “una estrecha galería descendente de 30 m de desarrollo”.
Conocida su existencia, ya habíamos buscado el pozo de acceso a esa galería en alguna ocasión (02), sin éxito posiblemente porque el intento no se llevó a cabo de forma sistemática, no se había estudiado previamente el plano y los datos disponibles, es decir, se aprovechó un rato suelto entre otros trabajos “a ver si la encontrábamos”.
En enero de este año 2024 (03), preparados y habiendo hecho los deberes, con las topografías existentes en la mano y apuntes sobre la información disponible, iniciamos el rastreo en el área de la sala donde debería estar el pozo, que por otra parte, podría haberse tapado de forma natural, o quizá durante alguno de los trabajos de construcción o mantenimiento de la escalera existente.
La topografía original de EPE dibuja la escalera que salva el pozo de entrada pegada a la pared rocosa suroriental, y luego traza su descenso por la rampa, entre los bloques y derrubios, de manera algo irregular (se anota en el plano “sendero”) y no del todo coincidente con su trazado real.
Su trazado, especialmente la posición de los puntos de giro, resulta muy relevante para ubicar el pozo que buscábamos, pero las discrepancias no nos ofrecían todas las garantías, más aun teniendo en cuenta que en la incursión previa no se había encontrado la entrada.
La topografía más moderna (E. Valero, Lobetum 04) traza más claramente la escalera, pero también presenta algunos desajustes que nos descuadran un poco. Parece que al topografiar la cavidad la posición de la escalera en la rampa fue, al menos parcialmente, estimada, lo cual no es raro porque, en realidad, su posición exacta no es lo más importante desde el punto de vista espeleológico.
Topografía de Lobetum, la más conocida y presente en el Catálogo de Cavidades de Guadalajara... pero sin la galería que comentamos |
Como decimos, con ambos planos en la mano y viendo entre qué curvas de escalera debería estar el pozo, el pasado enero logramos ubicar el que debía ser el pozo de descenso a la galería pendiente.
Estudiando la entrada y descenso al pozo que da paso a la galería bajo la sala |
Aunque miramos diversos lugares más por si acaso, es el único acceso que se ajusta a lo descrito, y su posición es muy concordante con los tramos de escalera y el plano antiguo de EPE.
En aquella ocasión, sin embargo, no llevábamos material, ni era nuestro objetivo descender, apartando la reexploración y documentación para otro momento.
Reexploración y documentación del conduco pendiente
Ya en la boca, que se sitúa prácticamente al lado de la escalera en uno de sus quiebros y pegada a la pared occidental de la sala, vemos que puede descenderse por dos orificios cercanos, relativamente estrechos pero fáciles de franquear.
Preparando la escala como ayuda para el descenso |
Ambos conectan con un espacio más amplio justo por debajo, y que se pega al muro de la sala bajo los escombros. El descenso será de unos 5 m tal y como se indica en la bibliografía.
Decidimos bajar por el de abajo (al norte) y recurrimos a la escala como apoyo, aunque parece que podría destreparse con no mucho riesgo.
Comenzando el descenso, la entrada al pozo es angosta, luego se ampliará bastante en una pequeña sala bajo los bloques |
Un un anillo de cuerda alrededor de un gran bloque, bien firme y cementado sobre el suelo, enganchamos la escala y con su ayuda descendemos los tres a la pequeña sala bajo las entradas.
Bajo la entrada el pozo se amplía, como decíamos |
Abajo la pequeña sala, realmente un hueco entre los bloques y escombros se prolonga en algunas direcciones. Hacia el norte (sentido descendente de la sala) se avanzan algunos metros comprobando que parecen existir conexiones con la parte superior, pero impenetrables.
Desde la base del pozo la sala se prolonga un poco a través de huecos entre los bloques, más o menos hacia el norte (descenso de la sala), pero se hacen impenetrable a poca distancia |
Volviendo a la escala la continuidad se hace evidente en dirección opuesta, hacia el sur, a través de conductos más o menos angostos pegados a la pared rocosa.
La continuidad se hace más evidente en sentido opuesto, descendente |
El acceso es en principio descendente y muy empinado (unos 45 º, aunque salvando pequeños resaltes). Tras salvar el primer resalte la continuidad es a través de un paso bastante estrecho y descendente (con un resalte justo adyacente, de 1,5 m aproximadamente).
Intenta bajar José Luis, pies por delante. Lo “cata” y concluimos que se puede forzar, pero el ascenso puede ser complejo por la estrechez y un quiebro que hace justo tras el estrecho.
Avanza junto a la roca caja, a través de huecos que dejaron los escombros y bloques, descendiendo pequeños resaltes |
De hecho para salir, sin haber completado el descenso, le vino bien la mano de los compañeros, y se hacía daño en la espalda.
Probamos y comprobamos que un bloque en la entrada se puede mover, y tras aflojarlo logramos sacarlo, y también bastante morralla. Ahora el descenso es mucho más cómodo y la vuelta será fácil porque, superados los brazos, puedes sentarte y maniobrar para completar el ascenso.
Baja ahora Javi Rejos, sin problemas, el descenso es muy cómodo y seguro.
Abajo comprobamos que la galería se hace más o menos horizontal. Como estimación, habremos bajado, hasta este punto, otros 4 m desde e la base de la escala, es decir unos 9-10 m desde la entrada en la sala.
Se aprecia el aspecto del la galería, entre grandes bloques empotrados, y otros sedimentos no tan estables |
Avanzamos pegados a la roca (la pared de la sala bajo los derrubios), toda la galería sigue siendo esencialmente lo mismo, conductos entre bloques, algunos de considerable tamaño aparentando ser roca caja, pero son grandes losas sobre el techo que constituyen parte de los escombros en la sala por encima de esta galería.
Se discurre de este modo, pegados a la roca viva, pero entre los mencionados bloques, como otros 15 m, a veces forzando puntos algo más angostos, pero fáciles en cualquier caso.
De este modo se alcanza un punto donde la progresión se hace imposible, pues los huecos que dejan los escombros ya no son franqueables.
Al final la continuidad es imposible, los huecos entre bloques y sedimentos son ya impenetrables |
Encima de esta parte más profunda hay huecos ascendentes que trepamos, subimos sobre la base de la galería unos 6 m. Sigue siendo lo mismo, se prolonga horizontalmente pocos metros en uno otro sentido hasta hacerse imposible la continuidad, pudiendo bajar por otros sitios a la galería por la que vinimos, e incluso acercándonos a José Luis que permanece encima del paso estrecho descendente y estableciendo contacto visual (las luces) a través de huecos entre los bloques, impenetrables.
Completada la revisión de la galería, habiendo desechado su continuidad penetrable, volvemos para que nos pasen la cámara fotográfica y un distanciómetro, para documentar el conducto con imágenes y tomar algún dato de las distancias.
Acabado, retrocedemos y salimos hasta la base de la escala, y nos vamos ya a la sala principal.
En el ascenso pudimos comprobar que es fácil trepar a la salida por las repisas y huecos de la pared, sin necesidad de recurrir a la escala.
Aspecto de la pequeña sala bajo la entrada del pozo, es fácil subir sin la ayuda de la escala por las repisas y salientes de las paredes, aunque con cierto riesgo |
Las medidas groseras tomadas arrojan, como dato aproximativo, un descenso desde la sala de unos 9-10 m, y un recorrido de alrededor de 20 m (desechando los ramales ascendentes), algo menos de lo que apunta la antigua descripción.
Toda la galería, como decimos, es realmente el hueco existente entre los grandes bloques y derrubios del suelo de la sala descendente, y la roca caja (pared oriental de la sala, bajo los escombros), discurriendo pegada a ella con rumbo hacia las escaleras de la entrada. No nos parece tan larga como apuntaron en la topografía original, pero ésta, en cualquier caso, es muy ilustrativa. Lo documentado se ajusta muy bien a lo esperado cuando estudias el plano y la descripción.
Comentario final sobre la buscada galería o "piso inferior"
Un objetivo pendiente durante bastante tiempo fue localizar y documentar ese conducto pero, lo que son las cosas, resulta que después de acabada la reexploración y demás trabajos, hablando con alguno de los históricos de Abismo nos enteramos de que el pequeño pozo y la galería era bien conocida y había sido visitada en el pasado por miembros de Abismo, aunque nada escrito se conserva.
En fin, si nos pasa esto dentro del propio grupo, cómo vamos a extrañarnos de encontrar continuamente cavidades con indicios inequívocos de exploración pretérita, incluso con puntos topográficos, y sin embargo nada encontramos en las fuentes accesibles.
Seguramente las viejas memorias de los grupos que anduvieron por las parameras del Alto Tajo contengan valiosa información, aunque quizá nada se escribió al respecto.
En cualquier caso, resulta muy difícil hacerse con esa documentación y nosotros seguiremos documentando lo que hallamos.
Bibliografía citada
(01) Abismo (2015). Año 2015. Zona de exploración “Pinares al norte de la carretera de Peñalén” (Peñalén, Villanueva de Alcorón y Zaorejas). Memoria inédita, 115 p. (+ planos).
(02) Abismo (2019). Exploraciones Club Abismo 2019. Zona de exploración “Pinares al norte de la carretera de Peñalén” (Peñalén, Villanueva de Alcorón y Zaorejas). Memoria inédita, 55 p. (+ planos).
(03) Arias, J. L. & Rejos, F. J. (2024) "Año 2024, comenzamos con la zona de Abismo en el Alto Tajo, y ya de paso, más cositas por allá". [Blog del Club Abismo, febrero de 2024]
(04) Fernández Tabera, M. & Martín Yebra, P. (1982). "Catálogo de cavidades de la provincia de Guadalajara". Madrid.
(05) Rejos, F. J. (2016). "Avances en la zona de Abismo en el Alto Tajo (PeViZa: Peñalén, Villanueva de Alcorón y Zaorejas)". [Blog del Club Abismo, marzo de 2016]
(06) SEII (1978). "El triángulo Villanueva - Zaorejas - Peñalén”. Jumar, 2:1-44.
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