Agosto 2006.
Inma y Francisco.
Inma y Francisco.
Seis grados, sensación térmica aún de menos temperatura. El olor a nieve y hielo lo inunda todo, y nos recuerda lo vulnerables que somos. Pero se llena la vista con tanta belleza, hay bloques de hielo del Lago Jokülsarlon que llegan lenta pero continuamente a la orilla del mar. Los colores del hielo son tan variables como los tamaños, y cuesta respirar cuando las bocanadas de aire llegan. Sólo el sonido de las olas, como un rumor, y una especie de gaviotas enfurecidas, se oyen. El camping del Parque Nacional Vatnajokull nos espera con una sopa caliente y algo de Salmón. Sólo dos días de diez se hizo ver nuestro querido Lorenzo, el Sol. Pero hay una luz especial, como grisácea, que hace que el verde de las llanuras se multiplique. Los volcanes-Tabla esperan allá en lo alto a que alguien los explore, mientras, están tan majestuosos y silenciosos como en el momento de dejarse reposar, justo al enfriarse toda esa lava....
Pedalear es relativamente fácil por la única carretera que merece ese nombre de toda la isla, ya que las interiores en realidad son caminos casi impracticables en bici, con muchos ríos para vadear.Los "autobuses-tractor" son una buena opción para atravesarlos, con cuidado de las bicis, ya que los conductores las "lanzan" literalmente en el maletero... ja,ja. La carretera bordea la isla, y las subidas más fuertes que nos encontramos fueron cerca de la población de Vik, en el Sur. La gente es muy amable, y en cualquier momento de clima muy duro (las condiciones pueden cambiar en cuestión de minutos), están dispuestos a acoger a los pobres bici-turistas en sus granjas.Y para anochecer, qué mejor que un sol de media noche....
Islandia nos espera, antes de que nos carguemos los últimos glaciares....
Islandia nos espera, antes de que nos carguemos los últimos glaciares....
Inma Ruiz