19 y 20 de julio de 2008.
Terminado el curso de barrancos, aún quedaba el fin de semana. Desde Huesca, y pasando por un "bañito" en una poza del Asabón enlazo por el valle de Ansó y la Sierra de San Miguel al Valle del Roncal. Muchas curvas, en 3ª, y me crucé con media docena de coches, pero mereció la pena de lejos. Ya en Isaba a última hora besos, saludos, cena y a dormir, que el día siguiente sería largo.
ALTHAGNETA
Tras un potente desayuno nos pasamos a Francia a través de la Piedra de San Martín (tenemos pendiente una visita a la cueva...) y planteamos una aproximación, pensábamos que corta, dejando un coche a la entrada de la Gorge de Kakouette y el otro a escasos metros de la entrada a Althagneta. Con la reseña en la mano dimos vueltas y más vueltas por todas las pistas, y al cabo de más de 2 horas encontramos la entrada (habríamos tardado menos andando).
Con el agua justa, vamos bajando pequeños destrepes, con las manos preparadas de lo que se escurre. Tras un primer rápel de 7 metros consideramos que el segundo de 22 se podía destrepar y así lo hicimos: bajó uno, bajó otro, y cuando le tocaba a Nacho y a punto de terminarlo se queda encajado en mala posición y se le sale el hombro. Desde entonces éste será conocido como el rápel maligno (no preocuparse, también encontramos el coche maligno, la curva maligna, y muchas otras malignidades).
Tras comprobar que Nacho podría salir por su propio pie del barranco trepamos el último destrepe y nos fuimos por el escape de la izquierda, que afortunadamente acabábamos de pasar. Resumiendo, el Althagneta nos duró una hora.
Nacho se fue por la selva de Oza a andar un rato, y Javi y yo consideramos que sólo dos no era prudente volver al Althagneta. Hasta que volvamos será el barranco maligno.
HARZUBIA
De camino Nacho nos dejó a la entrada del Harzubia ¡sin bidón! ¿qué hacer con las llaves del coche? un par de bolsas de plástico, varios nudos y algo de suerte fueron suficientes.
Este barranco se escurría más que el anterior. Se va engorgando poco a poco hasta llegar a tener prácticamente techo y volverse oscuro. Más tarde se abre para volverse a cerrar de nuevo.
Muchos rápeles (unos 20), un buen costalazo y un pequeño resbalón que fue el que me dejó con el codo y la rodilla tocados. A estas alturas ya estábamos seguros de ver rápeles malignos por todas partes...
Al día siguiente la rodilla aún dolía, con lo que tuvimos que dejar el resto del plan para otra ocasión.
Otros comentarios por aquí
Y fotos y más fotos y vídeos
Y un croquis del Althagneta (desde barranquismo.net)
Montse Camino
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