Participantes: Alex y Amaia (Bilbao), Ales (Oviedo), Raquel y Dani (Huesca), Jose y Pablo (Córdoba), Paco (Málaga), Nacho (Canarias), Pablo (Toledo) e Iván y Montse (Guadalajara).
Monitores: Miriam, Lander, Jose Mari y Eneko algún ratillo (de Ur) en las prácticas. Para la teoría Edu, Alberto y Juan Angel.
Como en botica "había de too...": partiendo de cero y repasando en el rocódromo cómo se baja un rappel, asegurar a un compañero-cliente, taller de nudos, ... hasta técnicas de rescate, bajar a un herido por la cuerda, primeros auxilios o aguas vivas. Nuestros días se pasaban entre el rocódromo (ojo al rocódromo de Huesca!!) o alguna pateadita de montaña hasta llegar al cañón, y las tardes libres de turismo. Estuvimos haciendo la ferrata de Riglos, Jose y Pablo escalaron un mallo, un par de bañitos en río, ...
Los barrancos fueron:
- FAGO, en pocos días se quedaría seco, la primera toma de contacto para algunos, nudos fugados y desbloqueos, destrepes y saltos.
- AGUARE, montaje de cabeceras desembragables, rápeles guiados y pasamanos recuperable.
- BASENDER, seco, para practicar el autorrescate y descenso de accidentados ("el corte en cabecera"...)
- FORMIGA, el "examen", repaso de técnicas y a disfrutarlo. Haciendo memoria (los cerraos en la salida) resultó que fue mi primer barranco, hace ya tiempo.
FERRATA DE RIGLOS.
Participantes: Raquel, Iván, Paco, Alex, Pablo, Nacho y Montse.
Sin llegar al pueblo nos acercamos lo más posible con coche, hasta cerca del cementerio. Fuimos un rato sobre el GR-1 hasta encontrar el primer indicador hacia la ferrata a la derecha, nos perdimos un rato por el bosquecillo y encontramos la salida de la ferrata, y a eso de las 7 de la tarde las primeras clavijas del inicio.
La subida son varias terrazas y clavijas para acceder de cada una a la siguiente, todo ello con línea de vida. Ningún paso complicado en el ascenso, ni siquiera la pequeña panza que pasamos.
Arriba del todo hay un búnker, y si avanzas sin perder altura hacia el interior del barranco, se llega al mirador de los buitres (con un montón de posaderos y nidos en la pared de enfrente).
Para el descenso hay una instalación para rápel por la misma ferrata, o rapelar desde la zona del mirador (que no vimos la cabecera) o descender por una senda equipada con línea de vida en alguno de los tramos, y con un pequeño puente tibetano. Nosotros elegimos ésta última.
Llegados al bosque, terminamos sobre la pista con la luz justa para volver. Hay que hacerse alguna más...
Recuerdos al chalecito del 4º, al resto del chalecito del 1º y demás fauna foránea. Besos para todos.
Las fotos están por aquí.
Montse Camino
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