25 y 26 de octubre de 2008
Participantes: Ángel Sánchez, Carlos Heras, Nacho Hierro, Juan Carlos Tomás, Alicia Gutiérrez, Paco Cuesta, Miguel Sanz, Carlos Jiménez, Julio García, Montse Camino, Carlos Aranda y Ana Ballesteros.
Para finalizar el curso de perfeccionamiento nos fuimos al Barrancazo. Durante estos dos días practicamos la técnica de autorrescate, se dio una charla de topografía y se hicieron unos ejercicios de orientación sobre mapas.
Para las prácticas de autorrescate se montaron vías en volado donde se desbloqueaba y se descendía hasta el suelo al supuesto accidentado. También se practicó el paso de fraccionamientos y el paso del nudo con él supuesto herido.
Se montó una tirolina donde se trasladaba al herido de un lado al otro.
A la noche y gracias a un transformador que colocamos en uno de los coches para dar corriente al proyector, Ángel dio una charla de cartografía. Después de cenar y aprovechando que disponíamos de un proyector, vimos fotos de espeleo y el video de la Travesía de la Cueva del Lobo. Todo un lujo en una noche no demasiado fría y viendo las proyecciones sobre la pared de caliza que hacía las veces de pantalla.
Para la teórica de cartografía se enseño a reconocer las coordenadas de los planos y se hicieron unos ejercicios que consistían en localizar el punto donde nos encontrábamos y localizar otro punto sobre un mapa con una escala 1:20.000, interpretación de las reseñas en la topografía de la Cueva del Reguerillo y el material que necesitaríamos en los pozos de la sima La Cierva.
Otra cosa que probamos, aprovechando que estábamos haciendo ejercicios prácticos en exteriores, fue la instalación de una vía con el nuevo sistema de “cordino dinema” con el que no hacen falta los mosquetones, reduciendo así el peso de los equipos que hay de llevar a cuevas en las expediciones.
Con esto dimos por finalizado este curso de perfeccionamiento que empezamos por el mes de abril en este mismo sitio y que a lo largo del año hemos enseñado a realizar nudos de instalación, poner tacos en las paredes, instalar vías completas tanto verticales como en pasamanos e instalación de unas cuantas simas (con la dificultad añadida del agua que cayó en esas fechas).
Ahora solo les queda a los cursillistas, en las futuras salidas a cuevas y simas, practicar lo aprendido para mejorar todas las técnicas que se han impartido en este curso.
Paco Cuesta
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