El día 9 madrugamos un poquito y nos pusimos caminito a la Vía, empezamos a trepar, y poco a poco fuimos llegando a la cumbre, tomándonoslo con mucha tranquilidad, (como es habitual en n
osotros) nos parábamos para las fotitos, hablábamos del los pasos, las vistas..., en fin que merece la pena hacerla a un ritmo muy flojo para disfrutar de todas las maravillosas vistas que nos ofrece la Regina, tanto de subida como de bajada es preciosa y merece la pena su visita.
Después al camping de Organya a comer, y a ver un poco a los locos del aire, que con las maniobras con su parapentes hay veces que ponen los pelos de punta y a preparar las siguientes rutas pero ya tirados en la piscina, que es como se piensa bien...
El resto de días nos fuimos Andorra, de compras, de ferratas e incluso hicimos una mezcla de ambas cosas, lo que hicimos por allí fue flojito y más después de haber hecho lo del primer día, luego todo nos sabia a poco, pero también estuvieron muy bonitas y una de ellas con una aproximación en montaña muy guapa y un poco rompe-patas, pero mereció la pena hacer todo.
Alicia Gutiérrez
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