Febrero 2020, seguimos explorando en nuestra Zona del Alto TAjo



El primer equipo, instaladores y maestros: Pablo, Luis y Miguel.
Por Miguel Diego
En primer lugar agradecer la acogida que he tenido en la vuelta al club después de tanto tiempo, he de decir que me he sentido muy acogido en mi primera salida, como instructores he tenido a Luis y Pablo que han estado conmigo en todo momento instruyéndome y ayudándome en cualquier duda que me ha podido surgir.
Se planificó la salida a la sima y yo no sabía si apuntarme o no, ¡qué nervios!, ya que después de tantos años sin hacer verticales yo quería ir, pero tenía la duda de si debería ir un día al Barrancazo a hacer unas prácticas en cuerdas, aunque recordaba los pasos y normas de seguridad, esto es como montar en bici, jeje.
El día de la asamblea tuve el placer de sentarme a comer con Luis, Pablo y Toño y estuvimos hablando de las cuevas que había hecho, de la JR, la salida planificada que había y hablando al final  Luis y Javi me animaron a ir, Javi me decía que era un sima cómoda, ya que las paredes estaban cerca en algunas verticales, cuando posteriormente me lleve la sorpresa de la abertura que había dentro en la galería y las dimensiones de la sima, eso ya me gustaba más.
La salida estaba lista, Luis, Javi, Rafa, Pablo, Marta y yo nos íbamos a juntar para hacer trabajos en la sima, estábamos divididos en dos equipos unos bajaban instalando y explorando una zona y Javi y Rafa vendrían mas tarde para topografiar algunas partes de la cavidad.
Luis y Pablo hicieron noche en el refugio (Pozo Cornejo), ya tenían el refugio caliente, pero para sorpresa a la doce y media vino gente a dormir haciendo ruido y molestando a los que allí se encontraban, Pablo no podía dormir y se tuvo que ir a la furgoneta a dormir. Luis dice que ni se enteró, jaja.
Marta y yo nos dirigiríamos la mañana del sábado desde Guadalajara ya que habíamos quedado a las ocho y media en la entrada al camino, finalmente sólo fui yo ya que Marta no se encontraba bien y decidió finalmente no asistir.
La "parva" habitual durante los preparativos

Era una mañana que hacía bastante frío en la zona y había muchos bancos de niebla, a la hora acordada me junté con Luis y Pablo, nos trasladamos hasta el aparcamiento de la sima y empezamos a preparar el material necesario.
Todo va tomando forma

Cerca de las nueve y media nos dirigíamos a la sima y Pablo y Luis comenzaron a instalar la cabecera de acceso a la JR, mientras Pablo bajaba instalando Luis me estaba instruyendo sobre cómo hacer los fraccionamientos, la coca de seguridad, colocar el descendedor, aunque yo me acordaba era necesario hacer un buen refresco. 
Empiezo a descender sobre las diez y llevo a Pablo por debajo instalando y a Luis por encima pendiente en todo momento de cómo hacia los fraccionamientos y asegurándose de que todo estaba correctamente.
  Exteriores, aproximación

Descendimos por las verticales hasta la ventana que está en el pozo, en la cual tuvimos que hacer péndulo para poder acceder a ella, una vez allí hicimos una parada para hablar de que tal había llevado el descenso y echar un  cigarrito, ya eran las once menos cuarto cuando nos dispusimos a investigar en un pozo la continuidad con la sección inferior de la sima, entre Luis y Pablo decidieron donde convenía la mejor zona para instalar unos montis para colocar una cabecera para acceder desde la ventana al pozo en exploración. 

Una vez instalada la cabecera y reasegurada al natural desde otro punto Luis desciende hasta la boca del pozo, al ver que habría roce con las cuerdas para descender por él se instala un desviador al natural y Luis desciende un poco como puede por el pozo limpiando de piedras sueltas la zona. Finalmente se decide no bajar ya que habría que reinstalar una cabecera en un punto más centrado para acceder.
Por ahí se intuye...

Se decide tirar una cuerda y bajar a la sección inferior de la sima desde la cual en una ventana se observa la continuidad desde el pozo en exploración hasta la galería inferior.
Como todavía nos sobraba tiempo y no era la hora de comer deciden enseñarme el resto de la sima en dirección al meandro. La zona tiene mucho barro, en algunos tramos, pero se transita bastante bien, cabe destacar que hay que llevar cuidado con las formaciones de coral que nos encontramos a nuestro paso, me van indicando las diferentes partes de la cueva y trabajos realizados, finalmente llegamos al meandro donde al acceder a él se nota falta de oxígeno.
En el bloque bajo la cordada

Después de haber conocido la parte inferior de la sima, sobre las doce y media nos disponemos a realizar el ascenso para subir a comer al exterior, pero cuál fue nuestra sorpresa, que nos encontramos con Javi y Rafa que habían venido pronto y estaban descendiendo para los trabajos de topografía.
Empezamos la progresión y paramos en la ventana del pozo para recoger material, Luis se cargó una saca y subió al encuentro de Javi y Rafa. Pablo y yo nos quedamos recogiendo la cuerda que habíamos echado en el pozo de exploración y tomar un descanso y picar algo. Nos ponemos a ascender para salir al exterior, al llegar a la altura de Javi y Rafa intercambiamos opiniones y se decide que posteriormente volveríamos a bajar para desinstalar la zona que había instalada en fijo por la que estaban bajando topografiando y que ellos subirían por las cuerdas que habíamos instalado por la mañana.
Sorprendente la limpieza del mono del instalador...

A la una y media estábamos fuera y Luis que llevaba un rato fuera nos estaba esperando con una cervecita que sentó a gloria, jeje.
Estuvimos comiendo y de charla un rato intercambiando opiniones, posteriormente Pablo se tenía que ir y Luis y yo bajamos para ponernos en contacto con Javi y Rafa y desmontar la instalación en fijo que había en la sima.

El segundo equipo, a topografiar: Rafa y Javi
Por Javi Rejos
Diversos avatares nos llevarían a aplazar a última hora el momento de acudir a la zona... finalmente la suerte nos acompañó y pudimos ir en la propia mañana del sábado, si bien alcanzaríamos la boca de la sima cerca de las 12, encontrándola instalada y esperándonos para empezar a medirla conforme bajábamos. Sabíamos que los compañeros estaban abajo, así que, mucho ojo y cuidado en la progresión para evitar arrojar nada al fondo.
Iniciamos las mediciones, bueno Rafa se encargará de los cacharrillos y yo de las anotaciones y dibujos, así que iremos cerca uno de otro deteniéndonos donde convenga para medir. Realmente lo que nos queda es medir algunas pendientes y otros datos para dibujar unas secciones, pues las verticales entre fraccionamientos ya están.
Así, poco a poco, vamos bajando, comentando detalles y, como suele ocurrir cuando se topografía, revisando detalladamente los recovecos... y parece que todavía hay que mirar algunas cosas para eliminar dudas.
Con bastante rapidez nos encontramos la conexión de la cordada rumbo a ese pozo paralelo que fue explorado hace poco. La instalación estaba allí a la espera de la topo, precisamente. Hoy toca desmontarlo también.

En ese momento oímos a los compañeros y vemos sus luces abajo... bueno, tampoco hay tanto pozo, de hecho desde abajo se ve la luz del día en la entrada.
Avisamos y pedimos que se metan a cubierto por si acaso, pero pronto nos separamos hacia la entrada lateral que se separa del pozo clásico. A la vez están subiendo Luis y Miguel, acarrean parte del material que han utilizado para la instalación y equpación de nuevos anclajes por allá abajo.
Se intercambian impresiones y rápidamente nos metemos por la grieta que consituye el paralelo. Al principio se hace pie, hay bloques y coladas constituyendo un suelo estable, pero la cordada avanza en pasamanos descendente, atravesando algunos puntos algo angostos, pero no complicados, hasta que, al poco, encontramos la saca con el resto de la cuerda, pero el pozo sigue...
Entrada al conducto paralelo (Toño, equipando)

Nos surgen las dudas, habíamos entendido que la cuerda alcanzaba el interior del balcón de más abajo, donde hay una pequeña salita a la que llegan un par de chimeneas, y alguna debe de ser la conexión.
Hay en la grieta, que ahora se hace vertical, dos posibles descensos que abajo dan al mismo lugar. Iniciamos el descenso por el más lejano, roca rota, repleta de aristas e irregularidades, blanda... no hay más anclajes, no vemos tampoco la posibilidad de desviar. Se ve que hay roce si continuamos bajando. Es posible que los exploradores bajaran por el otro lugar.
Sin embargo, el fondo se ve a pocos metros, así que decidimos asumir el pequeño roce en descenso y avanzar. Al fin y al cabo no subiremos por aquí, sino por la instalación clásica.
Bajando al interior del "balcón" por el paralelo

Así, midiendo y anotando alcanzamos el fondo del pozo paralelo. Al final es mucho menos de lo que esperábamos, simplemente es una conexión lateral desarrollada a partir de la misma grieta que ocasionó la cavidad.
Estamos en el interior del balcón, donde hay dos continuidades verticales que estimamos dan paso al fondo de la sima por vías alternativas a la habitual.
Los compañeros han estado equipando allí, tras darle vueltas y vueltas han encontrado un lugar con "roca adecuada" para equipar y han atornillado dos MMS de 10 mm. 
Aparcamos los cacharros de topo, instalamos la cuerda por la que bajábamos y ya asegurado baja Rafa un pequeño resalte donde está uno de los pocitos que dan al fondo. Se sondeó con piedras hace tiempo, pero hoy el primer equipo lo ha comprobado visuamente echando la cuerda y bajando los primeros metros, aprovechando para limpiar en lo posible el descenso. Sin embargo, no se ha descendido todavía.
Acceso al agujero que conectará con el fondo

Valoramos posibilidades de instalación, mala roca, blando, aristas por doquier, todo se rompe... en fin, una alegría para los que tengan que equipar ahí.
Echamos la cuerda con la saca por el pozo, por ver si la vemos desde abajo, y completamos las mediciones de la topo desde el balcón al pasamanos final de la vía habitual, cerrando la poligonal en un punto conocido.
A la par, Pablo, que estaba ya subiendo, ha de volverse a casa antes que los demás, razón por la que ya no le veremos hoy.

A estas horas, que serían más de las tres de la tarde, sacamos un bocata de la saca y algunas otras viandas (turrón de cacahuetes que, siendo dulce, está salado, cosas curiosas). Nos lo repartimos, bebemos, charlamos... y repuestas las fuerzas, continuamos.
En el destrepe del balcón hacia el pasamanos, que serán entre dos y tres metros, una "presa" se mueve de la pared y Javi se queda en el aire con la otra mano en otra "presa"... otra que también se arranca, así que salta como puede el desnivel que quedaba por descender. Resultaron ser bloques medio descompuestos incrustados en los sedimentos, ¡la madre que los p...! Menos mal que sólo un susto y un pequeño golpe en la pared de enfrente.
Bajamos ahora al fondo (estamos a 10 o 12 m), y nos vamos por los agujeros entre bloques hacia la ventana donde se conecta desde arriba... y allí se ve la cuerda, que debe quedar apoyada en una repisa justo antes de abrirse el pozo a la galería del fondo, pues no llega a asomar, se ve por dentro. En fin, habrá que equipar eso y bajar a ver, por si hay algo más por ahí.
Abajo culebreando entre bloques

También estimamos, en las grietas del techo, por dónde se llegará desde otro pequeño pozo, estrecho, guarro e inmundo que hay en "El Balcón"... también habrá que bajar a ver (vaticino variadas maldiciones...).
Ya que estamos abajo y vamos bien de tiempo, nos vamos al fondo del caos de bloques, callejeando entre ellos, hasta la parte más profunda donde alcanzamos las gateras que todavía "no nos hemos atrevido", y Rafa las "cata", estimando lo mismo que los demás, que hay que ir con buen ánimo y bien armados (martillo, cortafríos, paleta... lo normal). Y con ropa seca y apoyo para que los valientes vayan descansados y puedan salir sin entretenerse. Y es que trabajarán sumergidos en el barrute líquido, los charcos (algunos bien profundos), etc...
Junto a las gateras

Convendrá tener buena logístida, hasta algún caldito calentito, esperando a los valientes (yo no paso, creo, no por falta de ánimo -bueno, un poco también-, sino por "cuestión estérica").

Y nos volvemos con la idea. Mientras subo entre el caos de bloques, una piedra del suelo me llama la atención, es bastante redondeada, pero en sus fracturas aprecio una textura lisa distinta de la habitual de la caliza. Al cogerla compruebo que es más pesada, más densa que la caliza. Empiezo a sospechar lo que es, aunque el barro no ayuda... la echo a la saca de topo para estudiarla más adelante, y ya en el exterior confirmaría mis hipótesis. De esta piedra misteriosa hablaré un poco al final de esta crónica, creo que merece la pena y es interesante tenerla en cuenta.
Continuamos y subimos ya por la cordada al pasamanos del balcón, y retomamos la topografía, ahora hasta conectar con la entrada al pozo paralelo, completando así las verticales.
En este momento contactamos otra vez con Luis y Miguel, que vuelven a bajar para echar una mano en lo que haga falta... Con compañeros así da gusto. Acordamos que, mientras acabamos por abajo, que vayan desmontando el acceso paralelo con todo su pasamanos, y se suban ese material por delante de nosotros.
Luis currando con las cordadas

Se ofrecen a desmontar también el principal y salir tras nosotros, pero les indicamos que se suban, pues podemos ir nosotros desmontando (a Rafa le toca, por ir detrás) a la par que vamos saliendo y topografiando, y así se evitarán las tediosas esperas por detrás.
Así, tranquilamente, alcanzamos el exterior donde nos esperan Luis y Miguel, recogemos todo y a los coches. Comemos alguna cosilla, se intercambian opiniones, y finalmente nos separamos. Miguel, Rafa y Javi nos vamos a Guadalajara, Luis decide quedarse por allí a dormir, y la noche se le alargaría con otros compañeros espeleólogos, pero eso ya es otra historia...
Una buena jornada de trabajo y en buena compañía, como siempre.


Así suelen salir las libretas de topo


Anexo: De la piedra misteriosa o el temor a que la cuerda encuentre sílex al rozar la pared...
Por Javi Rejos
Bien, compañeros y amigos, como decía párrafos arriba, saqué al exterior esa piedra misteriosa, más densa, tan embarrada que no apreciaba bien su textura, aunque ya sospechaba lo que podía ser: Un nódulo de sílex, también llamado pedernal.
Sería en casa, tras cepillarla para retirar la arcilla y limpiarla bien bajo el grifo, cuando aprecié claramente que era exactamente eso, un nódulo de pedernal, con su cubierta rogosa blanca, pero presentando en sus fracturas la típica forma y textura del lugar donde una laja afilada había saltado... el mismo material que nuestros ancestros utilizaron para descarnar las piezas cazadas, raspar los cueros, o preparar otras herramientas de hueso, madera o piedra.
Un nódulo de sílex o pedernal

La presencia de este mineral, cuya composición viene a ser idéntica a la del cuarzo o cristal de roca (sílice), y poseyendo la misma dureza (7 en la escala de Mohs, es decir, raya el vidrio o el acero), resulta curiosa cuando menos.
Sin embargo, a diferencia de muchas de las variantes del cuarzo (cristal de roca, amatista, etc.) su origen es sedimentario y no cristaliza en forma del típico cristal hexagonal, sino que es una masa amorfa, vítrea, que presenta parecido en cierta media con el ópalo o el ágata, que también son variantes del cuarzo.
Creo recordar que se forma a partir de masas de sílice en suspensión coloidal (imaginad una gelatina) en al agua marina, que se depositan en el fondo, a veces ocupando las galerías de animalitos marinos, y endureciéndose luego, al igual que la masa calcárea que las engloba, con la diferencia de que el resultado es un "nódulo" o "núcleo" vítreo muchísimo más duro que la caliza y difícilmente erosionable... por eso, cuando la caliza u otros sedimentos desaparecen, el sílex aflora en superficie o, en este caso, aparece en el fondo de la sima, entre otros pedruscos.
Su presencia en las calizas terciarias, o incluso otros materials de ese período (yesos, margas, etc.), es mucho más común y frecuente. Los pobladores prehistóricos, y otros más modernos, lo buscaban porque era un material fundamental para ellos. Por eso, hubo minas para su extracción incluso en épocas antiquísimas, por ejemplo en los sedimentos del entorno de Madrid capital (01), y otros sitios no tan lejanos de Guadalarara, como por ejemplo en Lupiana (03).
Pero volvamos a nuestra sima. No es su presencia ahí, en el fondo, donde debe preocuparnos, si no en las paredes de los pozos o entre los sedimentos de rampas o repisas donde la cuerda puede llegar a rozar... no hablamos de la "blanda caliza", sino de un material durísimo y que fractura en vivas aristas cortantes, como cuchilas (lajas de sílex o pedernal), y que cortaría la cuerda con relativa facilidad... imaginad una hoja de cuchillo asomando en una pared del pozo.
En la fractura se aprecian los vivos del corte

Así que, si hay sílex en la cavidad, y presumiblemente en otras de esa masa calcárea, más razón para evitar a toda cosa los roces, o al menos estar muy atentos a lo que aflora en los puntos donde la cuerda puede llegar a rozar...
Pero tranquilos, no quiero ser alarmista, sólo comento esto porque me ha llamado la atención. Llevo visitando y explorando cuevas en calizas y yesos desde hace más de 30 años y es la primera vez que encuentro sílex en una cavidad. Supongo que existirá en otras de las que he estado, pero no lo aprecié hasta esta ocasión.
Sin embargo en una obra que releo periódicamente, el librito de Marchach y Tourte (02), "Técnicas de Espeleología Alpina", hay un párrafo que no he olvidado en el que se menciona la palabra "sílex".
En el capítulo 1 "Equipar la cavidad", repasa diversos aspectos y entre ellos habla de las cuerdas estáticas, y concretamente al mencionar lo que puede pasar al que cuelga ante un rotura de fraccionamientos, transcribo literalmente:
"... corremos el riesgo de golpearnos, incluso con dureza, contra la pared de enfrente, y de estropear la cuerda contra una arista (el único riesgo de cortar una cuerda se da cuando nos encontramos con una esquirla de sílex; huyamos como de la peste de ellas, duplicando el anclaje en los fraccionamientos)." (Véase la 1ª edición en castellano, de Desnivel, marzo de 2003, página 79).
Así que, quizá no sea tontería fijarnos bien en las características de las paredes de nuestros pozos.
De la presencia del sílex o pedernal en la zona ya nos habíamos percatado, pero en superficie. Charlábamos de estos temas Toño y yo en Peñalén, paseando por los pinares, cuando me señaló la presencia de numerosas piedras blanquecinas sobre el suelo... eran nódulos de pedernal.
Su presencia era puntual, creedme que he recorrido esas parameras infinidad de veces, y esta es la única ocasión que he visto ese material. Casualmente es muy cerca de la sima que tratamos en esta crónica.
En fin, espero que os guste esta curiosidad en relación con esos "cantos raros" que a veces aparecen por ahí...
Miguel Diego y Javier Rejos

Referencias bibliográficas
(01) Capote, M.; Castañeda, N.; Consuegra, S.; Criado, C.; Díaz del R-ío español, P.; Bustillo Revuelta, M. A. & Pérez Jiménez, J. L. (2006). Casa Montero. La mina de sílex más antigua de la península ibérica. Tierra y tecnología, 29, p 42-50.
(02) Marbach, G & Tourte, B. (2003). Técnica de espeleología Alpina. Ed. Desnivel, marzo de 2003. Madrid, 398 p.
(03) Valiente Malla, J. (1997). Guía de la arqueología en Guadalajara. Ed. AACHE. Guadalajara, 128 p.

NOTA: No se hicieron fotografías en esta salida, las que se presentan son de otros días de exploración.


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