El pasado puente de diciembre fuimos unos pocos para Cantabria. Una de las cuevas que decidimos volver hacer es Cuevamur. Hicimos grupo: Paco Cuesta, Carlos Heras, Juan Carlos Tomas, Julio García, Ana Ballesteros y Miguel Sanz.
Comenzamos a eso de las 12 de la mañana, ya que la cueva no tiene demasiada dificultad y gran parte del recorrido, lo habíamos hecho algunos de nosotros el pasado agosto.
Comenzamos a eso de las 12 de la mañana, ya que la cueva no tiene demasiada dificultad y gran parte del recorrido, lo habíamos hecho algunos de nosotros el pasado agosto.
Pasamos muy ágilmente los pasamanos, las rampas, y el laminador, hasta llegar a la cabecera de rampa de la Gran sala donde nos reunimos casi todos. A continuación bajamos dicha rampa, remontamos la otra rampa resbaladiza de la sala del campamento y llegamos hasta la Sala del Caos, donde dudamos un poco todos o casi todos de qué camino tomar. Seguidamente llegamos a la Sala del Lago, donde CLARO ESTÁ QUE HAY QUE GIRAR A LA DERECHA y NO CONTINUAR RECTO PARA IR A NINGUN SITIO, para darnos de bruces con la sala del lapicero. Una sala no demasiado grande pero con una gran densidad de excéntricas caprichosas. Más tarde la sala se empieza a estrechar y descubrimos la razón del nombre del paso, los retales. Paso no excesivamente complicado, salvo que en uno de los huecos había que entrar bocarriba.
Todos los del grupo pasamos uno a uno sin ningún problema, llegando a las salas del coral y de los cristales, donde disfrutamos, descansamos un poco y comimos algo.
Todos los del grupo pasamos uno a uno sin ningún problema, llegando a las salas del coral y de los cristales, donde disfrutamos, descansamos un poco y comimos algo.
Posteriormente llegamos otra vez a la cabecera de la rampa de la gran sala donde recogimos la cuerda y retornamos a la salida velozmente. A eso de la seis y media estábamos fuera.
Miguel Sanz
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