Asón, Cantabria, 7 de diciembre de 2013
Participantes: Manu Fernández, Rebeca Martín, Isma Luengo,
Marta Arias, Jesús Canfranc, Rosa Martín, Isra Camacho, Dani Fernández y Paco
Cuesta.
El día anterior inflamos los pirauchos para ver si estaban
en condiciones de usar. Hace un par de años que nadie del club a trajinado con
ellos. Después de muchas horas, comprobamos que están en perfecto estado.
A las diez de la mañana ya estábamos en marcha hacia el
aparcamiento cercano a Coventosa. Cuando nos estábamos cambiando de ropa,
empezaron a llegar multitud de diferentes grupos, con lo que decidimos darnos
mucha prisa en estar listos para coger el camino de subida hacia la cavidad.
Pero como es del todo imposible no tardar en este asunto del cambio de ropa, los
instaladores salieron los primeros, adelantándose a todos los grupos que
también estaban en la labor de cambiarse de ropa. Aún así, cuando llegaron a la
zona de instalación ya había un grupo por delante.
Por suerte nos apañamos con sus cuerdas y las nuestras, con
lo que teníamos 3 vías para bajar el primer resalte de 10 metros, que da acceso
a la galería donde a la derecha tenemos el camino hacia la Sala de los
Fantasmas y a la izquierda el camino que nosotros seguiremos.
En poco tiempo ya estábamos todos y a subir el resalte de 5
metros al otro lado de la galería. Después vinieron las gateras descendentes
que nos dejaron ver desde lo alto, la gran galería por la cual hay que
descender (un tramito corto con cuerda) para llegar a su base, donde hay que
hacer un giro de 180 grados para seguir el camino.
En unas grandes formaciones que nos encontramos a nuestra
izquierda, nos juntamos todo el grupo y un poco más adelante pasamos el cable
de acero, que termina en una bajada por cuerda.
Más adelante hay que volver a pasar otro pasamanos.
Canfranc, decidió poner una cuerda nuestra, pues no nos fiábamos del estado en
que se encontraba la instalación. Como somos un grupo numeroso, esto nos demora
un poquito. Una bajada más al final de este pasamanos y llegamos a Los Gours.
En este punto esperamos a que todos llegasen y las
inevitables fotos de este lugar donde el agua empieza a estar presente. Cae un
pequeño chorro de agua, que debido a su altura, hace que las gotas lleguen
hasta nosotros convertidas en lluvia. Y también está presente en los diversos
gours que dan nombre a este lugar.
Bajando una sala llegamos a una galería, pero esta vez con
agua. Un pequeño resalte a la izquierda, da acceso a una cuerda que cuelga de
la pared al borde del agua. Es un poco complicado de pasar sobre todo con
sacas. Unos deciden arriesgarse y pasar por este paso.
Mientras tanto otros empezamos a inflar los pirauchos.
Nuestra sorpresa, no están los remos en ninguna saca. Ahora sabemos que los lagos
no los pasaremos sin esta apreciada herramienta.
Tiramos un coordino al otro lado, donde ya estaban algunos
de los que habían pasado por el resalte. La primera en pasar en barca es Rosa,
que tirando despacio de la cuerda llega hasta la otra orilla sin percances.
Isra que no se fía y piensa que puede caerse, le pasa el móvil que usa como
cámara de fotos a Rebeca. Pasa sin problemas.
La siguiente es Rebeca, que atraviesa el pequeño trecho que
nos separa de la otra orilla con soltura, pero cuando se va a bajar del
piraucho pierde el equilibrio y al agua, hundiéndose por completo y poniéndose la barca a modo de sombrero.
Rápidamente sale del agua y Dani la pone la manta térmica. El último soy yo que
después de lo que ha pasado voy con sumo cuidado. Sorprendentemente el móvil de
Isra sigue tirando fotos.
Rebeca y Dani deciden darse la vuelta hacia la salida. Los
demás decidimos continuar por lo menos hasta el primer lago.
El meandro de Las Marmitas nos obliga un poco más adelante a
volver a usar el piraucho, pero la profundidad es tan poca, que se pinchan los
flotadores de la base. La mayoría decidimos mojarnos hasta la cintura y no
perder más tiempo. El camino que sigue consiste en ir pegado a las paredes como
una lapa para mojarte lo menos posible, un par de resaltes con cuerda y otro
par de pasamanos. El piraucho lo lleva Isma a modo de mochila y a modo de mochila lleva Canfranc a Rosa en
algunos tramos más profundos.
Por fin llegamos hasta el primer lago, con lo que decidimos
hacer un descanso y comer. Tardamos poco, pues la humedad es grande en este
punto.
A la vuelta, en el paso donde Rebeca y Dani se dieron la
vuelta, Canfranc lo pasó directamente por el agua, Manu por la cuerda, y lo más
sorprendente, Isma apareció por un paso estrecho y lleno de agua, metido en el
piraucho y a toda velocidad. Los demás lo pasamos en barca sin problemas.
Regresamos hasta el último resalte que da acceso a la salida
y mientras unos decidimos salir, otros fueron a visitar la sala de los
fantasmas.
Unas horas antes, Rebeca que ya no tenía tanto frío y Dani,
después de subir este último resalte, decidieron ir a conocer la sala de los
Fantasmas, les pareció que la gente exageraba con su belleza, pues ellos solo
vieron unas cuantas estalactitas secas sin mayor interés. Claro, hay que decir
que entraron en una sala del piso superior.
Ya todos juntos en el Albergue de Coventosa, disfrutamos de
la ducha, de unas cervecitas y de la cena. Una pena, no había cocido montañés.
Paco Cuesta