Y el siguiente sábado, a patear la zona una vez más...

Bueno, vamos a por esa "otra historia" que decíamos en la crónica previa.

Pues sí, se presentó la posibilidad inesperada de hacer algo de monte el sábado 19 de noviembre, así que lancé la convocatoria por si a alguien le apetecía andar por esos pinares, que no había intención de colgarse los hierros ni nada, tomar algunas fotos y medidas de algún agujero canijo, como mucho.

Al final se enganchan Pablo y Luis, quedamos tempranito, y para Villanueva de Alcorón, que a las 09:30 ya estábamos echando un cafecito.

Decidimos ir para el Sumidero de la Carretera de Zaorejas, que se exploró el último día pero no se tomaron datos para la topo. Aunque chiquitito, hay que dejarlo bien documentado, así que agarramos la mochila de topo y allá vamos.

Medimos primero el canal de entrada, longitud, anchuras, alturas, desde el exterior. El maldito láser no nos da medida fácil, pues como hay mucha luz no logramos enfocar el puntero. Bueno, para eso llevamos la cinta métrica en la mochila...

Bajamos el escarpe de acceso por donde subieron los compañeros (Pablo estaba allí) y podemos llegar a la entrada gracias a que habían practicado una senda entre los arbustos hiper-espinosos que llenan el fondo (llámese rosales silvestres, zarzas y majuelos).

Ya en el fondo el canal se precipita al interior de la tierra. Un resalte de como un metro y una fuerte rampa, abajo un rellanito y muchísimos bloques que tapan todo. Por allí se irá el agua cuando carga, pero no hay sitio donde nosotros podamos colarnos. Nada, cuatro medidas y los croquis pertinentes, y ya en casa veremos lo que nos dice, trabajo acabado... Pronto disponible en la web de abismo.



Nos vamos a ver la posibilidad (así llamamos a aquello impenetrable que no descartamos agrandar...) que apareció el otro día, y que tiene corrientilla de aire. Le hacemos unas fotitos y ya está.


Antes de dirigirnos a algún paraje donde prospectar el resto del día, nos acercamos al Búnker para enseñárselo a Luis y Pablo... al final sí hacemos cueva, entramos por una y salimos por la otra entrada... hoy no hay murciélagos aquí.

Bueno, ahora viene mi pregunta a los dos colegas: ¿Dónde queréis prospectar, en un sitio que haya simas o que no haya?, y es que ya me voy conociendo cómo respira la zona, je, je.

Pues aunque os parezca mentira, me vienen a decir que donde más interese (al margen de que haya o no agujeros), así que me los llevo a un terreno que interesa ir barriendo cuanto antes para completar el trabajo por allá... y que no conozco muy bien, por lo que "no sé" si habrá simas o no (en mi fuero interno lo espero, pero no es de los "buenos", al menos por los indicios vistos).

Allá que vamos y empezamos con las pasadas, GPS grabando track, pero colocando cintas de colores para delimitar cada pasada... despacito y mirando todo, hasta los agujeros de grillo, y Pablo venga a pinchar con su barra en todo lo que parece algo... cualquier día le sale algún bicho de una madriguera y lo corre por los pinares.


Pasada va, pasada viene, hundimiento con pinta, que no es nada, tropezón, ¿dónde está la cinta?, mira una caseta hundida, de aquí sacaron piedra, !anda una seta¡, y un nízcalo... así va transcurriendo la mañana y ya nos vamos a comer, dejamos la línea de marcas, volvemos a la furgo y para el refugio de la sima, que allí hay mesitas.


Bocatas, conversación... y el trasero más helado que un glaciar. ¡Cómo está la piedra del banco!. Por decir algo, diré que más tarde me ardía, cuando la sangre volvió a circular por allí...

Acabamos y al terreno otra vez. Seguimos y seguimos... y nada. Comienza a caer la tarde, y venga otra pasada más. Una torca con pinta, y nada, hundimiento, y nada... Seguro que Luis y Pablo ya se están planteando esa vieja idea: "Javi nos ha vuelto a engañar", pero de verdad que no era mi intención...

En fin, última ida y vuelta, y ya os imaginaréis lo que nos llevamos para casa ¿verdad?...

¡PUES ESTA VEZ NO!, en la última ida y vuelta, ahí está, UNA SIMA, y una sima chula, abierta casi a nivel, en llano, y ni un indicio de exploración (ni un taco, ni una marca...), primer pozo de 10 m, calculamos, y puede tirar lateralmente... pero eso ya quedará en alguna crónica futura.




En fin, por lo menos nos volvemos ya contentos. Esperaremos a que Luis se reponga, que ahora está convaleciente, y en cuanto podamos iremos para allá abajo a ver qué nos ofrece este nuevo agujero...

Javier Rejos

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