De cuevas por la Infinita Cantabria
Del 20 al 23 de julio de 2018.
Participantes: Sergio Bravo,
Rebeca Martín, Montse Camino, Arturo Navarro, Luis Jordá, Luis Valero, Jesús
Fernández, Pablo Moreno, Toño Herreras, Ana Lacuna, Paz León, Juan Manuel
López, Carmen Hermira, Ismael Navarro, Dani Fernández, Ángel y Paco Cuesta.
VIERNES
Cueva del Gándara
Carmen, Luis, Pablo y Montse.
Los primeros en llegar el viernes
a Asón y una vez que dejaron los trastos en el Albergue, se fueron a hacer un
pequeño recorrido por Gándara. Pasaron el pasamanos de entrada y una vez en la
sala donde se bifurca en dos posibles recorridos, decidieron continuar por el
Delator, llegando hasta la cabecera del P 40, donde decidieron no bajarlo y
volver al albergue para estar con los que íbamos llegando con cuentagotas.
SÁBADO
Después de unos cuantos cambios para
ver que cuevas eran las más apropiadas y contando que por un lado esta
convocatoria era sobre todo para llevar a cavidades de Cantabria a los nuevos
que hicieron el curso de iniciación en mayo y por otro aprovechar la ocasión
para que monitores y cursillistas de perfeccionamiento llevaran a cabo las
instalaciones que había que montar y desmontar en las diferentes cavidades que
íbamos a visitar. La conclusión fue que haríamos tres grupos, uno visitarían el
Mortero de Astrana y los otros dos Calaca-Mortero, entrando unos por una boca y
los otros por la otra.
Paco Cuesta
Mortero de Astrana
Un año más, para ser fiel a las
tradiciones, Abismo organiza en Cantabria, una salida multitudinaria para asomar
a nuevos socios espeleólogos a las cavidades que tenemos de forma privilegiada
en el Valle de Asón.
Como somos un montón se han de
formar grupos de lo que esta vez he coincidido con los siguientes compañeros. Su
Ilustrísima Eminencia Don Luis Jordá Boderhore
La muy activa Doña Carmen Hermira,
el joven opositor Juan Manuel López, el autodidacta
Ángel, Ilustre habitante de
Villarejo de Salvanés y El Amnésico Toño.
Y la cavidad que me toco en
suerte, Mortero de Astrana.
Esta magnífica cavidad cuenta con
una de las más espectaculares entradas de las que por ahora conozco. De hecho
creo que he estado aquí tres o cuatro veces y quiero volver.
Es tremendamente conocida en este
sector llamado espeleología en España pero para los que no la conocen os lo
intentare describir:
Un enorme agujero repleto de
vegetación y algunos árboles muy altos crecen en su interior elevando las
copas para buscar la luz. Para acceder dentro hay, dijéramos como 2 niveles, un
primer nivel que empieza en un pequeño desfiladero al que se accede por una
trocha un tanto escondida que baja paulatinamente en pendiente no muy
pronunciada, pero no carente de algo de riesgo, pues a veces me he dado algún
culetazo bajando. Tras la pendiente el suelo cae bruscamente al segundo nivel
por lo que se hace necesario el uso de técnicas DED si quieres entrar a las galerías
del sistema. No sé por qué razón en unos de los laterales del descomunal hoyo hay
multitud de deposiciones, imagino que de herbívoros, que han elegido este lugar
para dicho fin desde tiempos telúricos y cuya cantidad se estima en cientos de
toneladas de dicho “guano” de cérvidos, cabras y demás “tragahiervas” y sus
consiguientes orines.
En fin un enorme cráter que
difícilmente pasaría desapercibido por los paseantes que por la zona se
aventurasen.
El sábado 21 en el mes Julio del
año 2018, efeméride señalada para mí en particular, nos dispusimos el equipo de
espeleólogos, a visitar este precioso enclave y si se podía transitar por el
interior de las galerías, de todos ellos ninguno sabia de la existencia de esta
cavidad ni de su ubicación salvo yo, que
confiando en mi memoria prodigiosa, me atreví a enseñarles y sin más
información marchamos para allí. Tomamos la carretera hasta Astrana, la pista
que sube hasta el lugar donde habitualmente todo el mundo deja uno o dos coches,
trasteamos con los aperos y uniformidad de espeleólogos. Contentos iniciamos el
trayecto hacia la entrada, lo tenía muy claro
seguir el camino para evitar el pequeño barranco hasta un paso accesible,
internarme en el lapiaz y de repente …¿Dónde está?, mi prodigiosa memoria falló
y me paso de largo, no me preocupa seguro que la encuentro, pero si es enorme
…..
Le enseñé a estos todo el terrible
lapiaz de la zona, sin querer tuvimos 2 horas extra de actividad. He de
reconocer mi frustración pero mis compañeros tuvieron una conducta ejemplar
hacia a mí que obcecado deje de pensar
con lógica, siendo ellos los que finalmente solucionaron el entuerto, al fin
respiro aliviado y enfadado pues todo mi error ha sido confiar en lo que
recordaba y no en los datos de ocasiones anteriores.
Olvidado el tema tras contemplar
la grandiosidad del “anfiteatro” que forma El Mortero nos dispusimos a bajar. No
decepciona nunca, vi el entusiasmo en los rostros de mis acompañantes e intente
calcular el entusiasmo de los primeros que encontrasen esta entrada al karst sistema
del Mortero de Astrana.
En segundos el ánimo nos invade e
impacientes bajamos por un lateral un poco más abajo del camino normal. Luis
que tiene muchas horas de vuelo baja acompañando a Carmen y Juanma para los que
sería su primera gran experiencia en Cantabria, después Ángel que está
aprendiendo a ser mas autónomo si cabe, se queda conmigo para poner en práctica
las destrezas aprendidas unas semanas antes en Viana de Jadraque impartidas por
La Federación Castellano-Manchega de Espeleología y Cañones.
Más tarde tras instalar la bajada
desde el bloque paralela a la existente Ángel y yo entramos hacia las galerías
para reunirnos con el resto, el río bajaba con bastante caudal que sin ser
excesivo aumenta la espectacularidad del
recorrido, no queríamos mojarnos y transitábamos por el recorrido
haciendo equilibrismos para no caer al agua. Llegamos a la salida que viene
desde La Cuesta del Cuivo y decidimos seguirla hacia los pozos sin más remedio
al final tuvimos que echarnos al agua que en tramos sube hasta la cintura. El
entusiasmo de los compañeros al ver este meandro sube aún si cabe mi alegría,
estos seguro volverán están atrapados, Cantabria ya no les soltará.
Continuamos avanzando, ¡no
querían dejarlo! en un pequeño resalte, Carmen eufórica, pierde un pie y cae de
espaldas en el agua sin daño alguno pero empapada entera, Luis la interroga, está
bien y dice no tener frío pero dejamos aquí El Cuivo y retomamos por el
Leolorna, no decrece el entusiasmo ya no nos importa el agua, avanzamos
asombrados por el entorno llegando a los pasamanos de la Cascada del Leolorna
donde se hace más evidente el considerable caudal que había. Intentamos
progresar llegando a completar los pasamanos pero Juanma descubre que el agua
ya es demasiada, ya está, damos la vuelta.
Es curioso como mágicamente
cuando retornas por un sitio ya de vuelta el tiempo parece acortarse y antes de
darte cuenta estás fuera, pero esta vez hay premio, en el exterior luce un
espléndido día y el esplendor de la primavera tardía de Astrana nos enseña la
asombrosa belleza del Mortero, quedará para siempre en el recuerdo de estos
nuevos compañeros como a mí me sucedió.
Toño Herreras
Pd : ¡no olvidéis llevar al menos una cámara!
Calaca –Mortero del Crucero
Participantes: Por Calaca: Pablo
instalando, Montse de control, Jesús revisando, Ismael, Arturo y yo que les
tengo que llevar sin que nos perdamos. Por Crucero del Polaco: Luis como
instalador, Rebeca de control, Dani, Sergio, Paz y Ana.
De nuevo me encontraba llevando a
los compañeros del club a esta pequeña travesía. Lo cual me obligaba a entrar
con el grupo de Calaca. La travesía es algo más complicada si se hace en este
sentido, pues en una gran sala hay que encontrar el paso que da acceso a una
pequeña galería y que nada más entrar en ella, hay que girar a la derecha y que
parece que no es el paso más evidente.
No sé qué pasa en esta cavidad, pero
en anteriores visitas, que han sido muchas, casi siempre pasa algo. Grupos que
dan y dan vueltas recorriendo prácticamente toda la cavidad antes de encontrar
la salida, compañeros que se quedan sin fuerzas en los brazos y les toca hacer
la travesía inflados a Ibuprofenos, falta de cuerda en la instalación, etc… Lo
dicho, estamos gafados con esta cueva.
La entrada por Calaca la realizó
Pablo con la supervisión de Montse. Tardó un poco más de la cuenta y pensé que
llegaríamos más tarde que el otro grupo a la mitad del recorrido y que coincide
más o menos con el paso de difícil localización.
Una vez todos en la base de la
sima, nos dirigimos hacia el siguiente resalte que está instalado con cuerdas y
que hay que descender. Después una zona de caos de bloques y encima en subida
muy pronunciada. Una vez en lo más alto, se empieza a bajar por una zona de
mucha arcilla en el suelo y con la posibilidad de desviarse a otras galerías de
esta zona. Nos dirigimos en este caso hasta la sala inclinada llamada La Carbonera
y donde hay que localizar el dichoso paso. Una vez allí, deje que buscasen por
la infinidad de pasos, gateras y demás galerías que hay en el entorno, ninguno
logró localizar el camino a seguir. Sugerí que aprovechando que el otro grupo
no había llegado de momento hasta este encuentro, podíamos aprovechar y comer
esos bocadillos que llevábamos en las sacas. Como seguían sin aparecer,
decidimos hacer tiempo visitando la parte del Río Negro y las pequeñas galerías
que se encuentran en esta zona.
Pasado un tiempo, intenté juntar
a todo el grupo pues estamos desparramados por las diferentes galerías y
empezaba a preocuparme de que el otro grupo se hubiese despistado o peor aún,
que hubiese pasado algo, pues esta cavidad nos la tiene jurada.
Jesús ya tenía el paso
localizado, pero hubiese tirado de frente nada más entrar en la galería y sin
hacer el giro a la derecha, con lo cual hubiésemos dado unas cuantas vueltas y
probablemente volviendo a la sala donde habíamos comido. Ya ha pasado en
anteriores ocasiones. Lo malo de que te pase esto, es que descartas esta
galería y entonces a dar más vueltas que una peonza.
Como esta vez no nos perdimos,
seguimos por las galerías sin dificultad en la orientación, hasta que oímos
unos gritos lejanos. Fue evidente, que algo pasaba. Montse se puso a tocar el
silbato que casi me rompe los tímpanos. No identificábamos la voz que gritaba y
a veces la perdíamos, con lo que el silbato volvía a sonar atronadoramente.
Conseguimos llegar hasta Dani,
que era el que gritaba y se encontraba solo. Se había descolgado del resto del
grupo y estaba un poco desesperado. Nos contó que lo primero que les pasó, fue
que de nuevo las cuerdas que llevábamos no llegaban hasta el final del pozo de
entrada y otra vez usaron una cuerda vieja que llevo en el coche. Esto ya nos
pasó en una ocasión anterior, pero esta vez, para no poner una vieja cuerda
desde el fraccionamiento que se encuentra a mucha altura, decidieron hacer el
paso del nudo a unos seis metros del suelo. Buena experiencia para los que lo habían
practicado en el curso y que les decíamos que en realidad nunca se usa.
Parece que los que iban delante
de Dani, tiraron por una galería que lleva a otra zona de la travesía y allí
dieron y dieron vueltas por el enrejado de galerías. Dani era el que estaba en
el camino correcto. Al poco rato oímos el silbato de Luis (como se nota que
hace cañones al igual que Montse). Teníamos el sonido de nuestro silbato y lo
que parecía un eco del silbato del otro grupo.
En un rato estábamos todos
juntos. Ahora había que decidir si ellos que estaban prácticamente en la
entrada, se daban la vuelta y salían junto a nosotros por esta parte de la
travesía. No parece que les gustase mucho la idea, pero ya era tarde y si
volvían a perderse la cosa se complicaría, así que Jesús se ofreció a llevarles
hasta la salida por Calaca.
Nuestro grupo siguió por ese
meandro hasta la salida sin más complicaciones que una saca que se enganchó a
la subida y que dio un poco de guerra.
El otro grupo, cuando se dirigían
hacia la salida hubo un tropezón de Paz cayendo de morros contra el suelo y
haciéndose una herida en el labio, por suerte solo fue eso pues podía haberse
caído unos 9 metros por la rampa. Aquí no terminó la cosa, cuando estaban en la
base del pozo de salida, Jesús se dio cuenta de que había perdido la batería de
repuesto (y que cuesta una pasta). Mientras los demás subían el pozo, Dani y él
se fueron en su búsqueda hasta el lugar donde comimos y allí estaba.
A la salida estaba a ratos
lloviznando y a ratos lloviendo, con lo que nos cambiamos lo más rápido que
pudimos, a la ducha del Albergue y la cenita.
Lo dicho, nos tiene manía……
Coventosa
Jordá hizo el primer intento de llegar a la Sala de los
Fantasmas, le acompañaba Carmen y alguien más que no recuerdo. Hicieron una
instalación en otros anclajes en una sala anterior y comprobaron que la cuerda
no llegaba. Claro no era por ahí. Volvieron a tiempo de la cena en el
restaurante de Marga y aprovechamos para organizar los grupos del día
siguiente.
DOMINGO
Cuevamur
Se organizaron tres grupos, pero
el primero ya salió con retraso de media hora, además algunos nos fuimos
descolgando de esta visita, pues no se la de veces que la hemos hecho.
Al final creo que fueron solo dos
grupos, pero como yo me fui de regreso a casa, no sé muy bien como transcurrió
la jornada. A lo mejor alguno se anima a
subir una crónica de la visita a esta cueva.
Paco Cuesta
Participantes: Dani, Rebeca, Sergio Bravo, Carmen Hermira,
Luis Valero y Jesús Fernández
Llegado el
Domingo, día caluroso que se sintió en la pequeña aproximación de ida y vuelta
de la actividad de la mañana… Cuevamur. Disfrutamos mucho de esta cavidad,
relativamente rápida, de bellas formaciones y donde alguno llegó hasta a sudar
en el paso de los Retales…
Parte del grupo teníamos pensado
salir pronto de Cuevamur con la idea de completar el día con una segunda
actividad. Se habían valorado y estudiado varias opciones donde la más acertada
parecía ser el sistema de Vallina llegando hasta Sala Pin. La mente y el cuerpo
estaba preparado para una larga batalla reservándonos fuerzas y autonomía de
las baterías pero a medida que pasaban las horas y seguíamos en Cuevamur, el
interés iba cambiando. Plan que se vio poco factible al ver las caras
acaloradas de la gente cuando llegaban a los coches…
Decidimos valorar qué hacer en
las horas de la tarde que nos quedaban (eran las 18h) y para ello nos fuimos a
tomar unas cervezas bien frías a Ramales de la Victoria con la intención de que
quizás nos pudiésemos animar algo más… En ese momento ya algunos confirmaban su
baja ¿?
Bueno, ¿entonces algo rápido y
fácil? ¿Una ducha, ir a la playa, Coventosa, Escalón,…? …algunos ya se
conformaban solo con una buena cena...
Llegamos al albergue y cada uno
sacó sus latas de conserva para reponer fuerzas porque animados ya estábamos
algunos y dispuestos a la batalla que fuese para concluir el fin de semana en
la zona. Se optó por visitar la cavidad más cercana al albergue (Coventosa) y
ya sobre la marcha con reloj y topo en mano decidiríamos el recorrido a seguir…
Sala de los Fantasmas, Los Gours, El primer Lago, Cuvera… Algunos ya dijeron
que no se iban a poner el mono de nuevo ni aunque le trajesen la boca de la
cueva al albergue… Pablo, Ángel y Montse habían tenido suficiente y optaron por
visitar la base de la cascada del Asón, buena opción también.
La verdad que el grupo que nos
animamos, no tardamos mucho en vestirnos de nuevo de romanos, la canción “todos mirando” que todos conocíamos
sonaba en uno de los maleteros abiertos en el aparcamiento (momento que
aprovechamos para grabarnos un video, animando el ambiente saltando como si no
arrastrásemos cansancio ninguno…), alguna conversación interesante con un
vecino de Val de Asón sobre las vacas limusinas de la zona y sobre la Sima del
Mosquetero (…de las más conocidas…
¿Alguien se anima pronto a hacerla?) y pronto echamos a andar… Yo sabía que
podía ser suficiente con visitar la Sala de los Fantasmas sin prisa, ya que la
mayoría del grupo no había estado nunca…
Llevamos la cuerda de 40m que
utilizamos en Cuevamur por no ensuciar más y llegó justa para bajar el resalte
de 8m con un largo pasamanos de aproximación… Rebeca, que llevaba mucho tiempo
de monitora se animó a instalar. Una vez abajo, yo que era el único que
recordaba el paso de entrada a la Sala de los Fantasmas me puse en cabeza tras
haber prometido al grupo que no se iban a arrastrar… De repente me ven
desaparecer por una entrada en forma de laminador y ya se empezaron a escuchar
las primeras quejas… -Tranquilos que os
he prometido que no os ibais arrastrar pero no que no os fueseis a agachar
bastante!-
Las quejas de no querer revivir
el paso de los Retales se trasformaron en un silencio con las bocas abiertas
roto por el comentario de Luis -Que
pasada! …y me lo quería perder- (la verdad que con Luis se vivió mucho más
la cueva cada vez que expresaba su asombro, alucine y sorpresa por lo que
íbamos encontrando según avanzábamos más adentro). Entre la potente luz de
Sergio y la de los demás en niveles máximos, vislumbrábamos de sobra cada
detalle de todas esas grandes columnas, estalactitas y sobre todo estalagmitas
que dan nombre a la sala… recorrimos cada rincón observando lugares merecedores
de una buena foto… (suerte de que con las prisas, ni cámara, ni móvil, ni nada
que retratase el momento llevábamos, así disfrutaron nuestros ojos más sin
perder el tiempo posando…). Las figuras que nos imaginábamos con las
formaciones pasaban desde la virgen con el niño Jesús en brazo a veces y otras
paseándole, alguna mujer trasformada en sal…hasta algún neandertal petrificado
con mochila altus… ¿Pero que cerveza nos han dado en Ramales? La verdad que
todo aquel que conozca este lugar sabrá a que nos referimos… Si has hecho la travesía de
Mosquetero-Coventosa tienes delito si nunca has parado a observar esta Sala de
Fantasmas y demás figuras imaginativas….
Llegamos al último rincón del
fondo, una pequeña salita con el suelo cubierto por 5cm de agua que le dio un
toque final a la visita… A la vuelta, fuimos estudiando las posibilidades y
maneras en las que podría realizarse una boda espeleológica en esa Sala…
(reconozco que se nos fue de las manos) No se por qué Dani de repente
desapareció mientras Rebeca comentaba ilusionada la magnífica idea… En fin, por
un momento fuimos testigos de nuestra propia imaginación y hasta lo vimos
factible jejejej. Necesitábamos descansar…
Pregunté si había ganas de ir
hasta el Gours y Carmen que era la que en tod la tarde tenía más ganas de cueva
me contestó con la pregunta, -¿Estará
abierto el restaurante Coventosa cuando salgamos?- Vale, ¿Gours o Huevos
con patatas? no hizo falta decir más, se nos había hecho tarde y aún
estábamos a tiempo de llegar sin que cerrasen
la cocina y juntarnos con los demás…
Bonita despedida del fin de
semana con una visita relajada a una de las Salas más bellas de la zona y una
buena cena entre amigos. Deseando volver a Cantabria!
Jesús Fernández
Jooo k envidia. Muy buenas crónicas.
ResponderEliminarhe visto mi legendaria foto con cresta de gallo de barro.... y claro la gente se puede confundir y querer hacerla en Mortero de Astrana...
ResponderEliminarla foto es de hace 8 años en Cuevamur... y alli el barro es diferente,
abstenerse imitadores, la cresta de gallo es inimitable
Me encanta lo bien que os expresáis los espeleólogos por escrito.
ResponderEliminarEs un regalo leer esta crónica pues los textos consiguen revivir con vividez los fantásticos momentos disfrutados.
Queeeeeeeé!! ojo cuidao, de ilusionada nada, que yo no me caso ni a rastras, jajaja.
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