Más en nuestra zona del Alto Tajo: La sima del Camponcillo, fin de las exploraciones.
Pues sí, después de que un paisano de Villanueva nos llevara a la boca allá en 1992, año en que descendimos por primera vez, ha sido el pasado mes de junio cuando, por fin, hemos dado por concluidos los trabajos de exploración en esta simita tan chula.
El pasado mes de junio pudimos arañar un día suelto para ir a la zona de exploraciones del Alto Tajo. La idea era intentar acabar, o al menos avanzar lo posible, en un par de "cincuentas" de los que tenemos a falta de poquito.
Finalmente somos tres, Luis Valero, Toño y yo, y para allá que nos vamos. Llevamos material para atacar la sima del Camponcillo, reequipar el pozo si fuera oportuno, romper la pared descompuesta en una ventana impenetrable (detrás parece haber continuidad), y salir topografiando el interior del caos de bloques, que es lo que nos falta.
Tras esa ventana hemos visto una grieta descendente, estrecha, muy estrecha, pero que a un lado podría forzarse y ofrecer alguna sorpresa. Y es lo que queda ahí...
Alcanzada la sima, inicia la instalación Luis Valero bajo la supervisión de los dos "viejos". Anclaje al árbol sobre la vertical como reaseguro, unos 5 m sobre el seguro (parabolt), accediendo al segundo por la rampa de la torca de entrada asegurados a otro árbol con una cuerda auxiliar. Se llega andando hasta la vertical con esta cuerda de seguro.
Se monta todo esto y Luis alcanza el parabolt, lo instala, y abajo. Como 5 m más abajo, bajo una cornisa, hay una nueva cabecera para anclar en "Y", con MMS M10. Tras casi dos años, las chapas y tornillos están impecables, bajo la cornisa han estado protegidos.
Desde aquí, con las indicaciones dadas por Javi desde arriba, alcanza otra chapa, desplazándose a la derecha. Casi enfrente habrá una nueva cabecera en "Y" justo enfrente, en la pared opuesta.
Se monta todo esto y Luis alcanza el parabolt, lo instala, y abajo. Como 5 m más abajo, bajo una cornisa, hay una nueva cabecera para anclar en "Y", con MMS M10. Tras casi dos años, las chapas y tornillos están impecables, bajo la cornisa han estado protegidos.
Desde aquí, con las indicaciones dadas por Javi desde arriba, alcanza otra chapa, desplazándose a la derecha. Casi enfrente habrá una nueva cabecera en "Y" justo enfrente, en la pared opuesta.
Por malentendido, pues no nos vemos, al final Luis se tira desde el último anclaje hasta el fondo, aunque había visto los del otro lado. Realmente la sugerencia era que, si no era necesario, se saltara el primero y alcanzara la cabecera... tampoco es muy problemático, desde ese punto sólo hay un roce ligero abajo, así que llegó sin problemas.
Bajan Toño y Javi y rehacen el tema para dejarlo más seguro aún, cabecera en pared opuesta y descenso, ya sin ningún roce ni nada. Todos abajo.
Toño junto a la entrada, sonriente y feliz, mientras "pinchamos" a Luis que está colgado por debajo... |
Reunidos abajo arreamos con las sacas (llevamos 3, con cuerda, equipo de instalación, máquina para taladrar, equipo de desobstrucción -punteros, cortafríos, maceta...-, cámara fotográfica, equipo de topografía... y otras cosas necesarias...).
Entramos en el caos de bloques alcanzando la entrada al pocito de 2 m, bajamos, seguimos bajando entre bloques haciendo regates, y alcanzamos el objetivo, la ventana impenetrable (sólo cabe la cabeza) tras la que se ve un descenso vertical, muy estrecho, y potencialmente continuidad lateral.
Hay que romper la roca, medio descompuesta, para ampliar lo suficiente esa pequeña ventana y entrar a ver si podemos seguir.
Hay que romper la roca, medio descompuesta, para ampliar lo suficiente esa pequeña ventana y entrar a ver si podemos seguir.
La roca descompuesta tiene fisuras, algunas muy evidentes. Con el cortafríos atacamos ahí, sin recurrir de momento a la taladradora.
Éxito rotundo, con cuatro golpes el cortafríos entra y mueve todo ese trozo. Ya basta apalancar e ir retirando bloques, lascas y demás. Hay que andar con ojo, porque sobre la ventana el techo son bloques y restos medio sueltos, podría ser que la desobstrucción acabara obstruyendo completamente el conducto.
Husmeando y dándole caña a la ventana (tiene la cabeza dentro) |
Finalmente desprendemos un gran bloque de roca, medio colada, y logramos tirar de ella hacia el exterior, colocándola fuera. Ya podemos pasar y con mucha comodidad.
Se abre un descenso penetrable de unos 2 m hasta una repisa de bloques empotrados. Por la izquierda lo valoramos impenetrable, pues baja al menos 6 m y con anchuras de 20 cm más o menos, ni los más delgados bajarían, creemos.
La ventana tras romper la roca a la derecha, ya cabemos |
Tras la ventana, hay que bajar por ahí... |
Lo valoramos Javi y Toño. Toño baja a los bloques pero no ve clara la continuidad. Finalmente es Luis el que baja y se mete como una lombriz en el conducto angosto a la derecha, que finalmente desemboca a una especie de sala, que es la misma grieta gigante que constituye la cavidad, pero bajo un gigantesco caos de bloques, en este caso de tamaño enorme (hasta 6 m de diámetro).
Finalmente baja Toño a esa parte y van dando datos sobre el lugar. Exploran todo, entrando por sitios más o menos estrechos (Luis), descartando la continuidad penetrable en todo ese sector.
Sale Luis para que no quedemos los tres dentro sin nadie fuera, y entra Javi. Se estudia esa parte nueva y se toman medidas para levantar la topografía.
Descenso tras la ventana, a la izquierda impenetrable, a la derecha hay un conducto entre bloques... |
Salimos finalmente, ascendiendo los dos metros hasta la ventana y retrocedemos tomando las medidas necesarias para levantar la topografía de esa parte, que es complicada por los recovecos entre bloques.
Al preparar todo para ir saliendo, una saca de burilar cae desde la rampa sobre la ventana y con tan mala suerte que enfila al interior, descendiendo por el conducto impenetrable de la izquierda hasta unos 6 metros, donde la maza (por fortuna y con la ayuda de los hados) se quedó empotrada atravesada en la grieta... aposta no lo hubiéramos conseguido nunca.
Toño desciende de nuevo a los bloques y desde allí, con un gancho (su fifí) y una cinta logra pescar la maza y la bolsa, rescatándolas. De haber seguido cayendo hasta el fondo, no hubiéramos podido recuperarla tan fácilmente.
En la salida, alcanzado el pozo de dos metros que da paso descendente entre el caos y los sedimentos, al salir el último (Javi) se agarra a un saliente para subir y resultó ser un bloque de dimensiones considerables que se fue abajo, cayendo entre él y el pozo, rozando la pierna y erosionando la piel.
Pudo haber sido grave por las dimensiones del bloque, pero por fortuna pasó sólo rozando y no llegó a golpear, dejando sólo un raspón en la pierna. Una prueba más de lo delicado que resulta la exploración en este tipo de terrenos tan inestables.
Salimos ya e iniciamos el ascenso. Finalmente es Toño el que sube desmontando.
Decidimos no dejar instalación fija, pues la sima tampoco es muy susceptible de visita, no tiene gran interés desde el punto de vista deportivo y resulta incluso peligrosa en el caos de bloques, inestable. En cualquier caso, de ser requerido, es fácil montar parabolt en los puntos donde estaban los MMS, o mejor aún, anclajes químicos.
Algunos comentarios sobre esta cavidad
Tras procesar los datos obtenidos y poner todo junto, proporcionamos la topografía definitiva. La cavidad alcanza poco más de 55 m de profundidad, y el sumatorio de recorridos (incluidos los verticales) arroja 159 m. Por fin la damos por acabada, que desde 1992 ya ha llovido...
La historia de la cavidad es larga y no exenta de singularidades, especialmente en cuanto a su verdadero nombre y las exploraciones llevadas a cabo por distintos grupos. Merece la pena clarificarla en lo posible, y dar el merecido reconocimiento a aquellos exploradores anónimos... véase la ficha elaborada y disponible en la web del club Abismo para más detalles.
Por lo que hemos podido "rescatar", la sima del Camponcillo sería explorada originalmente por la SIE (Sección de Investigaciones Espeleológicas del Centro Excursionista Águila de las Corts) durante una campaña llevada a cabo en marzo de 1967. Los exploradores la topografiarían y le asignaron 60 m de profundidad, pero la topogafía al parecer no llegó a publicarse, según lo que hemos podido indagar.
Casi simultáneamente el grupo EPE (Escuela Provincial de Espeleología, Sección de Espeleología de la OJE de Madrid) la exploró y topografió (año 1968), denominándola Sima del Mojón, indicando que se trataba de un pozo de 33 m y pequeño descenso en rampa hasta ocluirse por bloques a ambos lados.
El mismo grupo, ahora denominado SEII (Sección de Espeleología de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Madrid) volvería a explorarla en 1975 sin percatarse de la exploración previa, denominándola Sima del Cruce o M-10. Levantarían una nueva topografía, más completa y exacta que la anterior, asignándole 45 m al pozo, y alguna continuidad sobre los bloques.
Topo de EPE, año 1968 |
Topo de EPE-SEII, año 1975 |
Cuando se elaboró el catálogo de cavidades de Guadalajara, editado en 1982, se indica ya que se trata de una única sima, denominándola Sima del Mojón, del Cruce o M-10, y se presenta la última topografía, la más completa. El mismo catálogo hace referencia, con escasos datos, a la Sima del Camponcillo.
En 1992 Abismo llevaría a cabo la primera incursión, nos llevaría un paisano de Villanueva, y nos daría el nombre de Camponcillo... nosotros buscábamos la del Mojón, Cruce o M-10, que según nos dijo, no debían estar por allí, la que conocía era la del Camponcillo.
La sima ha sido visitada y explorada posteriormente, dado que cuando tomamos el territorio como zona de exploraciones pudimos comprobar que se había reequipado con parabolt. No tenemos datos al respecto.
Croquis de ABISMO, año 1992 |
Bueno, y finalmente, tras estos años de estudio y búsqueda de datos, consultando a informadores del entorno, la conclusión es que Camponcillo es su nombre verdadero y más antiguo, por el que la conocen las gentes del lugar. Como consecuencia de las exploraciones previas (EPE-SEII), pueden considerarse nombres alternativos Mojón, Cruce y M-10... pero ojo, hay un pequeño problema, y es que podría ser que la verdadera sima del Mojón sea otra, concretamente el Sumidero de la Carretera de Zaorejas, pues algún informador así lo creía...
Y para rizar más el rizo, pues el catálogo habla de la Sima de los Enebrales, que curiosamente nadie de los consultados conoce, pero que por llamarse los parajes cercanos a la sima que tratamos "Los Enebrales", alguno ya nos ha sugerido que es posible que también se trate de la del Camponcillo.... La realidad es que en todo este territorio (parajes de El Camponcillo y Los Enebrales) hemos prospectado al metro, y no hemos encontrado ninguna otra sima... extraed vuestras propias conclusiones.
En fin, ahí queda eso... je, je.
F. Javier Rejos
gran dia
ResponderEliminartoño
No está mal, 26 años para terminar este trabajo.
ResponderEliminarAhora sí que hay una buena topografía.
Buen trabajo compañeros.