101 Km de Ronda

16-17 de Mayo de 2009


Plano y perfil de la carrera que se desarrolla por la Serranía de Ronda

Cuando Paco "pintor" me habló de esta prueba la respuesta fue inmediata: ¡vamos! sin saber donde nos íbamos a meter y eso que era allá por el mes de febrero. Enseguida empezamos los preparativos logísticos y a planificar un calendario de entrenamientos. Decir que esta carrera consiste en recorrer 101 km a pie en 24 h. o en 12 h. si vas en bicicleta. La primera sorpresa es que cuando nos inscribimos ya estaba casi completo el cupo de entusiastas "cientouneros" que es como llaman a los participantes, vamos que lo de sufrir creía que solo era para unos pocos, pues no, allá que nos presentamos casi 7000 entre ciclistas, duatletas y corredores. Paco Mínguez, Foguer (que no fue en el último momento) y dos amigos (Jesús y Abel) consiguieron plaza en la modalidad de MTB y yo (Paco T.) así como mi hermano Luis y Valentín en la de carrera (carrera de ultrafondo para ser más técnicos).

Cumplido el primer trámite (el papeleo es tedioso ya que hay muchas posibilidades de que se equivoquen en cualquier número o letra de lo que sea, DNI, transferencias, referencias, dorsales, etc y es lo que nos pasó a varios de nosotros, menos mal que lo arreglamos a tiempo y así evitar la descalificación) y resuelto el problema del alojamiento en las cercanías de Ronda estábamos deseando que llegara el gran día. Llegamos a Ronda el viernes 15 a mediodía y después de agilizar algunos trámites para no pecar de novatos (recogimos la bolsa de corredor y cierta información de la carrera) repasamos las bicicletas, nos dimos una vuelta por la ciudad andaluza, hicimos algunas compras, ya que otro día sería imposible, y nos fuimos a cenar y a dormir.
Como siempre el primero en levantarse fue Paco M. y ya se le salía el corazón a medida que nos preparábamos, madrugamos para no tener problemas de tráfico ya que estábamos en Algodonales, un pueblo a 35 Km de Ronda, y sobre todo encontrar aparcamiento. Aunque nos lo advirtieron el día anterior que Ronda estaría atascado no tuvimos problema (aquí no se madruga tanto) y nos fuimos para la salida a eso de las 8.30 h a "coger posiciones"
Hay que decir que la organización lo tiene todo controlado (tenemos un ejército para nosotros, el 4º Tercio de la Legión que es quien se encarga de todo menos de correr por ti) y el primer control de pasaportes se hace a la entrada del campo de atletismo que es donde se da la salida. El pasaporte es tu libro de ruta que te entregan con el dorsal y que tienes que sellarlo en los sitios donde te lo pidan ya que si no te descalifican y no te llevas el premio si llegas a la meta. Mucho calentamiento y los típicos retoques de culote, maiot, cordones de zapatillas, ajuste de gorras, gafas, mochilas, cronómetros, etc. hasta la hora del banderazo (mejor dicho cañonazo) de salida. Las 10.30 h salen los ciclistas en salida neutralizada hasta las afueras de Ronda y que ya no volveremos a verlos salvo en dos cruces ya que su trazado varía un poco del nuestro y que además van en bici y corren más, también es verdad que tienen 12 horas para hacer los 101.


Pasada la vorágine ciclista toca el turno a los marchadores, ya que correr los 101 todo el tiempo solo lo hace el carnero de la legión, y tras una monumental traca y fuegos artificiales comienza el gran reto para los de los pies en la tierra. A partir de aquí ya no sabemos nada de nuestros compañeros y solo cabe esperar en que nos llamen cuando lleguen a la meta. Nosotros empezamos corriendo a un ritmo vivo y andando en las cuestas para evitar esfuerzos innecesarios dejándonos aconsejar por la experiencia de Valentín que ya está más curtido en estas lides y así aguantamos hasta el Km 28 que es donde Luis empezó a notar molestias en una pierna, Valentín que ya había cogido ritmo siguió solo y yo me quedé con mi hermano a otro ritmo más lento, luego nos enteramos que había aguantado corriendo hasta el km 50 y después alternando marcha y carrera.

El calor empezaba a apretar de lo lindo y los kilómetros apenas llevaban sombra, menos mal que los avituallamientos estratégicamente situados resucitaban cualquier desfallecimiento, por cierto, muy completos con fruta, agua, aquarius, barritas, etc. Nos preguntábamos si los de las bicis llegarían enteros ya que era un rosario los innumerables restos que aparecían por el camino (bidones, viseras, cámaras, rastrales, maiots, etc). Yo que tampoco soy de piedra empecé a notar un dolor en la espalda y junto al de mi hermano definitivamente decidimos no forzar hasta notar mejoría ¿? El caso es que el km 40 y tras pasar el primer puerto segundo control en el pueblo de Arriate decidimos aplicarnos los primeros medicamentos, crema para el dolor (insoportable por momentos), aprovechamos para cambiarnos de calcetines y colocar algún compeed para evitar males mayores. Nos recuperamos y conseguimos llegar a la mitad de la carrera donde nos esperaba un avituallamiento de gran calado, comida fría, bebida, fruta, cocacola para no dormirse (está todo estudiado) aquí no tuvimos más remedio que pasar a algún antiinflamatorio porque nos estábamos enfriando y había que seguir no sin antes poner el tercer sello en Setenil. Yo a partir de aquí me encontré mucho mejor y mi hermano también, la verdad es que ya eran las 7 de la tarde, llevábamos 8 horas y habíamos hecho casi 60 Km.

Retomamos la marcha tras diez minutos de parada y entre un rosario de corredores y algún ciclista rezagado empezamos a coger de nuevo el ritmo. Caía la tarde y el cambio fue notorio, con la fresca empezamos a comernos los kilómetros y aunque ya solo íbamos caminando parecía que habíamos empezado ahora. Reanimamos a un corredor que había sufrido una lipotimia, nos asustó un poco porque tenía la mirada perdida tumbado en el suelo y con síntomas de hipotermia, menos mal que había unos legionarios un poco antes y les avisamos, luego vimos que se había recuperado y se lo llevaban en un landrover.

A partir de aquí el recorrido es mucho más bonito o por lo menos lo veíamos de otra manera, con sendas y caminos entre olivos labrados con esmero. Por la hora llamamos a Paco M. para ver que tal les había ido, hubo una de cal y otra de arena, Paco M. había terminado en 7 horas que para ser la primera vez no está mal (a decir verdad es su segunda patria este lugar) Jesús, una hora más y Abel fue la de arena, tuvo que abandonar en el kilómetro 40 por un tirón en una pierna. De Valentín no sabíamos nada pero no le llamamos por temor a bajarnos la moral. Enfilamos el segundo puerto importante, muy largo pero suave para presentarnos en el km. 77 en el cuartel de la Legión donde nos pusimos la manga larga y tras un reconfortante avituallamiento a modo de autoservicio, sentados en mesa y silla y con comida caliente y café (un detalle para los que teníamos la noche por delante) nos esperaba lo más duro de toda la prueba a mi entender, el temido puerto de La Ermita, con una subida larguísima y una bajada empinadísima. Este fue el punto de inflexión de la jornada y un momento para reflexionar, por un lado teníamos 26 km hasta la meta, era la una de la madrugada, recibimos un mensaje de que Valentín había entrado en meta con algo menos de 13 horas y Luis empezó de nuevo con los dolores de la pierna, dolores que nunca se le habían quitado, y mirando su cara lo decía todo, yo tiraba de él pero le perdía entre el rosario de frontales y reflectantes. Con algo mas que coraje llegó a la Ermita y ya está le dije, se acabó lo peor, ahora a dejarnos caer incluso corrimos algunos tramos, sellamos en Montejaque, Km 83 y otra vez más en Benaoján, Km 86

Los últimos 15 kilómetros transcurren por el paraje de la Cueva del Gato, la del Hundidero-Gato famosa, y por el collado del Tajo en las cercanías de Ronda. Lástima que por la noche todos los gatos son pardos o mas bien no se ven y no pudimos apreciar el entorno que nos rodeaba porque a decir verdad yo me sentía bastante bien a pesar de los kilómetros, mi hermano no decía nada.
El último avituallamiento, Km 95 fue mas que simbólico, un vaso de agua y un chorro de reflex para la pierna de Luis, teníamos a Ronda a tiro de piedra y lo íbamos a conseguir, miramos el reloj y eran las 3 y media de la mañana, un ultimo esfuerzo para superar la cuesta del "cachondeo" con sus casi 2 km de continua subida empedrada (que se lo pregunten a los ciclistas por que la llaman así) y allí estaba el puente del Tajo, desierto de gente, pero nos daba igual, hasta nos permitimos hacer la entrada triunfal corriendo los últimos metros. Eran las 4.40 de la madrugada y con algo más de 17 horas en completar el recorrido recogimos los trofeos (medalla, sudadera, diploma y la enhorabuena de la organización) y nos fuimos a casa en una noche algo fría por las horas que eran.

Participantes:
Paco Mínguez, Jeús y Abel en bicicleta.
Valentín García, Luis Toquero y Paco Toquero a pie.
Las fotos son de Paco Mínguez y Valentín García.
Paco Toquero

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