El sábado 11 de junio en la sede del club, organizamos los vehículos para el desplazamiento al Barrancazo. Hay que decir que todos fuimos muy puntuales. El día anterior los instaladores del club estuvieron colocando las vías necesarias para estas prácticas, colocando un total de 14 para cursillistas, alternándolas con las otras siete para los monitores y un largo pasamanos por encima de estas vías. Se quedaron a dormir en este maravilloso cañón.
Sobre las 10 de la mañana dieron comienzo las prácticas de exteriores. Revisamos la colocación de los equipos de cada uno de los cursillistas.
Empezaron con sencillos fraccionamientos para ir subiendo el nivel hasta los fraccionamientos en volado.
Aprendieron a pasar un largo pasamanos, que este año hemos conseguido unir con una pequeña grieta, donde la dificultad se asemeja a un meandro de una cavidad.
Unos cuantos aprovecharon para subir una pequeña vía ferrata que se encuentra a pocos metros del albergue.
Duchas y un poco de relax hasta la cena. Después vimos un documental espeleológico y acabado este, algunos nos fuimos a la cama y otros siguieron con una pequeña fiesta, aderezada con algunos alcoholes varios.
El domingo 12 de junio, después de un buen desayuno nos dirigimos de nuevo al Barrancazo.
En esta segunda jornada, subimos el nivel de dificultad:
Paso de la grieta
Antirroces
Desviadores
Paso del nudo
Y un volado de más de 25 metros (que el día anterior unos pocos ya se habían atrevido a subir)
Después de la comida, mientras unos desinstalaban los más de 1.500 metros de cuerda, se hicieron un par de demostraciones de desbloqueo de un accidentado incluyendo el paso del nudo.
Sobre las cinco de la tarde dimos por concluida esta segunda jornada, y organizamos los desplazamientos para el fin de semana que viene, donde estas prácticas ya serán en cavidades. El único percance fue el pinchazo de la rueda del coche de Luis, cuando estaba cargado hasta los topes.
Paco Cuesta
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