Nuevas simas en los altos de Poveda
(Poveda de la Sierra, Gu) - 25/03/2012
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El pasado mes de marzo estuvimos explorando algunas simas en la antigua zona que trabajamos con el G. E. Seguntino hace ya muchos años. Se trata de los altos de Poveda de la Sierra, allá por el Alto Tajo.
El pasado mes de marzo estuvimos explorando algunas simas en la antigua zona que trabajamos con el G. E. Seguntino hace ya muchos años. Se trata de los altos de Poveda de la Sierra, allá por el Alto Tajo.
Se
trata de la muela calcárea situada al SE del pueblo, justo sobre las canteras
de caolín, con altitudes comprendidas entre 1400 y 1480 m.
En
una visita previa (véase un artículo previo en este mismo blog) habíamos
localizado algunas bocas desconocidas, alguna aparentemente recién abierta.
Además, en las libretas de notas originales del trabajo previo había
información sobre algunas cavidades que todavía esperaban ser exploradas.
Con
toda esta información nos dirigimos hacia la zona Toño, Manuel y Javi, armados
con el GPS, la escala (tan amada por Manuel), y un puñado de hierros,
herramientas y demás bártulos.
Tras
alguna duda con las bifurcaciones de pistas al atravesar (más bien rodear) la
cantera de caolín, alcanzamos los altos dispuestos a explorar tantas simas como
nos diera tiempo.
Canteras de caolín, sobre ellas los altos y las simas |
Nos
detenemos junto a una de las pistas que cruzan los altos hacia la derecha, la
que denominamos “segunda”, que está bastante mal para los turismos y pasa más
desapercibida.
En
esta parte nos encontramos con un grupo de personas que van recorriendo la
pista principal con quads,
y al vernos preparar se detienen a charlar con nosotros. Uno de ellos, Miguel,
se mueve mucho por esos terrenos y le interesó mucho el trabajo que hacemos.
Más tarde contactaría con nosotros y le pasamos copia de la documentación que
tenemos de la zona de trabajo, y en fin, el resultado final es que de vez en
cuando nos manda datos de simas y cosas que encuentra en sus salidas, lo cual
siempre es de gran interés. Gracias, Miguel.
Después
nos dirigimos a la primera sima, que hemos llamado PSI-51, y que parece
claramente haberse abierto hace poco tiempo, pues la entrada se aprecia
claramente que es un hundimiento en la tierra, dando paso a una grieta
vertical, relativamente estrecha.
Junto a la entrada de la sima PSI-51... |
Tras
sujetar la escala a un árbol, Toño comienza la exploración. Lamentablemente,
tras descender unos 11 m se vuelve una grieta impenetrable en ambos sentidos.
Echamos la cinta métrica y se completa la topografía, trabajo acabado.
... Toño "al agujero" por la escala. |
Continuamos,
justo al lado está la entrada a la PSI-52, repleta de pinchos. Esta vez es
Manuel el que baja, y a unos 4 m la sima se convierte en una estrechísima e
impenetrable grieta, que continúa, sí, pero para lagartijas y culebras. Tomamos
los datos y algunas fotos, y acabada.
Manuel peleando con los pinchos (PSI-52) |
PSI-52, final impenetrable |
Nos
adentramos ahora hacia la zona donde se ubican las PSI-4, 5, 8, 9, 10, etc. Por
allá encontramos algunas de las mencionadas y cuya exploración se completó
antaño con el G. E. Seguntino, y comprobamos que todavía queda algo de nieve en
las entradas más umbrías.
Entrada a la sima PSI-8 |
PSI-8, los exploradores al fresco |
Revisamos
alguna entrada potencial que estaba pendiente, y que no ofreció ninguna
posibilidad de exploración.
Una de las muchas que desechamos |
Nos
dirigimos ahora hacia la sima PSI-53, de nuevo junto a la pista principal, y
que por lo menos requiere la escala para descender. Sin embargo, baja Manuel y
comprueba que acaba prácticamente en el fondo de la entrada, descendiendo un
poco más en rampa hasta los 8,5 m de profundidad, Lástima. De nuevo tomamos los
datos y topo acabada.
PSI-53, en la entrada |
Peleando con la escala, ¿quién será? |
Tras
acabar con esta exploración, nos ponemos a comer tranquilamente, pues ya es
hora, confiando en que la tarde nos ofrezca algún resultado más interesante.
Por
la tarde miramos varias entradas potenciales más, pero ninguna ofrece
continuidad ni merece la pena ni siquiera levantar un croquis. Un poco más
hacia el interior de la zona, entre masas densas de boj y bajo un pinar
bastante frondoso, reubicamos una vieja entrada pendiente, que denominamos
ahora PSI-54.
El
entorno es espectacular, todo lleno de grietas más o menos perpendiculares,
aflorando la roca caliza por todas partes, dando la impresión de que aquello
está todo hueco.
Zona de entrada a la PSI-54 |
De
nuevo le toca a Toño, que baja por una rampa lateral, asegurado. Y de nuevo, desilusión,
a unos 7 m no ofrece continuidad. Otra pequeña topo más.
Continuamos,
algún agujerucho más que no merece la pena mencionar, pero dejando clara la
potencialidad del territorio. Alcanzamos otro de nuestros objetivos, la sima
PSI-55, bien vertical y con pinta buenísima.
Junto a la entrada a la PSI-55 |
Hasta
ahora Javi se había librado de la escala, con la escusa de las fotos, pero aquí
ya no se escapa, así que, abajo. Desciende unos 7 metros y luego se prolonga en
direcciones opuestas. Hacia el sur desciende en rampa y acaba, y en dirección
contraria se desfonda en un resalte de unos 2 m. Tras sondearlo, se desciende a
oposición y comprobamos una escasa continuidad, convirtiéndose en una fisura
impenetrable a unos 11 metros bajo la entrada.
PSI-55, vista desde abajo |
Seguimos
buscando, ahora otra boca que sabemos está muy tapada por los matorrales, pero
como tenemos datos GPS aproximados, finalmente la encontramos, no sin haber
mirado varias posibilidades más, sin éxito.
PSI-56, oculta por la maleza |
Esta cavidad, que llamamos PSI-56, consiste en una entrada en rampa que rápidamente
se obstruye tras 7-8 m, alcanzando tan sólo 4 metros de profundidad.
Nos
dirigimos a buscar un par de entradas más, en una zona más boscosa y llena de
matorral, lo cual dificulta un poco localizar las bocas. Encontramos una
primera, que descartamos tras un primer vistazo, pues no hay nada que explorar.
Un
poco más allá encontramos la sima que llamamos PSI-57, que se abre muy
vertical. Es ahora Manuel el encargado de bajar, retronchando los matorrales
mientras comienza a descender, pues la entrada está bastante cubierta de
vegetación. El pozo rápidamente se hace completamente vertical, bajando algo
más de 6 m, haciendo fondo.
PSI-57, la entrada llena de maleza |
Sin
embargo, esta sima sí posee una continuidad interesante, en su extremo sur,
pues allí se abre una entrada estrecha y alta, tras la cual se aprecia un nuevo
pozo, que estimamos en 6 m más, aunque no se ve el fondo.
Pozo de entrada |
Al otro lado del estrecho se desfonda... |
Como
se hace ya tarde y debemos volver, nos dedicamos a estudiar el paso y evaluar
cómo debe acometerse. Localizamos un buen puente de roca desde el que podría
partir la cuerda, y con ese seguro se podrá burilar una cabecera al otro lado de
la grieta, que es estrecha y habrá que forzar por arriba, de costado... en fin,
que promete algunos sufrimientos futuros.
Aquí
dejamos ya las exploraciones, y como curiosidad, comentar que en el ascenso por
la escala, casi arriba ya, nos tuvo intrigados un extraño silbido, un chillido muy
tenue cuya procedencia no fuimos capaces de localizar.
Buscando el extraño sonido: ¿sería un fantasma? |
La
hipótesis es que debía ser el nido de algún pajarillo, posiblemente un carbonero garrapinos (ese es su nombre, en serio), que normalmente hacen los nidos en huecos
de árboles, pero como no hay muchos en la zona, pues se vuelven un poco espeleólogos
y hacen sus nidos en agujeros de las paredes simas, bien a salvo de depredadores.
Si los espeleólogos pudiéramos volar...
En
fin, queda pendiente animarse a acabar la exploración de ese pozo en la PSI-57,
y ya de paso podríamos echar un vistazo a alguna sima más del territorio, aparte
que seguro encontramos nuevas. De hecho, Miguel, nuestro amigo del terreno,
nos ha proporcionado ya datos de alguna nueva que ha localizado en sus correrías
por el terreno.
Toño
Herreras, Manuel Fernández Catalán y F. Javier Rejos
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