26 julio de 2008
Integrantes: Paco Cuesta, Nacho Hierro, Paco Mínguez, Jesús Foguer, Luis Toquero y Paco Toquero.
Integrantes: Paco Cuesta, Nacho Hierro, Paco Mínguez, Jesús Foguer, Luis Toquero y Paco Toquero.
La idea de realizar esta travesía se forjó en una de las recientes salidas a Cantabria que en el viaje de regreso nos desviamos de la ruta e intentamos localizar las bocas de entrada y salida, que no fue nada difícil ya que es un lugar, aunque inhóspito, bastante accesible desde la carretera. La travesía en si la iniciamos en la Cueva de Basconcillos por donde se adentra el río Mundilla en un entorno de gran belleza y salimos por la Hoya de los Caracoles (el nombre lo toma porque está lleno de caracoles). Partimos del mismo pueblo de Basconcillos del Tozo donde habíamos pasado la noche en una casa rural en compañía de Lola y la pequeña Elisa. Sin madrugar demasiado (son las 10,30 de la mañana) y ya cambiados nos colamos en la cueva tras una corta aproximación de 15 minutos, hay que decir que vamos sin “hierros” ya que se trata de una travesía prácticamente horizontal pero no quita que cada uno lleve una saca por el neopreno, la ropa de cambio y demás achiperres. Enseguida notamos el frescor del río en su interior pero abandonamos pronto el cauce para encontrarnos con la gran sala de Basconcillos sin apenas formaciones y mas adelante con la impresionante galería Mundilla que se estrecha a medida que avanzamos hasta encontrarnos de nuevo con el río, lugar conocido como El Cañón, que ahora si que hay que vadear.
Hubo opiniones para todos los gustos, unos con neopreno, otros con el mono y otros con una mezcla de los dos, parecíamos salidos de un carnaval por los atuendos y si además añadimos el bote que estrenábamos ya teníamos hasta la carroza (Paco Mínguez se llevó el primer premio, Paco Cuesta mister fotogenia, el premio miss simpatía quedó desierto porque no vino la que todos sabéis) aunque a decir verdad luego no fue para tanto ya que el trayecto era corto y el agua nos llegaba como mucho hasta el pecho.
Hubo opiniones para todos los gustos, unos con neopreno, otros con el mono y otros con una mezcla de los dos, parecíamos salidos de un carnaval por los atuendos y si además añadimos el bote que estrenábamos ya teníamos hasta la carroza (Paco Mínguez se llevó el primer premio, Paco Cuesta mister fotogenia, el premio miss simpatía quedó desierto porque no vino la que todos sabéis) aunque a decir verdad luego no fue para tanto ya que el trayecto era corto y el agua nos llegaba como mucho hasta el pecho.
Seguimos el “desfile” y llegamos a la que llaman Sala de las Ánimas y aquí optamos por continuar directamente hasta la Galería de las Dunas tras encontrar el paso que estaba escondido en mitad de una trepada, descartando el ramal que lleva hasta la Galería Anticlinal con posible conexión con las Dunas pero el plano guía que llevábamos y algunas sabias opiniones nos lo hacía poco recomendable por los numerosos destrepes y caos de bloques, además de encontrarnos con el sifón terminal que nos haría retroceder. Ya en la Galería de las Dunas, a la que accedimos por una estrecha gatera descendente, la vista es espectacular y lo que más merece la pena, innumerables formaciones y una curiosidad las llamadas burbujas que no es otra cosa que unas manchas claras en el techo que se producen cuando el agua inunda la sala. Gran sesión de fotos con el complejo equipo fotográfico que Jesús Foguer lleva para estas ocasiones y salida por una empinada rampa resbaladiza por la Hoya de los Caracoles, bastante acondicionada, o sea, limpia, digna de agradecer.
Son las 2 de la tarde y el sol no solo ofende sino que castiga con toda su fuerza, decidimos picar algo refugiándonos en la única sombra existente, el famoso puente de piedra y cercano a la Cueva de los Moros con una surgencia ocasional pero que no está conectada con el sistema de Basconcillos. Recogemos trastos ya que teníamos los coches en este punto y nos volvemos al pueblo a comer. Larga sobremesa y al final algunos deciden marcharse a casa y otros nos quedamos hasta el día siguiente donde aprovechamos la tarde para acercarnos a ver el nacimiento el río Ebro y hacer algo de turismo por Aguilar de Campoo. El domingo ya de vuelta parada en Lerma para celebrar el “premio” que Paco Mínguez se ganó el día anterior en el restaurante casa Antón, cordero y vino de la tierra como cualquier ser humano, buenísimo.
Son las 2 de la tarde y el sol no solo ofende sino que castiga con toda su fuerza, decidimos picar algo refugiándonos en la única sombra existente, el famoso puente de piedra y cercano a la Cueva de los Moros con una surgencia ocasional pero que no está conectada con el sistema de Basconcillos. Recogemos trastos ya que teníamos los coches en este punto y nos volvemos al pueblo a comer. Larga sobremesa y al final algunos deciden marcharse a casa y otros nos quedamos hasta el día siguiente donde aprovechamos la tarde para acercarnos a ver el nacimiento el río Ebro y hacer algo de turismo por Aguilar de Campoo. El domingo ya de vuelta parada en Lerma para celebrar el “premio” que Paco Mínguez se ganó el día anterior en el restaurante casa Antón, cordero y vino de la tierra como cualquier ser humano, buenísimo.
Paco Toquero
Mas fotos en el álbum de Abismo:
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