Recibimiento
Tras un fin de semana de mucha lluvia y mal tiempo, tuvimos la suerte de ver amanecer un sábado estupendo, frío, pero sin una sombra de nube. Habíamos decidido realizar una primera convocatoria (voluntaria) de participantes y monitores a las 9:00 en el bar “La Tienda”, a la entrada de la localidad de Tamajón, para desayunar e irnos conociendo. Además, así podríamos guiar mejor a aquellos menos seguros de encontrar nuestro punto de inicio de la actividad en el terreno.
Santiago Gutiérrez da la bienvenida a
los participantes.
Debemos agradecer el servicio y el trato recibido en este local. Tras las primeras presentaciones y unos cafés, decidimos, a las 9:30, poner rumbo al aparcamiento de la sima “La Raya”, en la zona de exploración que el Club Abismo tiene en Tamajón. Algunos participantes acudieron directamente allí, donde, tras distribuir los coches, los monitores comenzaron a acercarse a las familias para dar las primeras indicaciones sobre vestimenta, equipo y material a preparar. Asimismo, se proporcionaron cascos y frontales a los participantes que lo habían solicitado, así como agua, haciendo hincapié en la necesidad de mantenerse hidratado en todo momento.
Tras esperar unos minutos de cortesía más allá del horario previsto a aquellos participantes que avisaron de un retraso, se da comienzo a la actividad con un pequeño acto de recibimiento por parte de los responsables del curso y se realizan las presentaciones oportunas de todos los monitores y colaboradores de Abismo. También se verifica la presencia de todos los participantes inscritos y se explican brevemente los objetivos de la actividad terminando con los mejores deseos para disfrutar de este día al máximo.
Durante este recibimiento Santiago Gutiérrez y Sergio Estríngana, aprovechan para presentar el Club Abismo y su funcionamiento y a continuación, Javier Rejos explica las características geofisiográficas del enclave en que nos encontramos.
Terminadas las explicaciones, nos organizamos en dos grupos de participantes a los que asignamos los diferentes coordinadores y monitores del Club Abismo y, a las 10:15 salimos todos juntos hacia la sima “La Raya”.
Visita a la boca de la sima “La Raya”
La boca de esta cavidad se encuentra vallada para impedir la entrada de personas. Esta sima tiene un régimen de protección debido a su importancia para las colonias de murciélagos. Además presenta una de las pocas poblaciones del helecho “Lengua de Ciervo” (Asplenium scolopendrium) y resulta, en sí misma, muy bella.
Aprovechamos esta parada para explicar algunos conceptos sobre la formación de cavidades kársticas, la roca caliza y su disolución, el drenaje subterráneo en la zona, así como los sumideros y surgencias que existen.
Javier Rejos explica la importancia de
las cuevas para la conservación de la biodiversidad frente a la sima “La Raya”
También nos centramos en la importancia de las cuevas para la biodiversidad, mencionando los grupos de organismos que más dependen del medio subterráneo para su conservación, como por ejemplo los quirópteros, algunos anfibios y artrópodos, musgos y helechos, etc. A lo largo de toda la jornada retomaremos este contenido y observaremos la fauna y la flora propias de estas cavidades, sensibilizando a los participantes acerca de la necesidad de ser lo más respetuosos posible con el medio natural.
Los más pequeños atienden a las
explicaciones de sus monitores.
Visita a las cuevas del “Hornillo”, “Trillo” y “La Moza”
A las 10:30 retomamos nuestro camino y en seguida nos dividimos en los dos grupos formados para visitar por separado, las cuevas del “Hornillo”, “Trillo” y “La Moza”. El grupo 1 visitará en primer lugar la cueva del “Hornillo”, mientras el grupo 2 visita las otras dos cavidades y alrededor de las 11:00 nos intercambiaríamos.
Reponiendo fuerzas antes de comenzar
la actividad.
Durante estas visitas, cubrimos los contenidos teóricos relativos al equipo básico de protección individual y a las normas de seguridad en la progresión horizontal por cavidades subterráneas, a la interpretación de las topografías y uso de la brújula y a los distintos tipos de espeleotemas y formaciones kársticas que podemos encontrar en las cavidades.
Javier Rejos explica el uso de las topografías de cavidades subterráneas.
La visita a la cueva del “Hornillo” resulta muy desafiante para niño y adultos al tratarse de una cavidad de cierto desarrollo en longitud y con varios pasos estrechos en la que, además, podemos encontrar dos entradas, formaciones y fauna como murciélagos y anfibios.
Dos ejemplares de sapo común (Bufo bufo) y un ejemplar de murciélago de herradura
(Rinolophus sp.) en la cueva del “Hornillo”.
Los más pequeños, con facilidad para moverse en espacios reducidos disfrutan viendo cómo los adultos, a veces, tienen más dificultades que ellos para ciertas actividades. Reciben una gran sorpresa al descubrir una salida al exterior al final del primer tramo de la cavidad y muchos, deciden continuar, ya más autónomamente explorando el segundo tramo. Realizadas algunas fotografías de rigor, el ánimo de los participantes ha subido y todos se encuentran entusiasmados.
Algunas fotografías de las visitas de descubrimiento realizadas durante la sesión matinal.
En la cueva de “Trillo” quedan impresionados por el gran tubo de entrada, así como por la bonita toba calcárea que en ella se encuentra. Los más intrépidos pasamos en grupos pequeños a visitar las galerías que se encuentran al fondo del tubo de entrada, desafiando su agilidad al pasar por la estrechez que permite el acceso. Dentro, y con mucho cuidado, nos asomamos al pequeño pozo que se desfonda unos metros hacia abajo y exploramos las gateras hasta donde su diámetro impide ya la progresión. Algunos adultos deciden salir por el paso superior al que se accede trepando a una ventana situada a un par de metros del suelo.
En la cueva de “La Moza” los niños disfrutan observando las salamanquesas que se refugian en esta pequeña cavidad.
Foto de grupo en la cueva de “Trillo”.
Algunas fotografías de las visitas de
descubrimiento realizadas durante la sesión matinal.
Comida y reparto de materiales educativos para los más pequeños
Tras recorrer el camino de vuelta al aparcamiento, disfrutamos de un buen rato de relax para comer con familiares y nuevos amigos. En pequeños grupos compartimos lo que hemos traído y charlamos al sol.
El Club Abismo reparte caldo caliente, refrescos y después, café, chocolate y dulces a los participantes que lo desean.
Tras la comida, se hace entrega de los cuadernillos educativos diseñados por Marta Gutiérrez, así como unos lápices de colores para los pequeños que aprovechan para entretenerse aprendiendo aún más sobre el deporte-ciencia de la espeleología.
En resumen, un rato muy agradable que nos sirve para cargar pilas y establecer lazos personales.
Entrega de materiales educativos y
obsequios para los más pequeños que se divierten aprendiendo tras la comida.
Sobre las 15:15 comenzamos a recoger y a prepararnos de nuevo para las visitas de por la tarde. Incidimos en la necesidad de no dejar nada de basura en el medio natural. Antes de salir y aprovechando que la luz aún es buena, tomamos una foto de grupo como recuerdo de este II Curso de Descubrimiento de la Espeleología.
Foto de grupo. II Curso de
Descubrimiento de la Espeleología.
Visita a la cueva del “Turismo”
A las 15:30 volvemos a encaminarnos, todos juntos hacia las cavidades que visitaremos en la sesión vespertina. Debemos apresurarnos para poder disfrutar tranquilamente de este rato y regresar aún con luz, ya que los días en estas fechas son muy cortos. Afortunadamente, el camino no es largo y en 15 minutos estamos en la entrada del “Turismo”, donde el grupo 2 se queda para realizar la visita, mientras que el grupo 1 continúa un par de minutos para explorar la torca de entrada a la cueva del "Chorrillo". Sobre las 16:30 intercambiaremos los grupos.
Foto de grupo en una bonita zona con formaciones.
En la entrada de esta última cueva Irene Razola aprovecha para explicar la confusión existente entre los topónimos de estas dos cavidades, cuyo nombre tradicional, utilizado por las gentes del lugar se confundió en las publicaciones oficiales, dando origen a una confusión que aún perdura. Desde el Club Abismo, no obstante, preferimos respetar los nombres tradicionales de las cavidades que, como es comprensible, responden más a su historia o características físicas reales. Así pues, se explica cómo la cueva del “Chorrillo” debe su nombre al chorro de agua que cae sobre su entrada en los días de lluvia, actuando esta zona como sumidero de un área elevada bastante importante. El buen tiempo durante la semana hace que en la fecha no podamos contemplar dicho chorro. La cavidad es un gran tubo freático donde existen importantes colonias protegidas de murciélago troglodita, lo que explica su protección. Explicamos también que en esta cavidad existe un piso inferior señalado en la topografía, si bien de manera habitual, los materiales arrastrados por la lluvia colmatan el acceso e impiden continuar sin desobstrucción. Aprovechamos para explicar algo sobre la exploración espeleológica y sus peculiaridades en esta zona, así como sobre la importancia de los hallazgos arqueológicos y paleontológicos en algunas cavidades.
En la cueva del “Turismo” recorremos la bonita entrada hasta llegar a la sala final, donde apagamos las luces para sentir por unos minutos la oscuridad absoluta que reina en el mundo subterráneo y poder apreciar la tenue luz que entra por un pequeño tragaluz que se abre al exterior. Recordamos que, en muchas ocasiones, aunque recorremos importantes distancias en la horizontal, seguimos estando muy cerca de la superficie, a escasa profundidad.
Participantes tomándose un descanso.
Los niños, disfrutando de su ya
entrenada autonomía en el mundo de las cavidades subterráneas.
Algunas fotos en la cueva del
“Turismo”.
Regreso y despedida
A las 17:30 emprendemos el camino de vuelta a los coches donde, tras unas breves palabras de agradecimiento y despedida por parte de Santiago Gutiérrez, a modo de clausura, todos nos cambiamos y emprendemos el regreso a casa.
Los responsables y monitores de la actividad aprovechamos para detenernos de nuevo en el bar “La Tienda” y realizar una pequeña sesión de evaluación de la actividad y de los participantes. En general, consideramos que la actividad ha sido todo un éxito y todos los participantes han alcanzado los objetivos de este curso.
Saliendo de la cueva del “Turismo”.
Cabe destacar la extraordinaria respuesta del público ante la divulgación
de la actividad, constatada por el número de preinscripciones (28 niños con edades entre 3 y 17 años, y 20 adultos), algunas de las
cuales hubo que declinar por exceso de participantes. Igualmente, hay que
resaltar la estupenda respuesta de todos los monitores y colaboradores de
Abismo que hicieron posible el éxito rotundo de esta actividad, tal y como
demostraron las notas de agradecimiento, satisfacción y demanda de nuevas
convocatorias por parte de los participantes.